SOSPECHAS SOBRE LOS NEXOS CON SOCMA

Acusan en EE.UU. de presunto lavado a dos ejecutivos del Meinl Bank, principal aliado de los Macri para salvar a Correo de la quiebra

24 de junio de 2021 14:27 h

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La suerte de Correo Argentino SA y de las compañías del grupo Macri gira sobre un eje cada vez más complejo: para salvarse de la quiebra, Correo tiene un aliado central, el banco Meinl Bank, que sigue acumulando problemas con la ley en Austria, en Argentina y ahora, en los Estados Unidos. La fiscalía del Distrito Este de Nueva York presentó cargos contra dos exejecutivos del Meinl Bank por los presuntos delitos de conspiración para lavar dinero, lavado de dinero internacional y blanqueo de capitales de procedencia supuestamente ilegal, según informó el Departamento de Justicia estadounidense el 25 de mayo último. 

Los acusados son el ex CEO del Meinl Bank, Peter Weinzierl (55), quien se encuentra detenido en Londres; y un segundo ejecutivo, Alexander Waldstein (73), supuestamente prófugo, según la última información publicada en los medios internacionales. Ambos son austríacos, de acuerdo con un comunicado del organismo de los Estados Unidos

Meinl Bank es el principal acreedor de Correo Argentino SA, ya que concentra el 38% de la deuda y esa posición le permite tener poder de voto sobre el resto de los acreedores de la compañía de los Macri. Con ese poder puede incluso imponerse al Estado nacional y forzar a Carlos Zannini, procurador del Tesoro, a aceptar la última oferta de Correo para pagar su deuda, evitar la quiebra y cerrar el caso. Zannini ha rechazado, al igual que otros acreedores como el Banco Nación, esa última oferta y pidió la quiebra. La compañía de los Macri ha negado en sus planteos ante la Justicia y ante consultas de elDiarioAR que existan irregularidades en su relación con el Meinl Bank.

Sin embargo, ese poder del Meinl Bank es un castillo de arena, de acuerdo con los documentos y datos oficiales y judiciales que viene informando elDiarioAR desde abril; a los dictámenes de la fiscal general Gabriela Boquin; y a una auditoría encargada por las autoridades bancarias de Austria en diciembre de 2014 y que ha revelado el diario La Nación. La presentación en Nueva York de cargos formales por presunto lavado y las acusaciones puntuales de actos de supuesta corrupción contra Weinzierl y Waldstein agudizan aún más la endeble situación de este importante acreedor del que depende el grupo Macri para salvarse de la quiebra de Correo.

Las acusaciones contra los banqueros austríacos en los Estados Unidos y la detención del ex CEO habían pasado desapercibidos en Argentina hasta este domingo, cuando fue publicado por Jorge Elbaum en El Cohete a la Luna.

La acusación en Nueva York

La fiscalía del Distrito Este de Nueva York venía investigando a los ejecutivos del Meinl Bank en torno a un caso ya confirmado de sobornos y lavado de activos: el caso Odebrecht.

Las cuentas bancarias de la empresa fantasma que estaban involucradas en el plan y que se utilizaban para pagar sobornos a funcionarios extranjeros se mantenían en el Antigua Bank, que estaba controlado por Weinzierl, Waldstein y sus co-conspiradores.

Weinzierl y Waldstein están acusados de haber montado un esquema de cuentas offshore para que la constructora brasileña Odebrecht pagara, entre 2006 y 2016, cientos de millones de dólares en sobornos a funcionarios públicos de al menos tres países: Brasil, México y Panamá. Para armar dicho sistema utilizaron la estructura del Meinl Bank en Austria y en Nueva York, entre otras jurisdicciones como Suiza, Portugal y Panamá, sostiene el escrito de acusación.

La maniobra incluyó “transacciones fraudulentas y acuerdos ficticios para transferir más de US$170 millones de cuentas bancarias en Nueva York a nombre de Odebrecht” y a través del banco austríaco transferían el dinero “a cuentas bancarias de empresas fantasma en el extranjero que son propiedad y estaban controladas en secreto por Odebrecht”, informó el ya citado comunicado del Departamento de Justicia. 

Además de trabajar para Odebrecht desde Austria, en 2010 ambos ejecutivos gestionaron y autorizaron que el Meinl vendiera a Odebrecht el 51% de las acciones de la sucursal del banco en Antigua y Bermuda (Antigua Bank), en el Caribe, que se utilizó para que la constructora manejara con mayor independencia sus cuentas del Departamento de Operaciones Estructuradas, o, como lo definió el Departamento de Justicia en 2016, el Departamento de Sobornos de la constructora. 

Los testimonios de exejecutivos de Odebrecht que declararon como arrepentidos también fueron clave en la presentación de la prueba contra Weinzierl y Waldstein, miembros de la junta de un banco de Antigua, según el escrito de acusación.

“Las cuentas bancarias de la empresa fantasma que estaban involucradas en el plan y que se utilizaban para pagar sobornos a funcionarios extranjeros se mantenían en el Antigua Bank, que estaba controlado por Weinzierl, Waldstein y sus co-conspiradores (exejecutivos de Odebrecht) y que se utilizaba para promover el plan”, agregó el Departamento de Justicia. “Los acusados ​​se presumen inocentes a menos que se pruebe su culpabilidad y hasta que se demuestre su culpabilidad”, finaliza el comunicado.

En dicho documento, de unas 30 páginas y acceso público, los fiscales de Nueva York no hacen mención a Correo ni a Socma. Argentina es mencionada una única vez, cuando los acusadores sostienen que los ejecutivos autorizaron operaciones que buscaban simular la transferencia de fondos con fines legales cuando, en realidad, se trataba de una pantalla. Entre esas maniobras de camuflaje, otorgaron créditos y “garantías contra riesgos políticos en los países donde Odebrecht operaba” y cita específicamente “en Argentina, Angola y Rusia”. 

La compañía brasileña, cuyos dueños y ejecutivos admitieron el pago de coimas a exfuncionarios argentinos, ganó en 2008 la licitación del soterramiento del Ferrocarril Sarmiento, en sociedad con Iecsa, entonces propiedad de Angelo Calcaterra (primo de Mauricio Macri), quien ha sido indagado por el juez Marcelo Martínez de Giorgi por los supuestos sobornos a exfuncionarios de Néstor y Cristina Kirchner y ha negado -al igual que los exmiembros de los gobiernos kirchneristas- cualquier participación en los ilícitos. 

Si bien el Meinl Bank acumula escándalos y acusaciones, en Socma aseguraron ante la consulta que sus deudas con el banco son anteriores a que se dieran a conocer esos casos, dijo una fuente de la compañía.

El CEO detenido

La investigación contra Weinzierl y Waldstein era confidencial hasta el 25 de mayo último, cuando la fiscalía anunció que Weinzierl había sido arrestado ese mismo día en el Reino Unido, como consignó el Departamento de Justicia. El ejecutivo fue capturado tras aterrizar en ese país con su jet privado en un aeropuerto al sur de Londres, según informó la agencia Bloomberg el 2 de junio último. Su colega, Waldstein, permanece prófugo de la Justicia estadounidense y no había comunicación oficial sobre su captura al cierre de esta nota.

Actualmente, Weinzierl se encuentra en una prisión en Londres. Este miércoles, tuvo una nueva audiencia en los tribunales londinenses para volver a pedir su libertad bajo fianza de US$5 millones, pero el juez le solicitó más información sobre su patrimonio real para considerar si esa cifra es adecuada, informó la agencia Bloomberg.

Hasta el momento, Weinzierl ha presentado dos abogados defensores ante los tribunales londinenses: Ben Watson y James Lewis, según informó la agencia Bloomberg. A principios de junio, Lewis planteó en una audiencia en Londres que la solicitud de las autoridades estadounidenses “pinta una imagen totalmente injustificada y engañosa”, según reflejó el mismo medio. De acuerdo con su defensor, “Weinzierl sabía de las investigaciones y había cooperado con las autoridades austriacas y la Oficina Federal de Investigaciones”, citó Bloomberg. 

El fraude consistía en poner a un banco austríaco como testaferro, el banco Meinl, y nosotros quedar como accionistas ocultos a través de fundaciones en Luxemburgo y como dueños de unas sociedades en Panamá.

La conexión con Correo

La fiscal general Gabriela Boquin sostuvo en su dictamen del 6 de mayo que el Meinl Bank cumplió un rol sospechoso en el concurso de acreedores de Correo desde 2005, actuando en detrimento de sus intereses y a favor de la familia del expresidente Mauricio Macri. 

En uno de los puntos que señaló, la fiscal explicó que el Meinl Bank se convirtió en el principal acreedor de Correo por decisión propia: en 2005 y 2006 -al mismo tiempo que comenzó a trabajar para la constructora Odebrecht, según la fiscalía de Nueva York- el banco absorbió las acreencias de la Corporación Financiera Internacional (CFI) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que equivalen a un total de US$117.294.798. 

Luego, en 2013, el Meinl Bank acordó con Correo congelar esa deuda al valor del dólar de noviembre de ese año: costaba $6,525. Esa deuda de la compañía de los Macri con el Meinl Bank equivalía entonces a $765.348.560. Y así se quedó en el tiempo. A mayo de este año, superaría los $11.582 millones (con un dólar oficial a $98,75), según el cálculo de elDiarioAR con base en los datos del dictamen fiscal. ¿Por qué el Meinl aceptó este acuerdo? “Eso habría que preguntárselo al banco”, respondieron en Correo ante la consulta de este medio en abril. 

Weinzierl sabía de las investigaciones y había cooperado con las autoridades austriacas y la Oficina Federal de Investigaciones.

El banco austríaco resignó cobrar 15 veces el valor de la deuda real de Correo y además intentó garantizar que la compañía de los Macri no vaya a la quiebra. Por esto, Boquin solicitó que se investigue. “La única relación (con el Meinl) es por acreencias con el banco”, sostuvieron en Socma ante la consulta de este medio en abril. 

A esta sospecha, se suma la información que surge de una auditoría realizada en diciembre de 2014 por PriceWaterhouseCoopers a pedido de las autoridades bancarias en Austria. El informe le dedica un capítulo a la relación entre el Meinl Bank y Socma (Sociedades Macri), principal compañía de la familia del expresidente y accionista de Correo: sostiene que Franco Macri -padre del expresidente- gestionó que el Meinl Bank le comprara los créditos del BID y la CFI con Correo, en 2005 y 2006. Es decir, que Socma estaría detrás de su principal acreedor, algo prohibido en Ley de Concursos y Quiebras. “Existe una sospecha de blanqueo de capital”, sostiene la auditoría de Austria.

Mariano Macri, el menor de los hermanos varones del expresidente y accionista del 20% de Socma, también se refirió a la relación entre el banco y el grupo empresario de su familia en una supuesta maniobra para correr a los Macri de Socma de manera ficticia ante la acumulación de una deuda con un banco de Brasil (el BNDES). “El fraude consistía en poner a un banco austríaco como testaferro, el banco Meinl, y nosotros quedar como accionistas ocultos a través de fundaciones en Luxemburgo y como dueños de unas sociedades en Panamá”, contó Mariano Macri al periodista Santiago O’Donnell en el libro Hermano. Socma y Correo desmienten cualquier irregularidad en su relación con el banco austríaco y negaron ante la consulta las aseveraciones del hermano menor de Mauricio Macri.

El 26 de mayo, la jueza comercial Marta Cirulli ordenó investigar el acuerdo entre Correo y el Meinl Bank, según el fallo al que accedió elDiarioAR. La magistrada también dispuso librar exhortos a autoridades de Austria y al Banco Central Europeo para obtener información sobre las sospechas y denuncias contra la entidad bancaria y el acuerdo celebrado con Socma (Sociedades Macri).

En Austria, el Meinl Bank está denunciado por supuesto lavado de dinero con bancos de Europa del Este; fue sancionado por la autoridad de control financiero de Austria en 2019; y el Banco Central Europeo (BCE) le quitó la licencia para operar ese mismo año. Cambió su nombre a Anglo Austrian Bank pero terminó en bancarrota y la Justicia austríaca ordenó el cierre de la compañía en febrero último, como reveló elDiarioAR en abril. 

El 7 de junio, días después de la orden de la jueza Cirulli de investigar la relación con el Meinl Bank, Correo se opuso a las medidas, las calificó en un escrito en el expediente como “absolutamente improcedentes e injustificadas” y pidió que sean suspendidas. La magistrada Cirulli aún no ha decidido sobre dicho planteo.

ED