La Fuerza Aérea israelí ha bombardeado este domingo Líbano con unos 100 aviones de combate para atacar miles de lanzacohetes del grupo chií Hezbolá. El ejército israelí ha calificado la acción, el mayor ataque a Hezbolá en 17 años, como una acción “preventiva” y “en defensa propia”. Poco después, la milicia ha anunciado que había completado la primera fase de su represalia por el asesinato de su número dos, Fuad Shukr, con el lanzamiento de 320 cohetes y drones contra una decena de bases militares.
La escalada de tensión amenaza con abrir un nuevo frente bélico en Oriente Próximo en la víspera de una nueva ronda de negociaciones en Egipto para poner fin a la ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza. Al mismo tiempo, el enfrentamiento puede agravar aún más las tensiones entre Irán, por su respaldo a la milicia Hezbolá, e Israel, además de EEUU, su principal aliado.
El ministro de Exteriores israelí ha asegurado este domingo que su país no tiene como objetivo una guerra abierta en la región. Según informa Reuters, sin embargo, el primer ministro Benjamin Netanyahu ya afirmado posteriormente que “este no es el final de la historia”, en referencia a la ofensiva de este domingo.
Israel asegura que buscaba “frustrar un ataque inminente”
Israel ha lanzado durante la madrugada el bombardeo a gran escala contra el sur de Líbano, en las que el grupo tiene “miles de lanzaderas” de cohetes. Las autoridades israelíes aseguran que el objetivo era “frustrar un inminente ataque masivo” contra su territorio. “Seguiremos eliminando amenazas y atacando intensamente a la organización terrorista Hezbolá”, ha subrayado el portavoz del ejército, Daniel Hagari.
La mayoría de lanzacohetes libaneses estaban concentrados en 40 posiciones de lanzamiento a lo largo del sur del país. El portavoz internacional del ejército de Israel, Nadav Shoshani, ha comunicado que la mayoría de ellos apuntaban al norte del territorio israelí y estaban preparados para atacarlo, aunque también había alguno dirigido hacia objetivos en el centro de Israel. Finalmente, la acción israelí ha detenido a estos cohetes de Hezbolá, que no han llegado al centro del país, y han causado “muy pocos daños” en el norte.
El líder del grupo chií libanés Hezbolá, Hasán Nasrala, ha anunciado en la tarde del domingo que su objetivo, en respuesta al asesinato de su máximo comandante hace un mes, era la base israelí de Gilot. Hizbulá ha defendido que “controlaron” el alcance de la misma para evitar objetivos civiles.
Israel, por su parte ha definido su operación como “defensa propia en tiempo real”, ha causado al menos tres muertos en Líbano, uno de ellos combatiente de una formación armada, según ha informado el centro de Operaciones de Emergencia del Ministerio de Salud Pública de Líbano. Las autoridades libanesas afirman que dos personas han muerto durante el ataque contra la localidad sureña de Al Tiri, mientras que el tercero fue alcanzado por “drones israelíes” viajando en coche al municipio de Khiam.
EEUU sigue la escalada “de cerca”
El presidente de EEUU, Joe Biden, ha reiterado este domingo su apoyo a Israel y su derecho a defenderse, a la vez que aboga por la “estabilidad regional” por el temor a una escalada bélica aún mayor en Oriente Próximo. Biden se encuentra de viaje en California con su familia y sigue los acontecimientos “de cerca”, según ha informado la Casa Blanca. El mandatario también ha pedido a sus altos funcionarios que permanezcan en comunicación “continua” con sus homólogos israelíes.
Este ataque —el mayor desde el lanzado en 2006, en el que murieron más de 1.000 libaneses— se ha producido pocas horas antes de que tenga lugar una nueva ronda de contactos en El Cairo para alcanzar un alto el fuego en la Franja. Está previsto que los mediadores —Egipto, Qatar y EEUU— se reúnan en la capital egipcia, donde también se encuentra una delegación del grupo palestino Hamás, que no participará directamente en las conversaciones pero recibirá una propuesta de mano de Egipto y Qatar. No se sabe si los representantes israelíes acudirán a la cita debido a la situación en el país tras el intercambio de fuego con Hezbolá.
El grupo libanés, por su parte, ha llevado a cabo un “ataque aéreo” a gran escala como represalia contra Israel con más de 320 cohetes y drones, dirigidos a “objetivos israelíes” en el interior del país. Así lo ha indicado el grupo armado, que hacia las 8.30 de la mañana ha dado por “completado y logrado” este ataque “hacia los objetivos previstos y desde múltiples caminos”.
El grupo chií, aliado de Irán, había prometido una respuesta significativa en represalia por el asesinato de Fuad Shukr, el máximo jefe militar de Hezbolá, en un bombardeo israelí contra Beirut. El asesinato de Shukr se produjo el pasado 31 de julio; pocas horas antes de otro ataque atribuido a Israel matara al jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán. La milicia chií había prometido vengar la muerte de su dirigente durante las últimas semanas.
Mientras, el primer ministro provisional libanés, Najib Mikati, ha convocado una reunión de emergencia del gabinete para este domingo con Comité Ministerial de Emergencia para abordar los ataques aéreos cruzados a gran escala. Tras el encuentro, Mikati ha llamado al cumplimiento inmediato de las resoluciones de Naciones Unidas. “Lo que hace falta primero es detener la agresión de Israel y después aplicar las resoluciones de manera inmediata”, ha declarado en comentarios recogidos por el diario 'Al Joumhouria'. El Gobierno ha afirmado al finalizar el encuentro que está en contacto con diferentes actores regionales e internacionales para “detener la escalada” entre Israel y el grupo chií libanés Hezbolá.
Israel declara el estado de emergencia militar
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, ha declarado este domingo el estado de emergencia militar tras lanzar los bombardeos a Líbano. El estado de emergencia atribuye al poder militar poderes especiales y se mantendrá, en principio, durante 48 horas. En un comunicado, el Ministerio de Defensa ha informado de que Gallant ha activado una “situación especial en el frente interior”, añadiendo que “esta declaración del estado de emergencia permite al Ejército dar instrucciones a los ciudadanos de Israel, como limitar las reuniones y cerrar lugares cuando sea relevante”.
Netanyahu, por su parte, ha declarado que Israel “hará daño a quien le haga daño” y que tomará las medidas necesarias para defenderse. “Estamos decididos a hacer todo lo posible para defender a nuestro país, para que los habitantes del norte regresen sanos y salvos a sus hogares y para seguir manteniendo una regla sencilla: quien nos hace daño, nosotros se lo hacemos a él”, señala en un comunicado recogido por la agencia Reuters.
El ex primer ministro israelí Ehud Olmert le ha acusado por otra parte de “torpedear” las negociaciones de alto el fuego en la Franja, algo que, ha asegurado, aboca al país hacia una guerra integral en la región. Olmert ha expresado que “Netanyahu no quiere que vuelvan los rehenes” —en referencia a los 105 que llevan más de 10 meses en manos de Hamás, al menos un tercio de ellos ya muertos—, sino alargar unas negociaciones y una guerra que podría degenerar en una escalada de violencia contra Hizbulá e Irán.
Y, apenas unas horas después del fuego cruzado, Hamás ha felicitado a Hezbolá por el “poderoso y concentrado” ataque en represalia contra el territorio israelí. “Esta respuesta poderosa y concentrada, que ha golpeado profundamente a la entidad sionista. Es una bofetada en la cara del gobierno [israelí] de ocupación fascista y un mensaje de que su terrorismo y sus crímenes contra el pueblo palestino y libanés no quedarán sin respuesta”, ha dicho la milicia en un comunicado. En el texto, Hamás recuerda que este ataque se produce en respuesta a las “agresiones” en la Gaza, donde ya se superan los 40.400 palestinos muertos, según las cifras del Ministerio de Sanidad gazatí.
Mientras, comienzan las peticiones internacionales para la desescalada del conflicto. La misión de la ONU en el Líbano y los Cascos Azules han urgido a Israel y al grupo chií que acuerden una tregua y se abstengan de “nuevas acciones que intensifiquen la violencia”.
La coordinadora especial de la ONU para el Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, y el comandante de los Cascos Azules en el Líbano, el general español Aroldo Lázaro, han instado en un comunicado conjunto tanto a Israel como a Hizbulá a “cesar el fuego”: “El único camino sostenible para avanzar es el retorno al cese de las hostilidades, seguido de la aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, dice la nota.
DM