Bafici - Documental

Isabel Perón vuelve

19 de marzo de 2021 09:35 h

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El peronismo, un movimiento amplio y con muchísimos matices, suele ser inclusivo: ahí están todas las máximas de Perón sobre eso de que con los propios solos no alcanza; y que los peronistas no se pelean, sino que se reproducen. Pero esa algebraica por momentos infinita, que lleva las contradicciones al límite de lo tolerable, no parece aplicarse a la figura de la expresidenta Isabel Perón.  

O porque siempre se la detestó o despreció. O porque se entendió que su gobierno fue de terror. O porque mostrarla restaba votos. O porque haber apoyado el golpe contra su presidencia en 1976 no gozaba de buena prensa y entonces era mejor olvidar. 

Isabel hizo el favor de recluirse. Y entonces ya no hubo mucho más que hacer: entre el autoexilio y el deseo de muchísimos (¡casi todos!) de olvidarla, Isabel Perón se evaporó. 

Sobre esa figura fantasmal es que hace alrededor de 5 años empezamos un documental. Una película sobre alguien que ahí está, pero a la que todos tratan como si ya no estuviera más. 

A 45 años de los días finales del gobierno Isabel Perón, se estrena este viernes en Buenos Aires Una casa sin cortinas, el documental sobre esa bailarina de pasado turbio – en el sentido de que es desconocido, y dio pie a los más variados mitos - que llegó a ser la primera presidenta mujer de las Américas. 

Además de los archivos que nos pusimos a ver (justamente ahora críticos de cine y periodistas que vieron la película antes de su presentación oficial empezaron a spoilear la aparición de algún dirigente actual en el archivo del pasado), hicimos decenas de entrevistas.  

Empezamos en el estudio de la artista plástica Marcia Schvartz, que muy generosamente nos mostró los cuadros que había pintado sobre Isabel. La propia Schvartz fue tan aguda y voluptuosa en lo que nos contaba, como lo era su serie de pinturas Tren fantasma que colgaban en la pared. Ahí estaba el morbo que, como a mi, le generaba Isabel. Y su mirada del arco histórico que iba desde el ascenso a la presidencia hasta su retiro expiatorio en Madrid.

La entrevista final fue con el escultor Enrique Savio. Un martes por la tarde nos abrió su fantástico taller en la Paternal. Y mientas Savio nos hablaba de santos y del concurso por la estatua de Perón que ganó y nunca pudo hacer, encontramos a otra Isabel Perón. En un estante alto, al lado de una estatuilla del Chapa Suñé, estaba su rostro lleno de polvo. Era el modelo en yeso del busto de mármol que, en lugar de terminar en la Casa Rosada, se perdió y por mucho tiempo nadie supo dónde quedó. 

Entre Marcia Schvatz y Enrique Savio, y sus dos representaciones de Isabel, hablamos con dirigentes, asesores, abogados, amigas y amigos, videntes, vecinos. Desde muy variados y distintos puntos de vista, todos ellos nos fueron llevando a las afueras de Madrid para encontrar a esa mujer a la que anotaron como María Estela Martínez Cartas pero que se hizo famosa en el rol de Isabel Perón. 

No fue un viaje cómodo, más bien todo lo contrario. Pero como me dijo una historiadora en los comienzos del proyecto: para un personaje tan incómodo como Isabel Perón, la película que la retrate tiene que ser incómoda. 

Julián Troksberg es el director del documental “Una casa sin cortinas”.