La administración de Donald Trump abrió investigaciones sobre las importaciones de productos farmacéuticos y semiconductores como parte de un plan para imponer aranceles a ambos sectores “por motivos de seguridad nacional”, según muestran avisos publicados este lunes en el Registro Federal a los que tuvo acceso la agencia Reuters.
Los documentos, que se publicarán oficialmente este miércoles, establecen un plazo de 21 días a partir de esa fecha para la presentación de comentarios públicos sobre el tema, e indican que la administración tiene la intención de aplicar los gravámenes bajo la autoridad que le otorga la Ley de Expansión Comercial de 1962. Estas investigaciones deben completarse en un plazo de 270 días tras su anuncio.
La administración de Trump ya ha iniciado estudios, en el marco de la sección 232 –aranceles para proteger la seguridad nacional–, sobre las importaciones de cobre y madera. Las gestiones realizadas durante el primer mandato de Trump sirvieron de base para los aranceles aplicados desde su regreso a la Casa Blanca en enero, en sectores como el acero, el aluminio y la industria automotriz.
EEUU comenzó a aplicar aranceles a estos sectores del 10% sobre las importaciones el 5 de abril. Los productos farmacéuticos y los semiconductores están exentos de esos gravámenes de momento, pero Trump ha declarado que ambos sectores sufrirán aranceles específicos.
Trump afirmó el domingo que anunciará en el transcurso de la próxima semana un arancel para los semiconductores importados, y agregó que habrá cierta flexibilidad con algunas empresas del sector.
EEUU depende en gran medida de semiconductores importados desde Taiwán, algo que el entonces presidente, Joe Biden, intentó revertir otorgando miles de millones de dólares a través de la Ley de Chips, para atraer a los fabricantes a ampliar su producción dentro del país.
La investigación anunciada este lunes incluirá tanto medicamentos como ingredientes farmacéuticos, así como otros productos derivados.
Las compañías farmacéuticas han advertido que los aranceles podrían aumentar el riesgo de desabastecimiento y reducir el acceso de los pacientes a los medicamentos. Aun así, Trump ha defendido la imposición de estos recargos, argumentando que EEUU necesita fortalecer su capacidad de producción interna para no depender del suministro extranjero.
Las empresas del sector han presionado a Trump para que los aranceles a los productos farmacéuticos importados se apliquen de forma gradual, con el objetivo de amortiguar su impacto y ganar tiempo para trasladar parte de la producción.
Los grandes laboratorios cuentan con redes de producción globales, principalmente en EEUU, Europa y Asia, y trasladar una mayor parte de la producción al territorio estadounidense requeriría una inversión considerable de recursos y podría llevar varios años.