La UE le dio la bienvenida a la retirada de Joe Biden de la carrera presidencial en Estados Unidos. Salvo excepciones como la del ultraderechista húngaro Viktor Orbán, alineado con el expresidente Donald Trump, los líderes y la dirigencia europea han recibido con alivio ese paso al lado como única posibilidad de vencer al populista republicano con el que las relaciones transatlánticas fueron muy complicadas durante su mandato entre 2016 y 2020.
Ahora la mayor preocupación tanto en Bruselas como en las capitales europeas radica en el giro de 180º que le puede dar a la posición respecto a Ucrania, con lo que ello supone para la política de seguridad y defensa de Europa, que siempre ha estado supeditada a la de Estados Unidos, y también respecto a la guerra comercial.
“En relación a las elecciones en otras partes del mundo, es importante que tengamos una Europa más fuerte, que reduzcamos nuestras dependencias. Trabajaremos con nuestros aliados, pero estamos construyendo nuestra propia fortaleza”, respondió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, nada más ser reelegida. Lo cierto es que la UE aprendió la lección del mandato de Trump y lleva tiempo preparándose para incrementar su autonomía estratégica en sectores como el de la defensa o las materias primas críticas.
El apoyo a Ucrania es el asunto que más se reconoce que inquieta en Bruselas respecto a la victoria de Trump teniendo en cuenta los problemas que ya ha tenido en este tiempo Biden para sacar adelante la ayuda financiera para Kiev, a pesar de que ha habido un alineamiento total a la hora de diseñar la respuesta contra Vladímir Putin en cuestiones como las sanciones, por ejemplo.
“Estoy más que convencido de que en el probable resultado de la victoria del presidente Trump, la proporción de la carga financiera entre EEUU y la UE cambiará significativamente en desventaja de la UE cuando se trata del apoyo financiero apoyo a Ucrania”, admitió el primer ministro húngaro en un escrito remitido al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, tras sus reuniones con Putin, el chino Xi Jinping y Trump, que generaron un cisma en el club comunitario.
“En la situación actual podemos encontrar una ventana de oportunidad con una sólida base moral y racional para iniciar un nuevo capítulo en nuestra política. En este nuevo capítulo podríamos hacer un esfuerzo para disminuir las tensiones y/o crear las condiciones para un alto el fuego temporal y/o iniciar negociaciones de paz”, agregaba el texto desmarcándose de la posición común de los aliados de que es Ucrania, en tanto que país agredido, el que debe sentar las condiciones para que se dé ese hipotético diálogo. Orbán situaba a Trump, que ya tuvo buenas relaciones con Putin en el pasado, como “mediador de paz” en ese conflicto: “Tiene planes detallados y bien fundamentados para ello”.
Sin embargo, la guerra en Ucrania no es el único asunto debe preocupar en el viejo continente. “Donald Trump piensa que los europeos son unos gorrones y no está en absoluto interesado en las alianzas”, explica el director de investigación del European Council on Foreign Relations (ECFR), Jeremy Saphiro. “Si Trump es elegido, deben estar preocupados por todos los temas de la política internacional”, dice sobre los líderes de la UE.
“Los que más deberían preocuparles son, además de Ucrania y su enfoque sobre la OTAN, la política comercial, la política climática, y el hecho de que, el enfoque de Trump sobre la inmigración tendrá un gran efecto de demostración para Europa, que podría ser un gran problema”, señala en conversación telefónica con elDiario.es desde Washington.
Trump comenzó una guerra comercial contra la UE que se ha mantenido desde entonces con decisiones como Ley de Reducción de la Inflación impulsada por Biden que suponía un colosal paquete de unos 400.000 millones en ayudas para impulsar la transición hacia las energías verdes que sentó fatal en la UE por perjudicar especialmente al sector del automóvil europeo, muy importante en países como Alemania y Francia, y que llevó a una respuesta en forma de flexibilización en los subsidios europeos.
“No es demócratas Vs republicanos. El problema es Trump”
Pero un segundo mandato del líder populista sólo empeoraría las cosas, como ha demostrado con el anuncio de que impondría aranceles generalizados del 10% a las importaciones. Según un informe de los economistas James Moberly y Sven Jari Stehn, de Goldman Sachs, esa política comercial supondría una caída del 1% para el PIB de la zona euro, es decir, de 150.000 millones de euros.
Para el director de investigación del ECFR, la política comercial de Trump supone una ruptura total del panorama que ha habido hasta ahora, por mucho que Biden no haya dado marcha atrás en políticas concretas de las que aplicó en su mandato. “Es difícil deshacer las cosas una vez que han comenzado”, admite Saphiro, que advierte de que “el grado de radicalismo en el enfoque de Trump sobre el comercio es muy profundo”.
“Obviamente Estados Unidos y Europa han tenido una relación comercial contenciosa desde el principio de los tiempos y seguirán teniendo una relación comercial contenciosa bajo cualquier presidente. Así es como funcionan”, dice el investigador que apunta a que al fin y al cabo las partes acaban sintiendo que son “parte de una comunidad” a la hora de alcanzar acuerdos o llevar a cabo negociaciones. Pero Trump no opera así. Y ahí está el gran peligro para la UE. “Europa está mejor con Joe Biden o Kamala Harris que con Donald Trump. No es ‘demócratas contra republicanos’. Creo que el problema para Europa es Donald Trump”, sentencia Saphiro.