Y después es ahora Opinión

Billie Eilish y el cuerpo como situación

11 de septiembre de 2021 00:01 h

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En la primera canción de su último disco Happier than ever, Billie Eilish ella canta:

I'm getting older, I think I'm aging well

I wish someone had told me I'd be doing this by myself

Sé que Billie es muy famosa desde hace mucho y había escuchado alguna canción aleatoriamente pero nunca me había detenido a escucharla. Hace poco un amigo músico me habló del último disco de Billie y de su hermano que también es músico y escribe y toca con ella y como suelen ser buenas sus recomendaciones, lo escuché. Desde entonces suena en continuado en nuestro hogar. Los discos que me gustan, me gusta escucharlos de corrido porque les siento la dramaturgia y cómo un clima va conduciendo a otro y en este caso se le suman los videos, que hay algunas canciones que ya tienen su video y algunos de ellos son muy buenos o elocuentes. Como aquel en el que grita sobre el techo de una casa que sobresale del agua y llueve y todo es negro y Billie, empapada, grita su desamor hasta que se zambulle de lleno en las aguas negras hacia el fondo en el que quedó la casa que habitó. En este también grita que el causante de su dolor le hizo odiar esa ciudad, le grita you made me hate this city, que es una idea que me gusta mucho, la de que alguien que no te quiere te pueda hacer odiar la ciudad que comparten. O aquél en el que está en plena carretera de noche como perdida y los autos con sus faros le pasan tan cerca y pareciera que la van a derribar. O el otro en el que corre sola por un shopping sin gente y roba comida bajo el principio cartesiano de existir luego de haber pensado en versión mansplaining, un acercamiento posmoderno y desfachatado, y por lo menos que pueda hacerlo Billie, mujer joven blanca norteamericana, que no es mucho pero algo es.

Otra mujer blanca norteamericana, Siri Hustvedt parte de discutir a Descartes en su libro Los espejismos de la certeza, un ensayo en el que reflexiona sobre la relación entre el cuerpo y la mente. Allí dice, entre otras muchas cosas:

“En El segundo sexo, Simone de Beauvoir afirma: *Si el cuerpo no es una cosa, es una situación; es nuestra forma de aprehender el mundo y el esbozo de nuestros proyectos.* No dice que el cuerpo está siempre en una situación o contexto. Sostiene que es una situación. Se trata de una concepción dinámica de una persona como sujeto corporal.”

El cuerpo, entonces, como situación. Esta idea me interpela.

En una de las infinitas entrevistas que le hacen a la jovencísima Billie (que al día de hoy cuenta con 19 abriles) ella responde una vez más a la pregunta de por qué sus canciones son tristes o deprimentes. Y Billie responde que ella no lo ve así, que no las considera ni tristes ni deprimentes.  En cambio responde “les estoy contando cómo es ser humana, cómo puede ser raro eso?”

Billie es espontánea, Billie es lúcida, Billie está conectada.

No idealizo a Billie: también es fanática de los autos de alta gama, de la ropa y probablemente de otras cosas que desconozco.  Tiene 19, es norteamericana y vive en este mundo. Aunque en Los Angeles. Y debe ser de las jóvenes más famosas del planeta tierra. Y a pesar de todo eso o gracias a todo eso, Billie no está deprimida. Billie ama tanto la vida que no puede más. Y quien ama la vida no necesariamente está pleno sentado en un risco mirando el mar. Quien ama la vida en este ahora que nos toca siente también y sobre todo, dolor.

Billie ama tanto la vida que no puede más. Y quien ama la vida no necesariamente está pleno sentado en un risco mirando el mar. Quién ama la vida en este ahora que nos toca siente también y sobre todo, dolor.

La semana pasada fui a una charla con un grupo de adolescentes, chicas y chicos de 15 y 16 años que estudian actuación. Ensayan obras en esas clases y este año eligieron hacer una obra que escribí hace varios años. Por eso me invitaron a conversar. Lo primero que me sorprendió es que fueran tantxs. Porque mi obra es para cuatro personajes. Me explican que desdoblaron a 3 de los personajes y que los interpretan varixs de ellxs sin mayor explicación. Se van sucediendo las distintas actrices y actores sin más excusa que esa nomás. Me parece una idea genial, la de esos personajes desdoblados. Me invitaron a conversar y eso hicimos. Y son geniales estos jóvenes. Son lúcidos, son inteligentes, son sensibles. Van a la secundaria aún y están intrigadxs, curiosxs, ávidxs. Me siento interpelada, me entra emoción y alegría: estos jóvenes también están conectadxs.

El otro día le preguntaron a Ramón, mi hijo de 6 años, si a él también le decían que si mentía le iba a crecer la nariz. Primero Ramón no entiende, enseguida asocia con Pinocho y dice que no, que nunca le dijeron así. Se queda pensando y agrega, que de todos modos no entiende qué tendría de malo tener la nariz grande. Y ahí está otra vez: poder ver las cosas como si fuera la primera vez. ¿Y si tuviera la nariz grande, qué?

Hay un documental sobre Billie, The world’s a little blurry, que la acompaña a lo largo de dos años más o menos, en el proceso que va de componer literalmente en la habitación del hermano, a la salida del disco, las giras mundiales, hasta los 5 Grammys que gana y que apenas le entran en los brazos. Esa cámara está todo el tiempo muy cerca de ella y su familia, en todo momento. Podemos ver su tourette en acción, sus desencuentros amorosos, sus angustias, el perro de la familia, la tragedia de sus piernas, y también los shows las giras los premios la ropa los fans que ella prefiere llamar “mi familia”.

A Billie, como ya dije, la gustan mucho los autos. Y desea uno que no sé cuál es porque a diferencia de ella soy malísima con los autos y no llego a verlos y hasta puedo confundirles el color, ella desea y recibe de regalo después de la salida de su primer disco que es un éxito, un auto negro mate, es decir, que no brilla, que tiene algo del auto de Batman. Y lo tiene ahí parado en el patio de la casa de los padres y lo lava y lo mira hasta que saca su licencia y lo puede conducir. Hay una escena larga entonces en el documental en la que está por salir con el auto por primera vez, ya está sentada al volante con la puerta abierta en el patio familiar y está su padre junto a ella, nervioso, emocionado, y le da una larga charla de cómo deber ser responsable, de lo que significa conducir, se ve que es un momento en el que se le juega algo más. Billie está lookeada, ansiosa, al volante, pero lo escucha con respeto. Y cuando el padre termina de hablar, lejos de revolear los ojos, le agradece, lo abraza, le dice que lo ama y se va. El padre queda solo de pie en el patio y le habla a la cámara, o a quién esté detrás. Habla de ver crecer, de dejar ir. Sabe, también, que es imprescindible y que hay que confiar. Dice, también, que el cuerpo humano es una máquina misteriosa y tan delicada que es tan tan poco probable que siga funcionando, a cada momento. Es una buena escena del documental, es una escena que está sucediendo de verdad. Pero lo que tiene esta escena tan atávica de invertido es que la que le da la palmada de todo va a estar bien en la espalda a su papá es Billie, y no al revés. Y hay en eso también algo de esto de mirar las cosas como si fuera la primera vez. Ella no se siente atosigada por ese padre que da indicaciones que nada podrían evitar, entiende que él necesita ese momento, se lo concede, se lo agradece. Ella está siendo empática y comprensiva con su papá y es la que da la palmada amorosa. Creo que también a eso voy con la idea de la disolución de la verticalidad y de cierta idea de autoridad vetusta: la experiencia y el conocimiento pueden venir de cualquier dirección, no necesariamente de arriba hacia abajo pero para poder verla hay que estar atenta, receptiva, conectada.

La idea de la disolución de la verticalidad y de cierta idea de autoridad vetusta: la experiencia y el conocimiento pueden venir de cualquier dirección, no necesariamente de arriba hacia abajo pero para poder verla hay que estar conectada.

Billie sabe muchas cosas con su cuerpo, mente y alma; lxs jóvenes actxres del otro día saben muchas cosas con su cuerpo, mente y alma, como mucha gente que sabe muchas cosas con su cuerpo mente y alma. A veces alcanza con escuchar. Y pensar el cuerpo como situación.

RP