Tal vez no esté todo perdido para la CGT. Los jefes sindicales del ala “dialoguista” se llevaron del Gobierno la promesa de revisar el piso del Impuesto a las Ganancias y de desistir en la presentación oficial ante la Corte Suprema para reponer las reformas laborales que se habían caído del célebre DNU 70/2023.
Así se desprendió de la reunión que el secretario de Trabajo, Julio Cordero, mantuvo este martes con la dirigencia de la central obrera como parte del diálogo lanzado con distintos sectores por el Pacto de Mayo. Como había informado este medio, los popes sindicales habían pedido una audiencia con el funcionario como un modo de ganar tiempo ante el reclamo de las bases –y del sector más combativo– para la adopción de nuevas medidas de fuerza.
Fue eso y no mucho más. Aunque la ley Bases ya está reglamentada, la conducción sindical dice haber conseguido también la revisión de los artículos laborales de esa normativa. Esa instancia se pondrá en marcha en una reunión que el Gobierno hará la semana próxima con el sector empresario.
“Va a haber una ‘mesa técnica’ para definir la reglamentación de estos artículos que tienen una gran vaguedad, cosa inédita en la legislación laboral, y que salieron del capítulo laboral de la ley Bases”, declaró, tras salir de la cita, el cosecretario general Héctor Daer.
El dirigente sostuvo que la CGT espera ahora “respuestas” a los dos temas principales: la modificación del piso de Ganancias, que el Gobierno restituyó y ubicó a partir de los salarios de 1,8 millón de pesos, y la marcha atrás en la presentación de la Procuraduría General a la Corte Suprema para defender el capítulo laboral del decreto 70/2023, que los abogados de la central habían logrado tumbar en los tribunales durante el verano.
La reunión se llevó a cabo desde las 13 en Alem 650, la sede de la Secretaría de Trabajo que ahora está ubicada dentro del organigrama del Ministerio de Capital Humano. Daer fue acompañado por Carlos Acuña, otro de los triunviros y cercano a Luis Barrionuevo, y por sindicalistas que componen el sector “dialoguista” como Gerardo Martínez (UOCRA); Andrés Rodríguez (UPCN); Armando Cavalieri (Comercio); José Luis Lingeri (Aysa) y Nora Ruiz (Modelos), entre otros.
Si bien también estuvo Abel Furlán, el jefe de la UOM de buena sintonía con Máximo Kirchner, la nota de la jornada la dio el camionero Pablo Moyano, referente del ala combativa de la central, quien pegó el faltazo a la cita y, en este caso, con aviso.
El menú
El Consejo Directivo cegetista, que por ahora le pone paños fríos al acompañamiento que pretende el Gobierno para el Consejo de Mayo, cuestionó en la reunión con Cordero varios de los artículos laborales sancionados –y promulgados– en la ley Bases.
La central había apostado, en la previa, a negociar los términos de aplicación de ese articulado, pero la ley terminó publicándose la semana pasada en el Boletín Oficial tal como había sido sancionada por el Congreso. Por eso ahora volvieron a la carga.
Los sindicalistas objetan artículos como el que establece a los bloqueos como causa de despidos, una acción que según entienden corresponde a la “libertad sindical”, y también piden por la “protección antidiscriminatoria”, luego de que el Gobierno hiciera cambios en esa legislación.
“Hicieron más ‘baratos’ los despidos por discriminación de raza, género o religión”, indicó, ante la consulta de elDiarioAR, uno de los sindicalistas que participó de la reunión, al apuntar a las modificaciones en la ley de Contrato de Trabajo que, según observan, “discriminan a los discriminados” en el mundo laboral.
Según los cambios consagrados en la ley Bases, se priva a los trabajadores sujetos a discriminación del “régimen legal de protecciòn antidiscriminatoria, al introducir un régimen ‘especial’ que sólo reconoce el derecho a una indemnización agravada y no el de requerir la declaración de la nulidad del acto discriminatorio”, explicaron desde la CGT a este medio.
También piden los jefes sindicales que no se haga efectiva la creación de la figura de “trabajadores colaboradores”, que pueden ser subcontratados por otros trabajadores “autónomos”, además de solicitar que se fiscalice el empleo informal.
La central obrera expresó tras el encuentro que “el compromiso es permitir dentro de la reglamentación pertinente las observaciones que el equipo técnico legal de CGT acerque a la Secretaría, para lo cual se mantendrán reuniones al respecto dentro de los próximos 15 días”.
Salarios e impuestos
Sobre la restitución de Ganancias, los dirigentes gremiales plantearon que, más allá de las presentaciones judiciales que considere hacer cada gremio, son “inviables los pisos salariales que fueran tenidos en cuenta, para la ley Bases, en diciembre del año pasado”, por lo que deberían considerarse, de persistir ese capitulo legal, “la actualización por inflación desde entonces”.
También reclamaron que se mantenga el régimen paritario de discusión sobre salarios con la libre negociación de las partes, “sin intromisión de pautas de porcentajes por parte del Gobierno”, además de la “agilización inmediata de los acuerdos ya firmados y aún no homologados”.
“Dejamos nuestra mirada de diagnóstico y de reclamo respecto de un programa de Gobierno que vemos que no contempla la producción, el desarrollo y el trabajo, privilegiando sólo la cuestión monetaria e inflacionaria”, comunicó la central, que dijo haber alertado al Gobierno sobre “el actual estado de profunda recesión, pérdida de empleos en todas las actividades y caída del poder adquisitivo de trabajadores activos y pasivos con una falta de perspectivas de mejoras de recuperación económica en el corto plazo”.
Dudas por una medida de fuerza
Si bien los paros generales del 24 de enero y el 9 de mayo estuvieron de fondo en todas las conversaciones previas a la reunión, no prima por ahora en el ala dialoguista de la CGT la posibilidad de concretar otra medida de fuerza. Daer y los suyos apuestan más bien por la búsqueda de soluciones.
“El paro es un instrumento que tenemos, en términos legales y legítimos, las organizaciones sindicales; no es un tema de si hay o no hay”, buscó despejar dudas el también secretario general de Sanidad, que aclaró de todos modos que “si las condiciones están dadas para un paro, habrá paro”.
El sector más confrontativo, que integran Pablo Moyano junto a La Bancaria, de Sergio Palazzo, y SMATA, entre otros gremios más identificados con el kirchnerismo, viene pulseando desde hace un tiempo por un rechazo frontal al Gobierno, tanto a la ley Bases como al Pacto de Mayo, y por la puesta en marcha de nuevas protestas. El faltazo de Pablo Moyano fue toda una declaración y no hace más que exponer la “grieta interna” en la CGT: según pudo saber elDiarioAR, el dirigente ni siquiera estuvo ubicable en su teléfono.
Ahora se abre un nuevo compás de espera en el que ambas partes buscarán ganar tiempo, mientras el gobierno de Javier Milei moldea el Consejo de Mayo que deberá traducir en leyes las reformas del pacto firmado con 18 gobernadores, pero sin los sindicalistas.
NP/MG