Del G7, en el pintoresco castillo bávaro de Schloss Elmau, al paralizado G2 con Cristina Kirchner en el salón Vallese de la sede de la CGT en la calle Azopardo. Sin pausa, Alberto Fernández saltará de la agenda internacional, entre la guerra de Ucrania, el reclamo por Malvinas y las oportunidades en alimentos y energía, al barro doméstico del que se despegó el sábado, luego una semana que rankea entre las más difíciles del FdT.
No tanto por la irrupción de Cristina Kirchner con un discurso áspero en Avellaneda. En definitiva, aunque su metralla siempre genera ruido y conversación, no es una dinámica inusual. Lo que si lo es, y fue el dato que se llevó con preocupación el presidente a su mini gira por Alemania, fue la “Carta de Resistencia” que se publicó el viernes con la firma de 17 gobernadores y que, con un tono atípico, enumera reclamos a la Casa Rosada.
Ese dato es novedoso. Hasta acá, los gobernadores zigzagearon entre Alberto y Cristina, con reproches al presidente y a la vice por la falta de una bilateral para resolver los conflictos. Eso que un jefe territorial definió como una “pelea de porteños” porque la discusión entre los Fernández se desarrolla sin intervención de los jefes territoriales del PJ.
El viernes, la carta de los mandatarios tuvo un tono inusualmente fuerte: reclamó más “participación” en el gobierno y anudó una serie de planteos sobre la gestión, alguno muy específicos como los “subsidios al transporte y la energía”, y otros más genéricos, casi en todo con el reproche de la vice, respecto a “medidas específicas” para controlar la inflación. Traducción de este último punto: en las provincias no ven que haya un plan anti inflación.
Ese texto tiene el sello de Jorge “Coqui” Capitanich, gobernador del Chaco y armador del encuentro que reunió a 17 gobernadores, entre ellos todos los del FdT salvo el santafesino Omar Perotti, que se autonomiza de los demás jefes peronistas. Tampoco, aunque llamó a la “unidad nacional”, estuvieron los mandatarios de Juntos por el Cambio, ni el cordobés Juan Schiaretti. Sí, algunos a través de sus vices, los “provinciales” -algunos filo FdT- de Salta, Misiones y Río Negro.
Los gobernadores no se ponen de acuerdo entre ellos sobre proyectos para convertir en trabajo los planes sociales y por eso el tema mereció apenas una línea en el documento. En verdad, hace dos meses que los jefes peronistas discuten un punto de acuerdo sobre ese tema y no logran hacerlo. Como ocurre con los intendentes, algunos quieren tenerlos y otros no. Lo primero supone controlarlos pero, a su vez, tener bajo sus respectivos paragüas cientos o miles de “cooperativistas”, muchas veces polítizados, que pueden tener capacidad de generar conflicto.
Basta mirar lo que pasa en el conurbano bonaerense: algunos municipios pidieron tener planes Potenciar pero la mayoría no, que al final prefieren negociar treguas o paz con las organizaciones sociales, en vez de que los reclamos piqueteros en vez de ser al ministerio de Desarrollo Social, en CABA; sean a las intendencias.
Foto de familia
Contra reloj, como parte de un encuentro por los 48 años de la muerte de Juan Domingo Perón, se arma un acto en la CGT donde están invitados no solo los gremios, sino también la cúpula del PJ que encabeza Fernández, los gobernadores, los intendentes y las organizaciones sociales. La lista de buena fe no es menor: bajo el paraguas del PJ, y con la CGT como organizadora, se busca una foto de familia que viene pidiendo Fernández.
A las corridas y sin demasiadas precisiones, se trabaja para lograr que el encuentro sea lo más grande posible y así evitar que sea más relevante por sus ausencias que por sus presencias. “Vamos a ver cuántos gobernadores y cuántos intendentes van”, se preguntó un dirigente que está involucrado en la convocatoria que busca juntar a gobernadores e intendentes con dirigentes de organizaciones sociales, un espacio de vínculo fluido con la CGT; al punto que en el la cupula cegestita se incorporó con voz pero sin voto a un representa de la CTEP, el espacio que nuclea a las organizaciones de la economía popular, una de las terminales del Movimiento Evita de Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro.
De fondo, aunque la CGT es un espacio que en la tirria entre los Fernández siempre estuvo más cerca de Alberto, lo cierto es que son -como muchos otros actores- promotores de una tregua en la cima del FdT como, al menos, primer paso para tratar de ordenar la política y la economía.
En ese contexto, el jueves pasado uno de los secretarios generales de la CGT, Héctor Daer se reunió con Cristina Kirchner en el Senado, tal como contó el periodista Mariano Martín en Ámbito Financiero. La vice está hiper activa en los contactos con actores de todo el dispositivo político, de hecho se vio un día antes con el economista Carlos Melconián. Daer, que para entonces ya estaba a cargo de organizar el encuentro de este viernes, se supone que le trasmitió la invitación, aunque suele ser difícil, si no imposible, que Cristina participe de actos que ella no controle y no tenga exclusiva centralidad.
Para Fernández, en medio del conflicto con la vice, aparece como una foto de unidad donde debería haber dirigentes ligados a la vice, de mínima algunos sindicalistas como Abel Furlán, el nuevo titular de la UOM; muy referenciado en Cristina y de buena relación con Máximo Kirchner. El riesgo del acto es la lista de buena fe: quienes van, quienes no, si hay un vacío y, sobre todo, si hay operaciones orquestadas para que haya un faltazo de gobernadores e intendentes.
En paralelo, más temprano, en la sede del PJ en la calle Matheu, habrá un encuentro de militantes mientras que en el micro estadio de Ferrocarril Oeste se lanzará un espacio llamado “Peronismo de la Soberanía” que, según sus referentes, propone “construir una agenda de políticas públicas vinculadas con la soberanía, ya que los principales problemas de este País tan rico y con un Pueblo tan capaz, tienen que ver con la enajenación, robo, fuga y saqueo de nuestras divisas y recursos naturales por parte de grupos económicos y financieros locales, capitales transnacionales y potencias extranjeras”.
En el texto fundacional hablan de “una nueva geopolítica del Atlántico Sur para lo que es necesaria la unidad del peronismo, que tiene que dejar de lado las internas y peleas facciosas ya que debe constituirse en el eje de la liberación nacional y construir una ”alianza nacional de todos los argentinos y argentinas“, indica el mensaje.
“Al gobierno de Alberto Fernández lo votaron las mayorías nacionales. Hay que apoyarlo” porque “tiene grandes poderes en su contra, pero le hace mucho daño la oposición interna”, agregan y sostienen que “hay que volver a Perón”. El frente lo integran el Movimiento Octubres, Peronismo 26 de Julio, Sindicato Argentino de Obreros Navales, Mesa de la Concertación Naval, además de mesas y agrupaciones peronistas y sindicales de distintos puntos del país. También Agrupación Konfluencia, el Consejo Nacional de Políticas Indígenas, Movimiento Popular para la Victoria y, entre otros, el Movimiento Social Nueva Independencia.
PI