Corea del Sur vivió cinco horas bajo la ley marcial en pleno siglo XXI. El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, declaró que entraba en vigor a las 23.00 hora local –14.00 hora peninsular española–, agitando el fantasma de las conspiraciones extranjeras de la oposición y de Corea del Norte. Pero, con el paso del tiempo, terminó echando marcha atrás tras el desafío del Parlamento, que mayoritariamente había votado en contra de esta ley.
Tras algunas de las horas más tensas de la historia reciente del país, Yoon dijo que las tropas volverían a sus cuarteles y que la orden se levantaría tras una reunión del gabinete. “Hace un momento, la Asamblea Nacional ha pedido que se levante el estado de emergencia, y hemos retirado a los militares desplegados para las operaciones de la ley marcial”, dijo Yoon en un discurso televisado a primera hora de la mañana del miércoles: “Aceptaremos la petición de la Asamblea Nacional y levantaremos la ley marcial a través de la reunión del gabinete”.
El gabinete se reunió y levantó la ley marcial poco después.
Previamente, el mandatario había llevado adelante esta norma al considerar que la oposición está llevando a cabo “actividades antiestatales” y tras acusarla de ser “fuerzas pronorcoreanas”. Yoon anunció la puesta en marcha de esta medida excepcional en un discurso televisado, en el que acusó a la oposición de estar llevando a cabo “actividades que planean la rebelión”, informó Efe.
La ley marcial prohíbe las actividades de la Asamblea Nacional y los partidos políticos, sin embargo, los diputados opositores se reunieron y votaron por unanimidad —solo estaban presentes los 190 diputados opositores que controlan la Cámara, de un total de 300 escaños— una moción que exije el levantamiento de la ley marcial en un evidente desafío al presidente.
Según la ley surcoreana, el presidente debe levantar la ley marcial si así lo decide el Parlamento por mayoría, de acuerdo con la agencia de noticias Reuters. Esta votación es la que finalmente forzó a Suk-yeol a dar marcha atrás a su intento de declarar la ley marcial.
“El presidente debe levantar inmediatamente la ley marcial de emergencia tras el voto en la Asamblea Nacional”, señaló el presidente del Parlamento, Woo Won-sik. “La gente debe estar tranquila. La Asamblea Nacional defenderá la democracia con la gente”.
El Partido Democrático (PD), el principal de la oposición, calificó la declaración de “ilegal” y dijo que constituye un “acto criminal, viola directamente la Constitución y otras leyes” del país. “Es esencialmente un golpe de Estado”, denunció, según Reuters.
Poco después de la declaración de la ley marcial, un comando militar entró en el Parlamento y poco después de la votación en la Asamblea empezó a retirarse del edificio.
Miles de manifestantes surcoreanos se congregaron en la madrugada de este miércoles (tarde del martes en España) frente a la Asamblea Nacional para protestar contra la ley marcial y reclamar la dimisión del presidente, según EFE. El decreto prohíbe explícitamente las manifestaciones. La muchedumbre, entre la que había desde adolescentes a gente de edad avanzada, entonó repetidamente el himno nacional y cánticos pidiendo la dimisión de Yoon.
Su presidencia quedó muy debilitada desde que el opositor Partido Democrático ganó las elecciones legislativas el pasado abril, y desde entonces su Gobierno no pudo sacar adelante las leyes que se había propuesto.
El presidente había declarado la ley marcial en Corea del Sur por primera vez desde 1980, con el objetivo de proteger el “orden constitucional” de actividades “antiestatales”, de las que acusó al PD. El partido opositor ha sido tildado de “fuerza pronorcoreana” en la declaración televisada de Yoon, quien no se refirió al vecino del norte directamente.
El sorpresivo anuncio llegó después de que el PD, que tiene mayoría en la Asamblea Nacional, aprobara sin contar con el apoyo del gobernante Partido del Poder Popular (PPP) unos presupuestos generales para 2025 con múltiples recortes, además de mociones para destituir al fiscal general y al responsable de la Junta de Auditoría e Inspección, encargada de monitorizar las cuentas de los organismos públicos.
El mismo Yoon había justificado en su discurso televisado que desde que juró el cargo en mayo de 2022 se han registrado 22 procesos de destitución contra miembros de su Ejecutivo, con la oposición impulsando su décimo intento desde que se reanudó la Asamblea Nacional tras los comicios legislativos.
El mandatario conservador dijo que la situación “no tiene precedentes” en la historia del país y en la política global, alegando que las acciones socavaron la capacidad de gestión de su Gobierno.
Según datos de la agencia de sondeos Gallup Korea de comienzos de noviembre, el apoyo popular de Yoon cayó hasta el 17% y su valoración negativa alcanzó un máximo histórico del 74%. Los motivos tras estos bajos niveles de popularidad son varios, como la gestión que se hizo de las acusaciones dirigidas a la primera dama Kim Keon-hee, la situación de la economía o la falta de comunicación por parte del presidente.
La esposa Yoon se enfrentó a críticas por las acusaciones relacionadas con su aceptación de un bolso de lujo para un supuesto trato de favor, la manipulación de acciones y su implicación en la interferencia en las nominaciones de candidatos del partido gobernante de su marido de cara a las elecciones de abril.
Tras el anuncio, fue nombrado comandante bajo la ley marcial el jefe del Estado Mayor Conjunto (JCS), Park An-su, quien indicó que las actividades de la Asamblea Nacional y los partidos políticos quedaban prohibidos, según la agencia surcoreana Yonhap.
A su vez, el ministro de Defensa, Kim Yong-hyun, había ordenado una reunión de los principales comandantes y una vigilancia estricta del Ejército, anunció el JCS en un comunicado. El Ejército llegó a decir que cualquier persona puede ser detenida si viola la ley marcial, según la agencia AP.
Desde Washington, “la Administración [de EEUU] está en contacto con el Gobierno de la República de Corea y está monitoreando la situación de cerca”, señaló en un comunicado enviado a EFE un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
El vicesecretario de Estado estadounidense, Kurt Campbell, que fue diplomático en Asia, afirmó que la alianza de su país con Corea del Sur es “de hierro” y que Washington está al lado de Seúl en este “momento de incertidumbre”, según AP.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel, dijo que EEUU espera que los incidentes en Corea del Sur se resuelvan “pacíficamente” y “de acuerdo con el estado de derecho”, en declaraciones recogidas por EFE. Patel mostró su apoyo a la votación de la Asamblea Nacional en contra de la ley marcial, que debería ser levantada.