Agustín Fernández es un diputado de perfil peronista clásico, con preocupaciones sociales, sin definiciones ideológicas tajantes y poco recorrido fuera de su provincia, como hay unos cuantos en el bloque de Unión por la Patria.
Semanas atrás, dio un paso que no todos sus excolegas de bancada se molestan en hacer público, al manifestar solidaridad con los diputados de izquierda Myriam Bregman y Nicolás del Caño, puestos en la mira del fuego tuitero de José Luis Espert (“cárcel o bala”).
Este miércoles de huelga general, masiva marcha sindical y agitación en la Cámara de Diputados, Fernández vivió la jornada política más tensa de su carrera, al menos en el plano nacional, tras votar en la madrugada a favor del dictamen de la ley ómnibus y, horas después, formar un bloque aparte junto a otros dos peronistas tucumanos. El nuevo espacio se llama “Independencia” y el avispero del PJ de Tucumán quedó revuelto.
Cuando Luis Caputo anunció sus primeras medidas en la primera semana de Javier Milei en la Casa Rosada, Fernández suscribió un documento en el que denunció que “el tejido social va a ser profundamente dañado” y que la “inmensa mayoría del pueblo argentino” saldría perjudicado. “El Congreso Nacional es el ámbito de excelencia para la discusión de políticas públicas. Aquí estamos y estaremos, cumpliendo nuestro mandato constitucional… No era campaña del miedo. Había y hay otro camino”, advirtió.
Un mes y medio después, este exintendente de Aguilares se desmarcó y votó a favor del dictamen de la ley Bases, un compendio de cientos de normas de corte libertario, que apuntan a extinguir el papel del Estado e introducen criterios penales y sociales de extrema derecha. ¿Y el mandato? ¿Y el otro camino?
“Bendecida jornada”, transmitió a quienes se comunicaron con él al caer la tarde del miércoles, como quien pone paños fríos. Unos cuantos peronistas ni intentaron establecieron diálogo, pero le mandaron a decir con claridad qué pensaban de un giro que sacó a la luz la primera y temida astilla del principal bloque opositor.
El disidente afirma que no se siente parte del Gobierno y que asumió una “decisión complicada”. “No somos bussistas (de Ricardo Bussi) ni somos de Milei”, dijo a su entorno.
Para Fernández, Milei es una “una persona de ultraderecha”. “Soy de los que no la ven”. Sin embargo, centra su objeción en la dificultad para que prime capacidad de diálogo. “¿Cómo puede ser que la UCR y el peronismo estén desunidos, y seamos incapaces de llegar a acuerdos?”, indagó ante los suyos desde su nueva posición de presidente de la bancada “Independencia”.
Limones y azúcar
El diputado responde en línea directa al gobernador Osvaldo Jaldo y su vuelco obedece a un acuerdo con el ministro del Interior, Guillermo Francos. Hay dos cartas arriba de la mesa: limón y azúcar.
El proyecto inicial preveía instituir retenciones de 15% a la exportación del limón y sus derivados: aceite, cáscara y jugo. Una primera instancia de negociación bajó el porcentaje a 8% e, intervención de Jaldo mediante, terminó en cero.
Una voz del peronismo tucumano que responde a Juan Manzur coincide en que las retenciones habrían tenido un costo económico para los productores. “Pero había margen. Tucumán fija el precio internacional. Con 8%, la ganancia daba tranquilamente”, dice esta fuente, firme opositora a Milei.
Este diario constató que unos cuantos diputados de Unión por la Patria están dispuestos a separarse de una eventual postura oficial de rechazo a la reforma que envió Caputo para que unos 800.000 trabajadores vuelvan a pagar Ganancias (ingresos)
El gobernador ha iniciado un diálogo político con el ministro del interior Francos, comunicó Fernández a quienes le cuestionaron su cambio. “Tenemos la obra pública parada y escuelas sin terminar”. ¿Eso quiere decir que el Poder Ejecutivo enviará fondos para continuarlas?, le preguntaron. “No, pero al menos es un comienzo”, argumentó.
La actividad del limón ocupa a unos 30.000 trabajadores tucumanos y la del azúcar, más de 50.000, que la gobernación de Jaldo esgrime que se verían afectadas si se abre la importación de Brasil, como preveía la ley Bases inicial. Ambas industrias están concentradas, especialmente la de la azúcar, con Ledesma, de Blaquier, a la cabeza, pero la producción de caña está diversificada.
El tercer lobby que llevó a Jaldo a ordenar a sus tres diputados a apartarse del bloque por el que fueron electos es el del bioetanol, asociado a la producción de caña. El proyecto preveía desmontar normas que obligan a determinado porcentaje de biocombustibles en las naftas, pero el pacto de Francos con los gobernadores de Córdoba, Santa Fe y Tucumán retrotrajo la situación.
El plan económico de Milei ya está haciendo ver sus efectos en el empleo y una abismal caída de salarios y jubilaciones, que el Gobierno defiende como parte de los objetivos para su primer año de gestión. La recesión y el levantamiento de la contención social podría disparar la desocupación y la pobreza hasta niveles ingobernables en una provincia especialmente difícil de administrar, por lo que lo sonsacado para las industrias del azúcar y el limón podría valer de muy poco.
La ley Bases incluye una multiplicidad de temas, como la rebaja de jubilaciones, el potencial aumento de la deuda externa, el fomento del gatillo fácil y la restricción y eventual prohibición del derecho a la protesta.
“El gobernador ha decidido enfocarse en algunos puntos. Hay cosas que vamos a discutir en el articulado, el apoyo no es a todo”, aclaró ante quienes lo escucharon.
Hay 102 cuadros políticos, cuadrazos, cada uno con sus ideas, y van a salir a dar su punto de vista. Conozco esos pasillos, no soy el único que piensa así. Bueno, ahora son 99
El diputado jaldista se enreda en una proyección. Afirma que su acción va a mejorar la situación del peronismo, lejos de debilitarlo, “porque en el bloque había brasas que se iban apagando”. Ahora, las brasas se van a avivar y comenzarán a aflorar las disidencias, entiende.
“Estoy agitando las aguas. Es raro que 102 estemos de acuerdo con toda la línea de pensamiento. He dado un paso y le va a hacer bien a Unión por la Patria”, esgrimió.
Dentro del bloque de Unión por la Patria “hay 102 cuadros políticos, cuadrazos, cada uno con sus ideas, y van a salir a dar su punto de vista. Conozco esos pasillos, no soy el único que piensa así”, narró ante allegados. “Bueno, ahora son 99”, se sinceró.
Más sorpresas con Ganancias
Fernández vaticina que las disidencias serán muchas más a la hora de votar la reimplantación del impuesto a las Ganancias (ingresos) que eliminó Massa en plena campaña, con el voto unánime de la bancada peronista. En efecto, este diario constató que unos cuantos diputados de Unión por la Patria están dispuestos a separarse de una eventual postura oficial de rechazo a la reforma que envió Caputo para que unos 800.000 trabajadores vuelvan a pagar el gravamen.
El choque tendrá una posición inequívoca en diputados como el sindicalista bancario Sergio Palazzo, los massistas y otros cercanos a ciertos gremios, y representantes de provincias urgidas por restaurar el hachazo a los ingresos coparticipables que supuso la medida electoralista del excandidato presidencial, que terminó beneficiando al 4% de los trabajadores, los de salarios más altos.
El diputado díscolo dice compartir los motivos del paro y la masiva movilización sindical de este miércoles. “No contradigo las medidas de los compañeros de los sindicatos. En este momento pago mi decisión con jirones de mi cuero”, se lamentó.
SL/DTC