Los Verdes alemanes tienen motivos para celebrar los resultados que, por el momento, van dando el recuento de voto, pese a que en los últimos meses se fueron desinflando en las encuestas. Porque si en 2017 obtuvieron un 8,9% de los votos, en los comicios de este domingo se sitúan en torno al 14,1%, 5,2 puntos y cerca de la mitad más de apoyo, lo que los convertiría en tercera fuerza política en el país, en el partido que más crece en apoyos y en pieza clave en el puzzle para la formación del próximo gobierno, que será el primero sin la canciller Angela Merkel en 16 años.
Si bien es cierto que en los últimos meses su candidatura había ido perdiendo apoyos, como mostraban diferentes encuestas, el de este domingo es el mejor resultado para Los Verdes desde el inicio de la era Merkel en 2005. Su candidata Annalena Baerbock elogió el desempeño del partido y calificó el resultado como “el mejor” de su historia.
No obstante, el pasado mes de mayo las encuestas situaban a Los Verdes como primera fuerza política con un 25% de apoyo, una cuota en la que hoy se mueven los conservadores del CDU y los socialdemócratas del SPD. Entonces, la líder del partido, Annalena Baerbock era la candidata mejor valorada y muchos la situaban ya al frente de la cancillería. “Queríamos más... pero el partido se equivocó. Cometí errores”, reconoció Baerbock tras conocerse las primeras estimaciones. La política se comprometió a “seguir luchando” porque el país “necesita un Gobierno para el clima”. En ese sentido, y ante un escenario incierto de posibilidades para la formación del futuro gobierno, la líder de Los Verdes se abrió ya a negociar con cualquier partido, salvo con la ultraderecha, a izquierda y a derecha.
Desde aquel breve liderazgo en los sondeos, hace apenas cuatro meses, la campaña de Baerbock se vio empañada por acusaciones de incluir imprecisiones en su currículum oficial, retrasarse en el pago de impuestos en un pago extra de Navidad, en la declaración de ingresos en el Parlamento, de plagiar partes de su nuevo libro y de emplear un insulto racista en una entrevista. Unos hechos que, unidos a campañas de desinformación que recoge la ONG Avaaz en un informe, lastraron las opciones de Los Verdes a un mejor resultado.
Con todo, este 14,1% que da el recuento –en 2017 a la misma hora eran de en torno al 9%– permitirían al partido ser clave en la formación de un nuevo gobierno en unas negociaciones que pueden alargarse durante meses. Y otro dato: Los Verdes son la fuerza con más apoyo entre los menores de 30 años, con el 22% de los votos, lo que muestra las preferencias de las nuevas generaciones en el país.
El auge de Los Verdes en los últimos años es innegable tanto en Alemania como en otros países de la Unión Europea. Ya en mayo, el analista de riesgo político en Teneo Luis Cornago explicaba en esta información que “se ha producido un realineamiento político en el que han emergido nuevos temas. El eje izquierda-derecha ya no es el único y hay un nuevo eje sociocultural mas posmaterialista. Este eje hace que una parte del electorado sea más propenso a votar por temas como igualdad de género, minorías, conciliación, medio ambiente...”.
La última encuesta de la empresa Forschungsgruppe Wahlen, publicada el pasado 17 de septiembre y que recoge El Orden Mundial, sitúa el cambio climático y la transición energética como la primera preocupación para el 47% de los alemanes, por delante incluso del coronavirus (28%) y muy lejos de la inmigración (13%) y la desigualdad social (12%).
La ola verde se hizo notar especialmente en Europa en 2019. Aquel fue el año de la Cumbre del Clima que se celebró en España y también en el que la joven activista Greta Thunberg fue nombrada persona del año por la revista estadounidense Times. Esta ola, que también se notó en Alemania, se vio reforzada en los últimos dos meses en aquel país por las grandes inundaciones que se produjeron principalmente en Renania del Norte-Westfalia y Renania-Palatinado por el temporal.
Esta catástrofe situó la crisis climática en el centro de la campaña electoral, tanto por los récords de precipitaciones que se batieron aquellos días como por lo catastrófico de un suceso que dejó más de 150 muertos, decenas de miles de hogares inundados y que provocó la interrupción del suministro eléctrico. Algo que alertó a los científicos por el temor a que las alteraciones provocadas por el hombre estén empeorando los episodios de clima extremo todavía más de lo previsto.