Choques entre manifestantes y policías se produjeron este sábado en París y Lyon durante las marchas contra la violencia policial y un polémico proyecto de Ley de Seguridad, que reunieron a miles de personas en las calles de decenas de ciudades francesas.
Por tercer sábado consecutivo, la protesta en la capital francesa registró enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, por los que al menos 119 personas fueron detenidas, informó el Ministerio del Interior, según la agencia de noticias Europa Press.
Pese a que los organizadores de la manifestación parisina decidieron suspenderla porque las “condiciones de seguridad” no estaban reunidas, varios miles de personas desfilaron esta tarde bajo la lluvia por el centro de la ciudad con una inmensa bandera en la que se leía “Basta de leyes liberticidas, basta de islamofobia”, seguidos de cerca por un importante dispositivo de seguridad.
Ante la violencia ocurrida en manifestaciones anteriores, la policía “intervino en medio de la marcha y arrestó a varios individuos para impedir la constitución de un grupo violento de black-blocks”, como se denomina a militantes antisistema, informó la Policía local en Twitter.
El ambiente en la manifestación era tenso, según señaló un periodista del diario Le Figaro.
También se produjeron altercados en la convocatoria en Lyon, en centro-este del país, donde las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos en respuesta a proyectiles lanzados por algunos manifestantes.
No obstante, en el resto del país, las protestas contra la denominada Ley de Seguridad Global se desarrollaron de forma pacífica y reunieron a miles de personas en las calles de Estrasburgo, Burdeos, Lille, Dijon, Caen, Tours y Nancy, entre otros.
El cuestionado proyecto de ley
El mismo propone multa o prisión de un año a quienes difundan imágenes u otros elementos que permitan identificar a policías en el cumplimiento de sus funciones con el fin de “atentar contra su integridad física o mental”.
El proyecto generó una fuerte crítica por parte de periodistas que temen que se les prohíba filmar o fotografiar las acciones de la policía durante las protestas, restringiendo la libertad de los medios de comunicación, pese a que el presidente Emmanuel Macron suele declararse enfáticamente a su favor y repudiar todo acto que la erosione.
Las manifestaciones denuncian también la violencia policial, en especial tras dos polémicos casos a fines de noviembre: la brutal paliza propinada a un productor musical negro, por la que tres policías fueron inculpados, y la evacuación de un campo de migrantes en el centro de París.
El partido del Gobierno, La República En Marcha, finalmente cedió a las presiones y se comprometió a reformular los puntos más polémicos del texto que fue aprobado hace dos semanas por la Asamblea Nacional y tiene pendiente la votación en el Senado.