Panorama Político

Un Topo, un Coloso y un Gigante que ganan todas las batallas, pero regresan siempre al punto de partida

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Los efectos políticos de un pacto convocado para “refundar el contrato social de la patria” terminaron minutos después de la parrafada leída por Javier Milei en la gélida medianoche tucumana del lunes pasado. Concretada la foto y retornados sus protagonistas a sus ciudades, el proyecto ultra no es ni más fuerte ni más débil de lo que era hasta entonces.

Los hermanos Milei son afectos a una prosa grandilocuente que parece producto del traductor de Google sin edición. Así nacen frases rústicas en las que sobresalen apelaciones del estilo “padres fundadores”, ornamento infaltable en las ceremonias estadounidenses, impropio del habla de los argentinos.

La cita tucumana dejó como tarea pendiente la constitución de un Consejo de Mayo de seis miembros que velará por el cumplimento del Pacto y contará con sillas para el Gobierno nacional, las provincias, la Cámara de Diputados, el Senado, sindicatos y empresariado.

Si ese jeroglífico llega a conformarse, la eventualidad de que pase de su primera foto resulta improbable. Se diluirá como lo está el consejo de asesores económicos que Karina Milei acaba de redibujar para desplazar a su blanco preferido: Ramiro Marra. Un cuerpo de falsos representantes podría adquirir un sentido si los instintos autoritarios de los ultras dan rienda suelta a alguna ilusión de reemplazar funciones legislativas por un Consejo de Mayo sin lógica ni mandato popular. De los autores de un DNU y una ley ómnibus de pretensiones constitucionales, no habría que descartar ensoñaciones por el estilo.

¿Por qué un Presidente reconocido por los Bolsonaro por su pene siempre erecto y su ano impenetrable debería consensuar medidas con un consejo de fracasados?

Un Ejecutivo conducido por un león que pisotea ratas y se candidateó al premio Nobel no necesita consejeros. El Coloso Federico Sturzenegger y el Gigante Luis Caputo llevan a cabo “el ajuste más importante de la historia de la humanidad” y resisten estoicos las andanadas de economistas “deshonestos intelectuales” y “socialistas empobrecedores”. Con un pase de manos de títulos públicos entre el Banco Central y el Tesoro y una motosierra implacable con los pacientes oncológicos, las jubilaciones y la educación pública, el primer Gobierno libertario del planeta pulverizó una inflación desde 17.000% a cero, nos cuentan.

¿Por qué un Presidente reconocido por los Bolsonaro por su pene siempre erecto y su ano impenetrable debería consensuar medidas con un consejo de fracasados?

El vuelo de Macri

La grandilocuencia que emanan los Milei y ejecuta el temible Santiago Caputo encuentra un punto de fuga a la hora de los hechos. Tanto “pacto refundacional” para terminar en una foto que ubicara a Milei en el centro con pose de prócer, rodeado de mandatarios de un arco que va desde el peronista tucumano vendido Osvaldo Jaldo, los PRO mileístas y el radical que extrema su rebeldía al vestirse de gris e incumplir el dress code, Maximiliano Pullaro. Pasará el tiempo y estos nuevos “padres fundadores” deberán encontrar hijos dispuestos a reconocerlos.

Mauricio Macri hizo un largo periplo desde sus vacaciones en Europa para decir presente en Tucumán.

En los papeles de la convocatoria inicial, el Pacto de Mayo emularía al de la Moncloa, numen inevitable de la derecha argentina. Bajo ese formato, a Macri le habría tocado el rol del patriarca que sentó las bases para la revolución libertaria, a la vez que aliado indispensable para administrar la botonera en un gabinete con escasez de recursos humanos. No se dio.

Ocurre que entre los anuncios del mundo Milei y las puestas en escena median tachaduras y obsesiones hasta el ridículo para que nadie se lleve un crédito ni una ráfaga de televisión que no correspondan. El jefe de Estado desanduvo su ira hacia Macri de años atrás y ahora le regala el honor de nombrarlo “el Presi”, pero delega los pormenores de la cartelera en la tarotista Karina y el mago Santiago Caputo. Los voceros más políticos tuvieron que aclarar que Milei saludó con cordialidad al fundador del PRO en cuanto lo cruzó a las puertas de la Casa de Tucumán. Al menos no lo insultó, punto para el consenso.

A esta altura, la hipótesis de que crezca la influencia del expresidente es desdeñada con desprecio o resignación por las diferentes tribus del Gobierno, y ello no obedece sólo a inquinas menores y recelos nacidos en la inseguridad del eje Karina-Santiago Caputo.

Razones de un rechazo

La grieta entre la mesa chica de los Milei y Macri y sus hombres quedó cristalizada después de las primarias de agosto pasado, cuando el expresidente creyó encontrar espacio para que desembarcaran en el Gobierno libertario dos de sus hombres más controvertidos: Guillermo Dietrich y Jorge Triaca.

A esta altura, la hipótesis de que crezca la influencia del expresidente es desdeñada con desprecio o resignación por las diferentes tribus del Gobierno

El mero sondeo alineó a las huestes de Milei que provenían de Corporación América, la firma de Eduardo Eurnekian. Un grupo de exejecutivos de ese holding llegados al campo de La Libertad Avanza, Guillermo Francos, Nicolás Posse y Guillermo Ferraro, tenían diferencias entre sí, pero encontraron una razón para encolumnarse. Los dos últimos ya no están en el Ejecutivo (respectivamente, exjefe de Gabinete y exministro de Infraestructura); queda Francos.

Años atrás, Eurnekian le hizo un lugar a Milei en la pantalla del canal del que era accionista, América, para que horadara al Gobierno de Macri por derecha, tal como expusiera el periodista Juan González en el libro El Loco y fuera luego ratificado por varias fuentes.

La contraparte de las traumáticas negociaciones por la renovación de la concesión de los aeropuertos que maneja Corporación América desde 1998 (ganada en una licitación que perdió el Grupo Macri) era el ministro de Transporte de la gestión Cambiemos, el citado Dietrich.

A este funcionario le tocó también el diseño de los planes de participación público-privada (PPP), con los que el Gobierno de Macri dijo que llevaría a cabo obras públicas por US$27.000 millones. Corporación América licitó, ganó dos corredores viales y volvió a chocar con Dietrich cuando sus proyectos se empantanaron, como todos los PPP.

La lista de desencuentros se extendió a la concesión del subte de Buenos Aires, para el que las administraciones del PRO, con Dietrich o su equipo a cargo, privilegiaron invariablemente al Grupo Roggio, administrador de ese calamitoso servicio desde 1994. También allí apuntó Corporación América con socios franceses, hasta que por razones inexplicables retiró su oferta en la última licitación, en beneficio de Metrovías y Emova, filiales de Roggio.

El poder de Dietrich en la obra pública durante el Gobierno de Macri fue superlativo. Estuvo a su cargo la reanudación del soterramiento del ferrocarril Sarmiento, acaso la obra pública en la que más recursos invirtió el Estado durante la gestión Cambiemos. El ministro siguió la línea trazada por sus predecesores de los gobiernos de los Kirchner, Ricardo Jaime, José López y Julio de Vido. Los indicios de corrupción eran abrumadores, pero no fueron óbice para que el Gobierno de Cambiemos extendiera el contrato con el mismo consorcio: IECSA (de Ángelo Calcaterra, primo de Macri), Odebrecht, Comsa y Ghella. El Estado pagó US$759 millones entre 2016 y 2018; fue como tirarlos por una canaleta. La crisis de la deuda obligó a paralizar la obra y el túnel quedó abandonado.

Hay voces que cifran en esos desacuerdos ancestrales y multimillonarios la razón de fondo que bloqueó el ingreso de Macri al Gobierno

El Paseo del Bajo en el límite de Puerto Madero, la segunda gran obra pública insignia del Gobierno de Macri, también tuvo a Dietrich como gestor e, inexorablemente, a IECSA como principal beneficiado, mientras Corporación América la seguía mirando de afuera.

La lista de la discordia alcanza los efectos colaterales de la promoción de aerolíneas low cost durante el macrismo, como Fly Bondi y las fallidas Avian (continuación de la empresa Macri Airlines, Macair), Andes y Alas del Sur, que debían operar en aeropuertos gerenciados por Corporación América.

Hay voces que cifran en esos desacuerdos ancestrales y multimillonarios la razón de fondo que bloqueó el ingreso de Macri al Gobierno, al menos en los términos en que el expresidente pretendía. Los recelos de Karina existen, Santiago Caputo avanza sobre posiciones desguarnecidas por la salida del fallido funcionario Posse, pero Francos, a quien muchos sindican como un jefe de Gabinete sin poder real, fue CEO de Corporación América y superior del ahora presidente, y no deja de ser un artífice del hilo conductor que llevó a Milei de la asesoría económica a los paneles televisivos y, finalmente, a la política. Para parte del entorno de Milei, la osadía de Macri de tratar de desembarcar con Dietrich fue tomada como una declaración de guerra.

Así las cosas, el espectro del macrismo, con sus cuentas pendientes en ebullición, asoma como refugio utilitario para frenar ofensivas de Santiago Caputo y Karina. Tal es el caso de Sandra Pettovello, que, acorralada y con una sangría interminable de funcionarios, dejó que Triaca tomara se asomara por Capital Humano. El exministro de Trabajo de Macri le envió uno de sus hombres a Pettovello, Lucas Fernández Aparicio, para que oficiara como su segundo. La semana pasada, la designación del enviado de Triaca quedó en un limbo porque Pettovello es muy desconfiada. Su megaministerio, que incluye Trabajo, Educación y Desarrollo Social, sigue sin arrancar.

El de Macri podría ser un capítulo cerrado si el Gobierno de Milei no estuviera en la posición en que se encuentra.

Batallas ganadas en las redes

La foto de Tucumán es tan desarmable como la vulnerabilidad del toma y daca económico e institucional establecido por el Ejecutivo es su relación con las provincias, o la posibilidad de que la recesión acelerada por las medidas de Caputo y Sturzenegger se lleve puesta la popularidad de todos.

Por esas cuestiones de las palabras huecas, un punto del Pacto de Mayo firmado por 18 gobernadores llamó a poner fin a la “extorsión” del reparto de recursos federales. Sin esa “extorsión”, varios de los presentes se habrían ausentado.

Ese frágil armado con las provincias y el Congreso coexiste con una mesa chica de los Milei poco poblada, sin densidad intelectual, que se repliega sobre sí y se regodea con postales como la de la noche tucumana o el tanque con el que juguetearon el Presidente y la vice en el desfile del 9 de julio.

En la lectura del medio centenar de agitadores de redes con despacho oficial y sueldos abultados, esa imagen que alcanzó la tapa de The Wall Street Journal o el premio recogido en Madrid son prueba de la proyección global de su líder. Si la información real indica que el galardón español fue una estatuilla de cartón otorgada por un sello marginal, o la sobreactuación militarista causa espanto en el mundo civilizado que guarda en su memoria las atrocidades cometidas por las Fuerzas Armadas argentinas, para los provocadores que merodean la Casa Rosada no reviste importancia, porque “nadie lee un carajo”.

La mala praxis para atender a enfermos, mantener las universidades abiertas, hacer que funcionen los trenes y darles de comer a los desocupados podría hacer colapsar al Estado, pero ése sería el objetivo de El Topo, por lo que el reproche social no sería tan severo

Podría ser, como sostienen los medios oficialistas, que Milei esté abriendo una nuevo tipo de liderazgo hiperpersonalista, basado en su relación directa con sus seguidores, que no requiere de la fortaleza política ni de la capacidad de articular equipos de Gobierno como eran concebidos antes. Un camino al andar que conforma una nueva realidad. La mala praxis generalizada para llevar a cabo funciones básicas del Estado provoca lastres sociales, pero ése sería el objetivo del Topo, por lo que el reproche no sería tan severo, según una interpretación benévola sobre el curso del Gobierno ultra.

De lo que no hay dudas es de que Milei fue electo para acabar con la volatilidad de precios y cambiaria, y solucionar las restricciones que supone la falta de dólares.

A siete meses del Gobierno, con recortes lacerantes en los ingresos de los trabajadores y un proceso de desempleo cuyo alcance es difícil prever, el Topo, el Coloso y el Gigante observan que la brecha entre la cotización oficial y los paralelos se acrecienta semana a semana. Con ello, la expectativa de devaluación y la presión inflacionaria.

Una mayoría de legisladores sumisos y una obsecuencia como directriz de importantes segmentos de los multimedios Clarín y La Nación no son suficientes para calmar las aguas. El Fondo Monetario Internacional alaba los “impresionantes pasos” de Milei hacia el equilibrio fiscal, pero no cesa de emitir alertas sobre las graves inconsistencias del rumbo.

Los multimedios citados contribuyen a la narrativa de que Milei bajó la inflación, y le computan a su antecesor peronista el índice de 25,5% de diciembre de 2023, disparado tras una de las mayores devaluaciones de la historia, orquestada por Caputo.

El excel del Gigante no para de ensayar experimentos a costa de ingresos básicos de la población. Bonos que suben y bajan, pases de manos del Central al Tesoro, maxiganancias, maxipérdidas, acaparamiento de la cosecha y deuda, mucha deuda.

Desde entonces, una recesión galopante no encuentra fin, pero no alcanza para aplastar del todo a la inflación. La estabilización aparente entre 4% y 5% mensual, nivel similar al que registraba antes de que el presidenciable Milei llamara a escapar del “excremento” que era el peso, podría quebrarse al alza en julio dado el impacto de la devaluación de los dólares paralelos.

Ayer Caputo y Milei anunciaron desde Estados Unidos un nuevo régimen para mitigar la presión devaluatoria, que según las primeras estimaciones de los economistas, incluidos quienes aprobaron la medida, redundará en una restricción todavía más severa de pesos circulantes y una mayor dificultad para que el Banco Central acumule reservas.

El excel del Gigante no para de ensayar experimentos a costa de ingresos básicos de la población. Bonos que suben y bajan, pases de manos del Central al Tesoro, maxiganancias, maxipérdidas, acaparamiento de la cosecha y deuda, mucha deuda.

El Coloso asumió el Ministerio de Regulación y Transformación del Estado y armó un staff bastante parecido a un equipo económico.

SL/DTC