Hay una sensación que se repite mucho: que ya no nos podemos concentrar como antes, que perdimos la habilidad de pasar más de 5 minutos pensando en algo, sin agarrar el celular o cambiar de pestaña en el navegador y partir en otra dirección. Se publican cantidad de notas y libros sobre el tema. Y detrás está la idea de que la tecnología, y la rapidez que viene con ella, nos impide mantener la atención.
Y hay un dato que se repite muchas veces, de nota en nota y de entrevista en entrevista: que el tiempo que logramos estar concentrados viene bajando dramáticamente: de 12 segundos a 8. ¡Sólo podemos mantener la atención durante 8 segundos!
El problema es que no es verdad. El dato parece venir de un estudio que se hizo en Canadá, pero cuando un periodista quiso tener más detalles sobre la fuente, se dio cuenta de que nadie sabía bien de dónde venía exactamente. Además, lo que explican los especialistas, es que no tendría mucho sentido hablar de nuestra capacidad de atención en términos absolutos: nuestra atención funciona distinto según la tarea que estamos haciendo, mirando redes sociales es una cosa, manejando por una ruta es otra.
Nuestra falta de concentración no nació con la tecnología. En 1925, el escritor Hugo Gernsback inventó el “aislador”, un casco con apenas dos ranuras para los ojos y una conexión a un tanque de aire, que tenía que asegurar el foco absoluto y total. ¿Escuchaste hablar alguna vez de ese casco? No, justamente, no fue un éxito. Porque el tema con la concentración es que muchas veces el problema somos nosotros mismos, no lo que pasa alrededor.
¿Cuántas veces cortas lo que estás haciendo para mirar las redes sin que haya sonado ninguna notificación? Estamos haciendo algo que nos aburre o nos cuesta, y pispeamos para entretenernos un poco. De hecho, en un estudio en el que se analizaba cuándo una persona salía de una tarea que estaba haciendo en la computadora, vieron que en el 41% de los casos eran ellas mismas las que iban a revisar su mail, sin que hubiese ninguna notificación. Cuando queremos desviar la atención no necesitamos tanto estímulo externo.
Pero, cuando queremos, todavía mantenemos una asombrosa capacidad de foco. Es lo que reflejan los datos de cómo vemos series: en algunas encuestas más del 70% de las personas dice que hace maratones de series, viendo más de tres episodios seguidos (a veces muchos más). Horas de foco ininterrumpido.
Estamos rodeados de estímulos que nos pueden distraer todo el tiempo y que pueden sacarnos el foco de lo que estamos haciendo
También es cierto que las series y películas se fueron acelerando con el tiempo. Un psicólogo, James Cutting, que analizó una base de cientos de películas en inglés, encontró que la toma promedio pasó de 12 segundos en 1930 a 2,5 segundos en 2010. Antes de culpar a la redes sociales, la hipótesis era que se acortaban por los videoclips y el surgimiento de MTV. Pero Cutting señala que estas tomas más cortas probablemente se adaptan mejor a nuestra forma de prestar atención, que naturalmente se dispersa luego de algunos segundos.
Más allá de nuestra capacidad de foco, también es cierto que el hecho de tener interrupciones no ayuda. Y los celulares son justamente una máquina de interrupciones. Y el solo hecho de saber que algo suena en el teléfono puede desviarnos de lo que estamos haciendo. En un estudio un poco cruel, le pidieron a un grupo de personas que miraran un video y contestaran una serie de preguntas. Les dijeron que mantuvieran su celular con sonido, pero lejos de ellos. Mientras hacían la prueba les empezaron a mandar mensajes y a medir distintas reacciones físicas. Así, vieron que cuando recibían una notificación había un cambio: les transpiraban un poco más las manos. La interrupción de una notificación es fuerte, tiene efectos físicos.
Estamos rodeados de estímulos que nos pueden distraer todo el tiempo y que pueden sacarnos el foco de lo que estamos haciendo. Pero nuestro propio cerebro también hace su parte, buscando activamente distracciones en ciertos momentos. Y puede ser que ciertas formas de consumo cultural hoy nos parezcan lentas, pero mientras proliferan los videos de 8 segundos, también surgen podcasts de 3 horas. Pareciera que capacidad de foco tenemos, el tema es para qué.
OS