Tres regiones del oeste de Ucrania se vieron afectadas por los cortes de electricidad tras los ataques rusos en la noche del miércoles al jueves. Maksym Kozytskyi, gobernador de Leópolis, región occidental de Ucrania, informó de ataques a infraestructuras energéticas allí, y dijo que más de medio millón de personas en la región estaban sin electricidad. Durante la noche se detectaron misiles dirigidos a Jarkiv, Odesa y otras ocho regiones.
Algunos medios informaron de restos de misiles en dos puntos de Kiev, si bien las autoridades locales afirmaron que las defensas aéreas interceptaron todos los misiles disparados contra la capital. El alcalde Vitali Klitschko dio cuenta de daños materiales, pero no de víctimas.
El operador de la red eléctrica nacional, Ukrenergo, había “introducido urgentemente cortes de electricidad de emergencia”, según declaró el ministro de Energía, German Galushchenko. No se espera que la temperatura en Kiev supere este jueves los 2 ºC.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó haber destruido 25 drones ucranianos durante la noche en cuatro regiones, incluida Crimea, anexionada por Moscú y tomada por Rusia en 2014.
Según la Fuerza Aérea ucraniana, varios grupos de misiles rusos se dirigían durante las primeras horas de la mañana contra distintas regiones del norte, el centro y el sur de Ucrania.
Infraestructuras energéticas de la región de Leópolis, en Ucrania occidental, han sido alcanzadas durante el ataque, según las autoridades. En la vecina Rivne, 280.000 abonados están sin suministro eléctrico y hay cortes de agua. El ataque también ha afectado a la limítrofe Volinia.
El alcalde de la ciudad nororiental de Járkov, Igor Teréjov, ha informado en sus redes sociales de que la ciudad ha sido atacada con varios misiles durante las primeras horas del jueves.
Las alertas antiaéreas ucranianas se han activado además en la capital, Kiev, y el Ejército ruso ha alcanzado infraestructuras situadas en la región nororiental de Sumi.
Desde el pasado mes de marzo, Rusia ha lanzado en una decena de ocasiones ataques combinados masivos contra el sistema eléctrico ucraniano. Como resultado de estos ataques numerosas centrales ucranianas han sufrido daños y el país ha perdido buena parte de su capacidad de generación y distribución.
El último de estos ataques tuvo lugar el 17 de noviembre y obligó a Ucrania a volver a introducir cortes programados de electricidad para ahorrar energía ante el déficit de generación causado por la destrucción de equipamiento en las infraestructuras atacadas.
Kiev ha advertido repetidamente de las intenciones rusas de dejar a los ucranianos sin luz durante el período del año de más frío para desmoralizar a la población y minar la economía del país.