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En Diputados, al mediodía

Sesión por el criptogate: el Gobierno hace malabares para evitar una nueva derrota legislativa

Karina y Javier Milei, involucrados en el criptoescándalo, serán protagonistas de la sesión de hoy; en el caso, claro, de que la oposición consiga el número para poder realizarla.

María Cafferata

8 de abril de 2025 06:50 h

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El Gobierno necesita una victoria. O, al menos, necesita evitar una nueva derrota legislativa. Este martes al mediodía, la oposición buscará aprobar la creación de una comisión investigadora por el caso $LIBRA en la Cámara de Diputados, y el oficialismo se juega a evitar el quórum como quien se juega la vida. Después de la derrota en el Senado, la Casa Rosada definió activar el teléfono y comenzó a llamar con insistencia a todos: opositores y aliados, gobernadores y alfiles sueltos. Necesita solo a un puñado para hacer trastabillar a la oposición y, desactivada la amenaza PRO, está muy cerca de lograrlo.

Dos escenarios distintos con menos de 48 horas de diferencia. El lunes al mediodía, la multipartidaria opositora que viene impulsando la sesión de este martes se reunió y comenzó a hacer números. Estaban los negociadores del peronismo de Unión por la Patria, el radicalismo de Democracia Para Siempre, el pichettismo de Encuentro Federal y la Coalición Cívica, y se percataron de que el Gobierno había hecho su trabajo y que, durante el fin de semana, había comenzado a bajarles aliados

El desafío de la oposición había sido siempre uno: sortear los temores de los gobernadores y aprovechar el escenario electoral para forzar a Javier Milei a rendir cuentas de lo que había pasado con la criptomoneda $LIBRA. El objetivo era no solo sostener el criptogate en agenda, sino usarlo como ariete para tratar otros temas conflictivos para el mileismo, como la crisis de los jubilados. Y es que el martes, además de tratar diversas iniciativas vinculadas al criptoescándalo, se buscará emplazar a la comisión de Presupuesto para forzar el tratamiento de la prórroga de una moratoria previsional y un bono extraordinario para jubilados.

La oposición contaba con dos herramientas fundamentales. Por un lado, el desaire inercial generado por la derrota en el Senado: la mala estrategia tejida por Santiago Caputo había llevado a que hasta el bloque radical, habitualmente condescendiente con los pedidos del Ejecutivo, rechazase los pliegos de la Corte Suprema. La esperanza era que, si los gobernadores radicales habían aceptado soltarle la mano al Gobierno con Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, lo mismo podrían hacerlo para citar a Guillermo Francos o Manuel Adorni por el caso $LIBRA.

Pero la otra herramienta era el contexto electoral. La jugada de Mauricio Macri en el Senado había abierto la puerta a fantasear con que el PRO macrista, en medio de su guerra porteña, podría cooperar con el quórum. El escándalo $LIBRA afectaba, después de todo, al “entorno” mileísta, que es el foco habitual de las críticas de Macri. El PRO, sin embargo, terminaría definiendo no dar quórum: en una reunión virtual encabezada por Cristian Ritondo, el bloque amarillo decidió que no colaboraría con el número para dar inicio a la sesión, aunque podría llegar a acompañar algunos de los proyectos.

No es una situación sencilla para Ritondo, que debe hacer equilibrio entre alas internas muy dispares mientras busca cerrar, en paralelo, un acuerdo nacional con La Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires. Por un lado, el bullrichismo, que tiene un pie afuera del bloque hace más de un año y no rompió solo porque Karina Milei así se los pidió. Por otro, el macrismo residual, con Silvia Lospennato, María Eugenia Vidal y otros dirigentes que aún responden al expresidente de la Nación, y que se encuentran enfrascados en una elección dura y agresiva en la Ciudad de Buenos Aires. Y, en el medio, el propio Ritondo y los PRO bonaerenses, que fantasean con armar un interbloque con LLA después del recambio legislativo pero que, antes, deberán negociar un cierre de listas con Karina que no los deje afuera.

Finalmente, se logró acordar solo una cosa: no dar quórum. Después, de comenzar la sesión, algunos dirigentes podrían acompañar el pedido de informes al Poder Ejecutivo, que es un proyecto que plantea varias incógnitas sobre las responsabilidades de los distintos funcionarios en el caso Libra. No acompañarán, en cambio, los proyectos más sensibles para el Gobierno. Es decir la comisión investigadora y las interpelaciones a Karina Milei, Manuel Adorni, Guillermo Francos y otros funcionarios nacionales.

Las internas opositoras

Está difícil, pero la vamos a pelear”. La frase se repite en los distintos campamentos opositores desde el lunes, luego de desayunarse que ni el PRO ni el MID, que comanda Oscar Zago, colaborarían con el quórum el martes. Las matemáticas para conseguir el número, sin embargo, son finitas, y allí, donde el Gobierno baja un diputado, la oposición especula con poder sumar otro.

Hay varias peceras en las que la oposición especula con conseguir los votos y todas están atravesadas por el contexto electoral. La clave, además del PRO, será la UCR, que también busca cerrar un alianza nacional en PBA, pero que, hasta ahora, ha fracasado en cerrar acuerdos electorales en el resto de las provincias.

A excepción de Chaco, en donde LLA cerró una alianza con Leandro Zdero, la UCR viene teniendo dificultades para cerrar acuerdos con Karina Milei en los distritos. No lo logró en Santa Fe, donde el armado 100% libertario de Karina tendrá su prueba de fuego este domingo, ni tampoco está lográndolo en Córdoba.

Los armadores de la oposición pretenden poder sumar a algunos alfiles sueltos de la UCR, como Julio Cobos, Mario Barletta o Fabio Quetglas. También sumará a Lourdes Arrieta, la exlibertaria que está fuertemente enemistada con Martín Menem. El objetivo es compensar con ellos las ausencias que habrá en los propios bloques, como el caso de DPS —que aportará solo 9 de los 12 integrantes— o de Encuentro Federal, que cuenta con solo 8 de los 15. Todas, ausencias que responden en la mayoría de los casos a un mismo motivo: el temor de los gobernadores, que dialogan cotidianamente con Guillermo Francos y Santiago Caputo, a enemistarse con el Gobierno nacional. 

Una situación similar se observa en Unión por la Patria, que aporta el grueso de los votos para la sesión. De los 98 diputados que tiene el bloque que comanda Germán Martínez,se especula con que habrá algunas ausencias provenientes de las provincias de Catamarca y Santiago del Estero. El escenario se terminará de definir el miércoles temprano, cuando el bloque se reúna. Será una prueba de fuego para la sesión pero, fundamentalmente, para la unidad del peronismo.

Es que será el primer encuentro de los diputados peronistas luego de la decisión de Axel Kicillof de desdoblar las elecciones. La decisión del gobernador bonaerense fue interpretada por La Cámpora, que venía reclamando unificar las elecciones nacionales con las bonaerenses, como una traición. “Es una decisión unilateral de Kicillof que, en vez de ampliar, dividió y partió al peronismo. Un suicida”, mascullaban en las filas del cristinismo tarde por la noche. Las consecuencias tardarán en vislumbrarse pero, en Diputados, el peronismo viene sosteniendo con dificultad la unidad de la bancada. Y, la sesión del martes y la actitud de algunos dirigentes, será determinante para el futuro del bloque.

MC/JJD

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