Llegó diciembre y se empieza a elevar la temperatura de la conflictividad laboral. Salvo que se logre una tregua de última hora, la Asociación Bancaria cumplirá este jueves una huelga general en todo el país como parte de la tensión que crece con el Banco Santander, la entidad de capitales españoles que es una de las más grandes que operan en Argentina. La medida es en rechazo al cierre de sucursales que pretende llevar adelante el banco de la familia Botín y que el gremio de Sergio Palazzo considera como paso previo a los despidos en el sector.
La semana pasada, un plenario de secretarios generales de La Bancaria decidió la medida de fuerza a causa de por lo menos tres decisiones tomadas por el Santander: el anunciado cierre de 100 de las 400 sucursales que tiene el banco en todo el país, la intención de tercerizar la operatoria bancaria y la negativa a pagar el bono anual que cobran los bancarios en diciembre.
El conflicto se da en uno de los sectores de más alta rentabilidad de la economía con uno de los sindicatos más poderosos, que representa a trabajadores que están entre los mejores pagos del país.
Consultado por elDiarioAR, Palazzo afirmó que el paro se cumplirá porque no hay ninguna voluntad de acuerdo por parte de la entidad financiera: “El Banco Santander pretende cerrar 100 sucursales en la Argentina. Empezó un proceso de tercerización de varios sectores, entre ellos tecnologías, y en poco tiempo abrirá una financiera, con lo cual saca trabajo del banco y aprovecha para pasar a sus trabajadores a otros convenios. Y además por primera vez decidió no pagar el bono de fin de año a sus trabajadores, que es un derecho adquirido y a modo casi extorsivo planteó que sólo lo pagaría si se le permiten cerrar las sucursales”, dijo el sindicalista de origen radical que forma parte de la CGT y acaba de ser electo diputado nacional por el Frente de Todos.
Palazzo aseguró que si no hay una respuesta favorable al reclamo del gremio, las medidas de fuerza se van a incrementar en las próximas semanas. Desde el sindicato dijeron a elDiarioAR que las audiencias privadas y en el ministerio de Trabajo no dieron resultado. El Banco Santander estuvo representado en esa instancia por el estudio Funes de Rioja, creado por el abogado que hoy está al frente de dos poderosas entidades empresarias, la Unión Industrial y la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL). Acostumbrados a hablar el lenguaje de la publicidad, desde el Santander no respondieron a las consultas de elDiarioAR. Desde el área de Comunicaciones Externas derivaron el tema al sector que lleva la relación con el gremio, pero el encargado del tema ignoró los mensajes de este diario.
El conflicto escala en un contexto particular, que lo hace incluso más llamativo. Sucede una semana después de que los directivos del Santander participaran de la reunión de la cámara de empresas españolas con el ministro del Interior Eduardo De Pedro en el Hotel Alvear. Pero además se desata apenas unos días más tarde de la visita a Buenos Aires de Ana Botín, la presidenta del Santander y heredera del emporio financiero que conoce a Alberto Fernández desde los años noventa, cuando el ahora presidente era Superintendente de Seguros de Nación.
Botín estuvo dos días en Argentina y los dedicó a reunirse con los equipos locales a los que no visitaba desde 2019. La hija de Emilio Botin ratificó inversiones en tecnología por U$S 225 millones para los próximos tres años, destinadas en su mayoría al desarrollo de sistemas, infraestructura de software y hardware. “Hay que confiar en el futuro, estoy segura de que vamos a ayudar a muchas más empresas y personas a progresar, esa es nuestra misión. Nuestro mayor desafío es cómo bancarizar y ayudar a progresar a las empresas con negocios sostenibles y rentables”, dijo, durante un encuentro virtual con todos los equipos de Santander en Argentina. Este año, Santander lanzó en la Argentina dos nuevas compañías: Santander Consumer y Superdigital, que se suman a Getnet, que comenzó a operar en 2020.
La presidenta del banco que, según el gremio, se propone avanzar con el cierre de sucursales y despidos estuvo acompañada por el Head Regional de Santander para Sudamérica, Sergio Rial y el el actual responsable de Finanzas de Santander Brasil, Carlos Rey, que asumirá el año próximo como Responsable Regional de Sudamérica. Los anfitriones fueron el CEO y Country Head de Santander Argentina, Alejandro Butti, y Enrique Cristofani, el presidente de Santander Argentina, que fue la cabeza de la entidad financiera durante dos décadas y dio un paso al costado a fines de 2019, después de haber sido uno de los banqueros más cercanos al ex presidente Mauricio Macri.
De acuerdo a la información que brindó en julio pasado en España el consejero delegado de la entidad y número 2 de Ana Botín, José Antonio Álvarez, el Banco Santander cerró la primera mitad del año con un beneficio de 3.675 millones de euros, en contraste con las pérdidas de casi 10.800 millones registradas un año antes por la pandemia y espera volver este año a las ganancias previas a la crisis.
Por áreas geográficas, Europa obtuvo un beneficio de 1.426 millones de euros (un 170 % más); Norteamérica ganó 1.628 millones; Sudamérica anotó 1.645 millones (un 41 % más), y Digital Consumer Bank, formado por la unión de Santander Consumer Finance (SCF) y Openbank en 2020, ganó 569 millones de euros, un 11 % más. De acuerdo a los datos del sindicato de Palazzo en base a los balances del propio banco: el Santander estuvo entre los escasos ganadores del primer año de pandemia y obtuvo ganancias netas en Argentina por 6.000 millones de pesos, mientras que cerró el primer semestre de 2021 con ganancias netas por 2.000 millones de pesos.