Los resultados de las elecciones generales del 23 de julio arrojan un escenario de bloqueo ya que, a priori, ningún bloque suma mayoría absoluta y están prácticamente en un empate. Los posibles pactos postelectorales determinan que la derecha no suma y que la coalición progresista que gobernó los últimos cuatro años dependería de una abstención de los 7 diputados que obtuvo Junts.
Como ocurre desde que en 2014 acabó el bipartidismo, es necesario sacar la calculadora para ver cómo los 350 diputados del Congreso pueden organizarse para sacar adelante la investidura de un presidente del Gobierno, que requiere mayoría absoluta (176 votos a favor) en una primera votación o mayoría simple (más síes que noes) en una segunda repetida 48 horas más tarde.
Alberto Núñez Feijóo ve alejarse su sueño de llegar a La Moncloa al quedar, con sus 136 escaños, lejos de la mayoría absoluta con Vox (la formación de la extrema derecha se desploma a 33 escaños). Juntos suman 169 escaños, a los que podrían sumarse los dos de UPN y Coalición Canaria, respectivamente En total, 171 escaños. Pero enfrente tendrían 179 votos en contra.
La mayoría progresista y plurinacional, que sustentó al Gobierno de Pedro Sánchez, y Unidas Podemos se queda en 172 –PSOE, 122; Sumar, 31; ERC, 7; EH Bildu, 6; PNV, 5; y el diputado del BNG, aunque en 2019 votó en contra de la investidura del socialista–. La única opción de que Sánchez se quede en Moncloa con esas alianzas es que los siete escaños de Junts se abstuvieran para evitar el bloqueo. En todo caso, se trata de una cuestión aritmética y ahora toca el momento de las negociaciones y los relatos con el fantasma de una repetición electoral planeando.
“Nosotros no haremos presidente a Pedro Sánchez a cambio de nada”, asegura la cabeza de lista de Junts, Míriam Nogueras, en una comparecencia tras conocerse en recuento en la que mencionó la maniobra del PSC para arrebatar la alcaldía de Barcelona a Xavier Trias.
En un momento de la noche, la posibilidad de reeditar una coalición progresista de PSOE y Sumar con el apoyo de las fuerzas nacionalistas e independentistas, sin Junts, fue una realidad al conseguir todas esas formaciones la mayoría absoluta: 176. Pero la posibilidad se fue desinflando a medida que progresaba el escrutinio, especialmente el de la Comunidad de Madrid, que había comenzado atrás. El PP fue escalando posiciones desde los 132 escaños casi a la misma velocidad que el PSOE iba cayendo de los 128 hasta llegar al escenario endiablado que arroja el final del recuento del 23J: ninguno de los dos bloques suma y el bloqueo depende de una abstención de los diputados del partido de Puigdemont.