La Encuesta Mundial de esperanzas y miedos realizada por la consultora PwC -que fue presentada el día 24 durante el Foro Económico Mundial en la ciudad suiza de Davos y escuchada 52.195 personas en 44 países, incluido Brasil- encontró que el temor a perder el trabajo convive con el pedido de los trabajadores que esperan que las empresas los ayuden a desarrollar sus competencias digitales y tecnológicas.
Este deseo es razonable en Brasil donde los programas de enseñanza no incluyen de manera suficiente esta área de estudio. A la vez, el 35% de los profesionales en Brasil y el 39% en todo el mundo opinan que sus empleadores tampoco tienen conocimiento y práctica en el tema.
La encuesta de PwC revela que los trabajadores de más edad no son los que se sienten más amenazados por la tecnología, como a primera vista podría imaginarse. Por el contrario, el 38% de los que pertenecen a la “Generación Z” (nacidos después de 1997), teme ser reemplazado por la automatización digital en los próximos tres años, en comparación con solo el 19 % de los “Baby Boomers” (nacidos entre 1946 y 1964). Y a la vez, los de la “Generación Z” carecen de mejor formación tecnológica por parte de sus empleadores: el 44% frente al 29% de los boomers.
El sondeo de Insead, ubica a Brasil en el puesto 75 en el ranking de competitividad global del talento, entre 134 países. En América Latina, Brasil se ubica en el noveno lugar.
Los más jóvenes son los menos satisfechos con su trabajo en contraposición de los profesionales cuyas experticias valoradas por el mercado tienen más probabilidades de sentirse satisfechos con su trabajo (70 %), de ser escuchados por sus gerentes (63 %) y de que les quede dinero después de pagar sus cuentas (56 %).
La inversión en el desarrollo de habilidades digitales y la formación técnica de su personal se vuelve cada vez más crucial para las empresas.
“La inversión debe estar guiada por un principio de equidad, fortaleciendo las capacidades de los empleados calificados y brindando vías de acceso para aquellos que carecen de estas habilidades”, explica Carol Stubbings, directora global de servicios legales y fiscales de PwC. Para la ejecutiva, “invertir en todo el mix de habilidades es bueno para las empresas, bueno para las personas y bueno para la sociedad”.
El desempleo vs “la gran renuncia”
El martes pasado, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IGBE) anunció que la tasa de desempleo fue del 10,5% en el trimestre finalizado en abril. A pesar de estar en declive, ese el índice alto no permite observar un fenómeno visto en economías más sólidas, especialmente en EEUU.
La llamada “Gran Renuncia en masa” es un fenómeno clave hoy en el mercado laboral: muchas personas renuncian a ssus trabajos para trasladarse a otras empresas, con mejores condiciones.
Para PwC este fenómeno explica que no existe la “lealtad eterna” por parte de los empleados. Y las empresas que deben atender esta situación no prestan mayoritariamente demasiada atención y, en consecuencia, probablemente perderán cada vez más profesionales en los diferentes niveles.
La brecha digital en Brasil
En Brasil, además de los 11,3 millones de desempleados, la situación se ve agravada por la falta de acceso a recursos digitales de calidad para la mayoría de la población.
El estudio La brecha digital en Brasil, publicado en marzo por la misma PwC y el Instituto Locomotiva, muestra que solo el 29% de los brasileños están “plenamente conectados”. Por otro lado, el 20% está totalmente “desconectado”. Entre ellos se encuentran el 26% “parcialmente conectado” y el 25% “subconectado”.
Las empresas deben entender que la habilitación digital de sus empleados se ha vuelto fundamental para sus negocios que se han ido digitalizando exponencialmente durante años.
El estudio sobre la brecha digital brasileña señaló que las profesiones tradicionales, que representaban el 15,4% de las vacantes en 2020, se reducirán al 9% en 2025. Las vinculadas a la tecnología aumentarán del 7,8% al 13,5%.
Como las universidades no están aportando profesionales en la cantidad y con la calidad que demanda el mercado, queda en manos de las empresas realizar “upskilling”, término en inglés que indica el desarrollo de nuevas habilidades.
PwC afirma que si la fuerza laboral se mejora adecuadamente para 2028, esto podría resultar en un aumento del PIB de América Latina en un 7,7% para 2030, equivalente a US$12.500 millones. Pero puede ser ilusorio: a nivel mundial, el 40% de las empresas están haciendo “upskilling”, pero en Brasil, solo invierte el 27 por ciento.
Una tercera encuesta, realizada por la escuela de negocios francesa Insead, ubica a Brasil en el puesto 75 en el ranking de competitividad global del talento, entre 134 países. Se basa en la capacidad de los países para desarrollar profesionales y atraer y retener su talento. En América Latina, Brasil se ubica en el noveno lugar.
Los directivos de empresas de todos los tamaños y segmentos necesitan salir de su zona de confort. “Los trabajadores no solo buscan un salario decente: quieren más control sobre cómo trabajan y quieren más significado en lo que hacen”, dice Bob Moritz, presidente general de PwC. “Al adquirir habilidades, los trabajadores pueden ganar control sobre el trabajo que buscan”, concluye.
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