Un ataque con misiles iraníes contra objetivos del norte de Irak desencadenaron este martes una disputa entre ambos países. Desde Teherán insistieron en que el ataque pretendía disuadir las amenazas de espías israelíes, pero eso no impidió que desde Irak decidieran retirar a su embajador como protesta.
La Guardia Revolucionaria iraní atacó lo que medios locales calificaron como un centro de espionaje israelí en la región semiautónoma del Kurdistán iraquí. Esta acción armada, según especificaron, responde a las “atrocidades” israelíes contra varios comandantes y fuerzas aliadas de Irán en la región desde que se desató el conflicto en Gaza.
Con la ofensiva iraní, crece la preocupación por la escalada de violencia en Medio Oriente que ya lleva alrededor de tres meses desde que comenzó el conflicto entre Israel y Hamás el pasado 7 de octubre.
También se teme que Irak vuelva a convertirse en un escenario de conflicto regional luego de los recientes ataques estadounidenses contra grupos militantes vinculados a Irán. Dichas agresiones derivaron de decenas de atentados previos contra las fuerzas estadounidenses en la región desde que se desató la guerra entre Israel y el grupo islámico.
Pese a las explicaciones de las autoridades iraníes, el primer ministro iraquí, Mohamed Shia al-Sunadi, afirmó que el ataque era una “clara agresión” contra Irak y un hecho peligroso que socava la relación sólida entre Teherán y Bagdad. De igual modo, su par urdo-iraquí Masrour Barzani, calificó el hecho como un “crimen contra el pueblo kurdo” en el que murieron al menos cuatro civiles y resultaron heridos otro seis.
El asesor de Seguridad Nacional iraquí, Qasim al-Araji, también negó que la causa del ataque fuera un centro de espionaje israelí. “Para responder a la afirmación de que hay un cuartel general del Mossad visitamos el lugar y recorrimos cada rincón de esta casa y todo indica que se trata de una casa familiar perteneciente a un empresario iraquí de Erbil”, explicó a la prensa.
ACM con información de agencias.