El ex-presidente -por lustros- de la Cámara de Representantes en Estados Unidos, Tip O'Neill, decía que “toda la política es política local” (“all politics is local politics”). Usualmente, al analizar la política latinoamericana de Estados Unidos se indica que tal o cual legislador/a de tal o cual estado influye en esa política pues refleja las preferencias de sus bases electorales. Por ejemplo, se habla del peso del voto latino en estados como la Florida y su incidencia en las medidas o acciones del ejecutivo hacia América Latina en cuestiones como Cuba, Venezuela, entre otros. Incluso se evalúa el peso de ciertos lobistas, ya sea individualmente o en aportes empresariales, para determinados/as candidatos/as.
Llamativamente ese tipo de aproximación, al menos en la región, se ha estudiado solo para el caso de Latinoamérica y, muy ocasionalmente para otros casos vinculados a Medio Oriente. Quiero introducir un caso habitualmente no mencionado: me refiero al de la actual presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Deseo aclarar que lo que sigue no pretende, de ningún modo, afirmar que su reciente visita a Taiwán se puede explicar por motivos estrictamente personales. Eso no fue lo determinante.
Ahora bien, hay una dimensión municipal que no debe desconocerse. Me explico. Estados Unidos tiene 435 distritos electorales. El distrito 12 de California es en el que compite Pelosi. Ella es legisladora por ese distrito desde 1987 y desde 1991 es una activa y vocal defensora de Taiwán y una fuerte crítica de la República Popular China. Dicho distrito tiene hoy unos 779.000 habitantes. La mediana del ingreso anual de las familias que lo habitan es cercana a US$130.000 dólares. En Estados Unidos, el 20% más rico tiene como mínimo un ingreso de US$ 131.000 dólares. En 2019 el valor de las propiedades en términos de mediana era de US$ 1.200.000. Esto implica que es un distrito muy pudiente. Dicho distrito, a su turno, tiene un 41,5 % de blancos (Caucásicos No-Hispánicos en la denominación de Estados Unidos), 32,4% asiáticos (No-Hispánicos), 7,3 % de hispanos (esto es, latinos) y 5.5% negros/afroamericanos. En síntesis, el peso del voto asiático es relevante. Es de presumir que ese voto no es pro-Beijing. A su vez, y como lo destacan dos escritos del 4 de agosto de 2022 de Ben Frreeman, How the Taiwan lobby helped the way for Pelosi’s trip y de Clifford Kiracofe, Cold War mentality, Cold War mentality, Taiwan lobby distorts US regional policy, el crecimiento y asertividad del cabildeo de Taiwán es un fenómeno que merece atención por su incidencia en la política hacia China de Estados Unidos.
En enero de este año, Nancy Pelosi, quien ya recaudó más de US$ 19 millones de dólares, anunció que se presentará, por un nuevo término, a la próxima contienda legislativa de noviembre.
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