Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) están luchando en dos frentes en Gaza: en el sur, continúan y amplían su operación en la localidad de Rafah, y, en el norte, han vuelto a la zona de Yabalia, donde supuestamente habían derrotado al grupo islamista Hamás hace meses. Unas 450.000 personas han huido de Rafah ante el avance de las tropas israelíes, desde que ordenaron la evacuación del este de la ciudad hace poco más de una semana.
En la pasada semana, cerca del 20% de un total de 2,3 millones de gazatíes se han visto desplazados de nuevo en toda la Franja, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), mientras prosiguen los ataques de las FDI y los enfrentamientos entre éstas y los milicianos palestinos en Rafah, en Yabalia y en la Ciudad de Gaza. En un comunicado, las FDI aseguran que continúan operando “contra objetivos terroristas en el este de Rafah y en el lado gazatí del cruce de Rafah”.
Durante la noche, “las tropas expandieron su actividad en el área de Yabalia y llevaron a cabo operaciones contra nuevos objetivos terroristas en el área” y “eliminaron con fuego de artillería a decenas de terroristas”, de acuerdo con el comunicado. Las FDI también han seguido sus operaciones en área de Al Zeitoun, en la Ciudad de Gaza, una de las primeras de las que expulsaron a Hamas cuando lanzaron su ofensiva terrestre en la principal urbe de la Franja.
Los combates vuelven al norte de Gaza
La Ciudad de Gaza ha quedado destruida por los intensos ataques y combates, pero Israel no ha logrado eliminar la presencia de Hamas y su infraestructura militar de la que fue la capital y sede del Gobierno islamista, desde 2007. Esto pone en entredicho la estrategia israelí y el hecho de que pueda realmente acabar con Hamas, que es uno de los objetivos declarados de su ofensiva. Los dirigentes políticos y militares aseguran que seguirán adelante hasta lograrlo, y que no permitirán que la Franja vuelva a estar bajo el control del grupo islamista, aunque de momento el grupo ha sobrevivido e, incluso, ha seguido atacando con cohetes territorio israelí.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha prometido seguir adelante con la ofensiva el tiempo que sea necesario, a pesar de las presiones internas en su propio Gobierno para definir un plan para el postguerra, según informa la agencia de noticias Reuters. También desde el Gobierno qatarí, que ejerce de mediador entre Israel y Hamas, han dicho que Israel “no tiene hoja de ruta” para Gaza.
El portavoz del Ministerio de Exteriores, Majed al Ansari, señaló en su rueda de prensa semanal que es necesaria la “presión internacional para que haya una hoja de ruta clara” que ponga fin al conflicto. También el primer ministro qatarí, Mohamed bin Abdelrahman al Thani, dijo en Doha que las negociaciones para un alto el fuego están en “punto muerto” y que la operación militar israelí en Rafah ha hecho que las conversaciones retrocedan.
Mientras, las víctimas palestinas desde el 7 de octubre superan los 35.000 muertos, según el Ministerio de Sanidad gazatí y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que validó este martes el número de fallecidos –de los cuales, 25.000 han sido identificados y 10.000, aún no–. Su portavoz, Christian Lindmeier, afirmó en una rueda de prensa en Ginebra que las autoridades sanitarias “identifican cada cuerpo”, con nombre y apellido, para comunicarlo a las familias, y que esta identificación paulatina es “un proceso muy normal en todos los conflictos, sobre todo en un conflicto tan difícil en el que las personas se han visto desplazadas, cinco, seis o siete veces” debido a la guerra.
El representante de la OMS afirmó que “el 60% de las víctimas son mujeres y niños” y, además, de los cadáveres que aún se encuentran bajo los escombros de los edificios bombardeados, “es probable que sean mujeres y niños porque son los que habitualmente se quedan en casa”. Según los datos desglosados de las autoridades gazatíes, más de 15.000 muertos son menores y casi 10.000, mujeres, además de 10.000 desaparecidos.
Hospitales cerrados o sin suministros médicos
Por su parte, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado que la intensificación de la ofensiva de las FDI en Rafah ha hecho que la ONG tenga que dejar de prestar asistencia vital en el Hospital de campaña Indonesio, donde sus equipos sanitarios trabajaban desde mediados de diciembre de 2023, realizando cambios de vendajes, fisioterapia y asesoramiento, explicó MSF en un comunicado. Según la organización, el Ministerio de Sanidad también se ha visto obligado a trasladar sus actividades y el Hospital de campaña Indonesio ha tenido que cerrar.
“Junto a este cierre, los prolongados bloqueos de la ayuda están paralizando aún más la respuesta humanitaria y poniendo en peligro la vida de las personas atrapadas en Gaza. Los suministros de combustible, necesarios para el funcionamiento de hospitales y panaderías, y las existencias de otros productos de primera necesidad se están agotando, mientras que la población sigue sin poder salir del enclave”, denunció MSF.
La organización describió la situación en las puertas de entrada y salida del enclave bloqueado por tierra, mar y aire: “Las fuerzas israelíes siguen ocupando el paso fronterizo de Rafah, impidiendo la entrada o el flujo de personas y suministros. Se está intentando transportar suministros a través de Kerem Shalom, después de que los combates entre Hamas y las fuerzas israelíes bloquearan el paso durante días. Mientras tanto, la entrada de suministros por el paso fronterizo de Erez [norte] también está bloqueada por la ofensiva israelí en Yabalia”.
Los dos principales pasos fronterizos por los que entraba la ayuda humanitaria (Rafah y Kerem Shalom) permanecen cerrados desde la semana pasada y muy pocos suministros han podido acceder, tal y como ha confirmado a elDiario.es la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA). Su directora de comunicación, Juliette Touma, ha detallado que 157.000 litros de combustible entraron el viernes pasado y el sábado, seis camiones con comida a través de Kerem Shalom, entre Israel y Gaza. “Es lo único desde el 6 de mayo; no se ha permitido la entrada ni la salida de Gaza del personal humanitario”, ha agregado. Según Touma, la UNRWA todavía tiene suministros dentro de la Franja pero necesita “urgentemente” muchos más para prestar asistencia a los civiles palestinos.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) también lamentó este martes que “las propias operaciones humanitarias, que se convirtieron en el único salvavidas para toda la población de la Franja, se ven amenazadas” por el cierre de los pasos fronterizos. “Los pasos fronterizos deben abrirse rápidamente y debe permitirse a las organizaciones humanitarias desplazarse con seguridad, y proporcionar la asistencia vital de la que dependen todos los niños de Gaza. De lo contrario, se producirá una tragedia aún mayor que la que ya hemos presenciado” alertó la directora regional de UNICEF para Oriente Medio y África del Norte, Adele Khodr.
Al menos 31 niños han fallecido por desnutrición y deshidratación en el norte de la Franja, porque las agencias de la ONU y otras organizaciones humanitarias no han podido entregar alimentos y agua potable deforma continuada. “Desde el comienzo de la escalada más reciente, UNICEF se enfrenta a mayores dificultades para transportar cualquier tipo de ayuda a la Franja de Gaza (...) Las personas en riesgo inminente de hambruna están ahora aisladas de toda ayuda”, advirtió Khodr.
Mientras la violencia se intensifica en Rafah, los palestinos vuelven a huir hacia Jan Yunis –ciudad al norte de Rafah y de la que fueron expulsados cuando el Ejército israelí irrumpió en ella a finales de enero–. El médico palestino-boliviano Refaat Alathamna, que forma parte del personal del Hospital Europeo de Jan Yunis, relata a elDiario.es que el Hospital de Al Nasser, también en Jan Yunis, ha vuelto a operar para atender las crecientes necesidades.
“Los médicos y funcionarios de ese hospital están intentando activarlo de nuevo (...) con la ayuda de muchas organizaciones”, después de que fuera destruido por las FDI y saqueado por civiles que aprovecharon el caos después de la ofensiva israelí, explica. “Esperemos que esta semana logremos poner en funcionamiento la UCI”, dice. Según Alathamna, en Jan Yunis están volviendo a funcionar los centros de Al Nasser y Al Amal, que fueron “destruidos totalmente” por Israel y están empezando a recibir pacientes.
“Ahora la zona de Al Nasser y Al Amal son seguras, y por eso pudimos llegar allí, aunque es difícil pasar por las calles y avenidas de Jan Yunis” por la destrucción dejada por las tropas israelíes, detalla este anestesista que lleva meses intentando salir de Gaza con su familia. Afirma que es necesario reabrir los hospitales de Jan Yunis para “reemplazar” los que se están cerrando en Rafah por el avance de la ofensiva, con los tanques israelíes que han penetrado este martes en otros barrios de la localidad.
MSF también aseguró que “los episodios de llegadas masivas de heridos a los hospitales son cada vez más frecuentes”, a medida que Israel expande su ofensiva en el sur y el norte de la Franja. “Los incesantes combates y bombardeos en Gaza han provocado una enorme afluencia de pacientes al Hospital Al Aqsa”, en el centro del enclave, donde trabajan los equipos de MSF. Los pasados 10 y 11 de mayo, 46 de los 117 pacientes ingresados en ese hospital fallecieron a causa de sus heridas.