Israel mantiene la ofensiva sobre Gaza mientras crece la presión para pactar con Hamas la liberación del resto de rehenes

Cristina F. Pereda

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La guerra de Israel contra la Franja de Gaza cumple diez semanas entre reiteradas llamadas de alto el fuego por parte de líderes europeos y con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, bajo una presión cada vez mayor para lograr la liberación del resto de rehenes. En Gaza, la crisis humanitaria empujó a decenas de personas a detener los camiones de ayuda humanitaria para poder acceder a la comida.

Este domingo, Francia pidió a través de su ministra de Exteriores un alto el fuego “inmediato” que logre la liberación del resto de rehenes y la creación de “una solución política”. Otro aliado israelí, Reino Unido, dio un paso más en la petición de un alto el fuego con la firma de un texto por parte de su ministro de Exteriores, David Cameron, junto a su homóloga alemana, Annalena Baerbock, en el diario 'The Sunday Times'

Si el Gobierno británico pidió hasta ahora “pausas humanitarias”, Cameron y Baerbock se sumaron a los líderes internacionales que defienden un “alto el fuego sostenible” que vaya más allá de “poner fin a los combates actuales” y permita trabajar en “una paz que dure días, años y generaciones”. 

“Lucharemos hasta el final”

Ni estas presiones, ni la próxima visita del secretario de Defensa estadounidense —días después de que Washington haya reiterado su preocupación por el alto número de víctimas civiles—, ni el alto número de bajas militares israelíes hicieron que Netanyahu cambie su tono. El primer ministro reiteró este domingo tras la reunión semanal con su gabinete, que tiene la intención de “luchar hasta el final”.

Así cerró Netanyahu su encuentro, en el que leyó la carta de un familiar de uno de los 121 soldados que murieron en la operación terrestre contra la Franja de Gaza, que se salda ya con casi el doble de bajas que la ofensiva terrestre de 2014, que duró 50 días. “Tenés el encargo de luchar, no de dejarlo a medias”, leyó el primer ministro, que situó su compromiso en la eliminación de Hamas.

La reunión se celebró un día después de que un portavoz militar reconociera que el Ejército israelí había matado por error a tres rehenes en Gaza, a pesar de que portaban una bandera blanca y se encontraban cerca de un edificio en el que habían escrito el lema “SOS. Ayuda, tres rehenes”. Tras conocerse esta información, centenares de personas se manifestaron en Tel Aviv para pedir al Gobierno que pacte con Hamas el regreso de los más de 100 rehenes que aún tiene en sus manos. 

La organización terrorista, sin embargo, aseguró que no pactará la liberación de más israelíes hasta que no termine la guerra y que así se lo trasladó a todos los equipos negociadores de EEUU, Qatar y Egipto. El jefe del servicio secreto israelí mantuvo este fin de semana una reunión “positiva” con los negociadores qataríes, según informa Haaretz, pero no trascendió más información del encuentro. 

La crisis humanitaria se agrava

En la Franja de Gaza, decenas de palestinos impidieron el avance de los camiones con ayuda humanitaria, en un ejemplo más de la grave crisis a la que se enfrentan los más de 1,9 millones de personas —el 85% de la población de la Franja— desplazadas forzosamente por los bombardeos. Según imágenes distribuidas por la cadena de televisión Al Jazeera, decenas de palestinos detuvieron los camiones que cruzan por el paso fronterizo de Rafah para acceder a los suministros y distribuir las cajas. 

La Organización de Naciones Unidas describió este domingo la situación en el hospital de Al-Shifa, el más importante en el norte de Gaza, como “un baño de sangre”.  El servicio de urgencias del centro médico cuenta “con cientos de heridos dentro y pacientes que llegan cada minuto”, según informó la misión de la ONU que llegó al hospital para llevar suministros. La Organización Mundial de la Salud (OMS), participante en la misión, agregó que los pacientes con traumatismos son suturados en el suelo y el tratamiento para el dolor es limitado o inexistente.

La OMS también denunció que el hospital alberga ahora a un pequeño grupo de médicos y unas pocas enfermeras, junto con 70 voluntarios, que trabajan en “circunstancias increíblemente difíciles”. El organismo internacional reiteró que el paso del tiempo “aumenta más y más la preocupación por el hambre en la Franja de Gaza y las consecuencias de la desnutrición en la salud de la gente y en su susceptibilidad a enfermedades infecciosas”.

Decenas de víctimas en nuevos bombardeos

La jornada del domingo se saldó con al menos 36 fallecidos en los diferentes bombardeos israelíes contra los campos de refugiados de Yabalia, en el norte de la Franja de Gaza, y en Deir al Balah, en la región central. Los equipos de emergencias rescataron los cuerpos de al menos 24 personas en Yabalia, casi un centenar resultaron heridas y varias decenas de personas quedaron bajo los escombros.

En el campo de refugiados de Deir al Balah, donde miles de personas habían buscado refugio tras ser huir desde el norte, Israel mató al menos a 12 palestinos, según los servicios de emergencias citados por Wafa. En el sur, en la ciudad de Jan Yunis, la artillería israelí disparó un misil que no llegó a explotar hacia el hospital Nasser, que alberga a cientos de heridos y desplazados.

Este fin de semana, cuando se cumple además el cuarto día de bloqueo de todas las comunicaciones en la Franja, Israel también bombardeó el barrio de Al Jenena en Rafah, en el extremo meridional de la Franja. Se trata de la misma región que el Gobierno de Netanyahu había declarado como “zona humanitaria” y donde se concentran más de un millón de personas que huyeron de los combates.

Unos 19.000 gazatíes murieron víctimas de bombardeos israelíes y de los combates, incluidos casi 8.000 niños, y más de 51.000 están heridas, según datos del Ministerio de Sanidad de la Franja, controlado por Hamas. Se estima además que unos 7.500 cuerpos están atrapados bajo los escombros tras la respuesta militar de Israel al ataque terrorista que dejó más de 1.200 muertos (más de 800 civiles), y 240 secuestrados, de los que 129 siguen cautivos dentro del enclave palestino.