Se llaman María y Katerina, y son uno de los secretos mejor guardados del Kremlin. Las dos hijas del presidente ruso, Vladímir Putin, se han sumado a la lista de sancionados por EEUU. Pero oficialmente, nunca se han publicado fotos de ellas adultas y el Gobierno ruso ha protegido su identidad. Son un misterio para los propios ciudadanos de Rusia y Putin siempre ha eludido hablar públicamente de ellas.
En la biografía oficial que el Kremlin tiene sobre Putin, un breve capítulo se dedica a sus hijas: se afirma que él era el que las mimaba y su madre, la que las educaba. María y Katerina son fruto de su matrimonio con Ludmila Putina, exadministradora de Aeroflot, con quien se casó en 1983 y de quien se divorció en 2013:
“En 1985, antes de partir hacia Alemania, Vladimir Putin y Ludmila Putina tuvieron una hija, María. La más joven, Katerina, nació en 1986, en Dresde. Ambas niñas recibieron el nombre de sus abuelas: María Ivanovna Putina y Ekaterina Tikhonovna Shkrebneva. Según su madre, Ludmila, Putin ama mucho a sus hijas. 'No todos los hombres tratan a sus hijos con tanto cariño como él. Y él siempre las mimaba, y yo tenía que educarlas', dice”.
Junto a esta breve referencia, una foto en blanco y negro de las dos cuando eran niñas. Pocas imágenes ha difundido el Kremlin después de esta. La última foto de Putin con sus hijas data de 2002, durante unas vacaciones en la costa, y ambas están de espaldas. Su identidad en Rusia, desde entonces, ha sido protegida celosamente por los servicios de seguridad. Han hecho apariciones públicas, pero sin decir quién era su padre.
Putin raramente ha hablado ante los medios de sus hijas. En 2015, durante su conferencia de prensa anual, negó que hubieran huido del país, tal y como se barajaba.
“Viven en Rusia. Nunca han sido educadas en otro lugar excepto en Rusia. Estoy orgulloso de ellas; siguen estudiando y están trabajando. Mis hijas hablan tres idiomas europeos con fluidez. Nunca hablo de mi familia con nadie. Nunca han sido niñas 'estrella', nunca ha les ha gustado ser el centro de atención. No se dedican ni a los negocios ni a la política. Simplemente viven sus propias vidas”, declaró sin arrojar luz sobre a qué se dedicaban, según recoge la agencia Reuters.
Sin embargo, sus trabajos resultaron ser negocios multimillonarios estrechamente relacionados con el Kremlin. EEUU sospecha que puedan estar ayudando a ocultar la fortuna de su padre, y por eso han sido el objetivo de nuevas sanciones.
Katerina Tikhonova (35 años)
Katerina Tikhonova, de 35 años, es la hija menor de Putin. Nació en Dresde (Alemania) en 1986, cuando Putin trabajaba como espía de la KGB. Tikhonova, que usa el apellido de su abuela materna, estudió en la Universidad Estatal de San Petersburgo y la Universidad Estatal de Moscú y tiene una maestría en física y matemáticas, según recoge The Guardian. Desde hace varios años, ejerce como directora del Centro Nacional de Reserva Intelectual, conocido como Innopraktica, según informa EFE.
Una de sus aficiones fue la culpable de que a Katerina se le pusiera cara internacionalmente. Su pasión por el baile acrobático a ritmo de rock and roll le llevó a competir en 2013 en el campeonato mundial de esta especialidad celebrado en Suiza.
Ella y su pareja de baile quedaron quintos. Las imágenes de la competición ayudaron a identificarla como una de las hijas de Putin.
Pero las sanciones occidentales no se dirigen tanto a sus acrobacias de baile como a las piruetas que se han ido destapando en el mundo de los negocios.
Katerina Tikhonova se casó en 2013 con Kirill Shamalov, considerado parte de la nueva oligarquía rusa. Es el hijo menor de Nikolai Shamalov, hombre de confianza cercano de Putin, copropietario del Rossiya Bank (considerado por EEEUU como el banco de la élite del Kremlin) y vicepresidente de vicepresidente de holding petroquímico Silbur.
En 2021, una investigación de los reporteros de IStories resultó ganadora del European Press Prize. Arrojaba luz sobre los negocios del matrimonio a través de más de 10.000 correos de Shamalov filtrados por una fuente anónima.
El galardonado trabajo periodístico destapa como, poco después del matrimonio, Shamalov se benefició de su relación y su cercanía al círculo íntimo de Putin para comprar con una pequeña inversión de 100 dólares una gran participación en la compañía petroquímica más grande de Rusia, Sibur, valorada en más de 380 millones de dólares.
Una investigación previa de Reuters en 2015 estimó que la pareja tenía participaciones corporativas por valor de más de 2.000 millones de dólares, así como una lujosa villa frente al mar valorada en cerca de 5 millones de euros en el centro turístico francés de Biarritz, que fue recientemente ocupada simbólicamente por activistas para protestar contra la invasión de Ucrania.
El que fue yerno de Putin entró en 2016 en el top de mayores beneficiarios de contratos multimillonarios con el Gobierno de Rusia, ocupando el cuarto puesto
En 2016, la revista Forbes publicó en su edición rusa que Shamalov entraba en el top 10 de beneficiarios de contratos estatales en Rusia, ocupando el cuarto puesto con más de 148,8 mil millones de rublos adjudicados en contratos con el Gobierno. Como ejemplo, citaba que la compañía NIPIgazpererabotka, en la que Shamalov posee el 18,6%, consiguió un contrato de 9.300 millones de euros con la empresa estatal de gas Gazprom para construir una refinería petrolera en la región de Amur, en lo que se consideró el mayor acuerdo jamás incluido en los registros de contratación pública.
Se divorciaron en 2018, pero los detalles del posible acuerdo financiero que alcanzaran en su separación no se han hecho públicos.
El ex yerno de Putin vio como el Gobierno británico congelaba sus activos en el Reino Unido cuando comenzó la invasión de Ucrania y le prohibió la entrada en el país.
Tikhonova habló en 2021 en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, la versión rusa de Davos, el año pasado, según recogía The Washington Post. En la conferencia no fue identificada como hija de Putin y solo figuraba como subdirectora del Instituto de Investigación Matemática de Sistemas Complejos de la Universidad Estatal de Moscú.
El nuevo paquete de sanciones contra Rusia anunciado por EEUU este miércoles, detalla que su trabajo en empresas tecnológicas apoya al Gobierno ruso y su industria armamentística.
María Vorontsova, 36 años
Menos información hay sobre la hija mayor de Putin, María Vorontsova, de 36 años. Se licenció en biología en San Petersburgo y en medicina en una universidad de Moscú. Como su hermana es políglota y está especializada en endocrinóloga pediátrica y el estudio de los efectos hormonales.
Ha concedido varias entrevistas en televisión para hablar de enfermedades genéticas infantiles. En 2019 concedió una entrevista a una televisión estatal rusa, sin decir que era la hija de Putin, para hablar de enfermedades infantiles y sus planes de invertir 600 millones de euros en investigación de la lucha contra el cáncer. Actualmente, según informa EFE, María Vorontsova es accionista de la compañía Nomeko (Nueva Compañía Médica), que se dedica a la construcción de instalaciones médicas, incluido un centro oncológico en San Petersburgo.
Vorontsova “dirige programas financiados por el Gobierno ruso que han recibido miles de millones de euros del Kremlin para la investigación genética y son supervisados personalmente por Putin”, señala el Departamento del Tesoro de EEUU en el comunicado en el que anunciaban las últimas sanciones por la guerra.
En 2013, se casa con el empresario holandés Yorritt Fassen, que se instaló en 2006 en Rusia para trabajar en el consorcio gasístico Gazprom. Según informa la BBC, actualmente están separados.
La pareja vivió en Holanda. Ocupó un ático de un exclusivo edificio de apartamentos de Ámsterdam y también vivió en la ciudad de Voorschoten, en el sur de Holanda, según recogen los medios
Vorontsova dirige programas financiados por el Gobierno ruso que han recibido miles de millones de euros del Kremlin para la investigación genética y son supervisados personalmente por Putin
En 2014, un avión de Malaysian Airlines con 298 personas abordo, en su mayoría holandesa, es derribado en el este de Ucrania. La investigación señala que fue derribado por fuerzas prorrusas. La pareja tuvo que abandonar Holanda después de esto.
Actualmente vive en Rusia, en un ático frente a la embajada de EEUU en Moscú, según The Guardian.
En 2020, el portal de investigaciones Proekt, censurado por las autoridades rusas al año siguiente, publicó un amplio reportaje sobre la “vida secreta de Putin” y la existencia de una supuesta tercera hija del presidente ruso. Según esta investigación citada por EFE, Putin habría mantenido una relación sentimental con Svetlana Krivonóguij, quien ahora sería una de los accionistas del banco Rusia, vinculado con el entorno más cercano al jefe del Kremlin, y tendría propiedades por más de 100 millones de dólares.
Fruto de dicha relación, según Proekt, habría nacido una niña en 2003 llamada Elizaveta, cuando Putin ya estaba al mando del Kremlin. El Kremlin ha negado que sea hija del presidente.
El nombre de Krivonóguij se mencionaba en los Papeles de Pandora publicados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación sobre actividades financieras cuestionables de funcionarios y oligarcas cercanos al Kremlin.