La motosierra le gusta cada vez menos a la gente. El Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) de septiembre de 2024, publicado por la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella, registró una caída del 14,8% en comparación con el mes anterior, situándose en 2,16 puntos en una escala de 0 a 5. Esta cifra marca el nivel más bajo desde el inicio de la gestión de Javier Milei, siendo la disminución más pronunciada de todo su gobierno. A pesar de esta caída mensual, el índice experimentó un incremento interanual del 109,3%, es decir con respecto a lo que hace un año atrás era el gobierno de Alberto Fernández (Frente de Todos), con la conducción de Sergio Massa de la política económica.
Sin embargo, en comparación con administraciones anteriores, el nivel de confianza actual es un 14,6% menor que en septiembre de 2016, al comienzo del gobierno de Mauricio Macri, y un 4,6% menor que en septiembre de 2020, durante los primeros meses de la gestión de Alberto Fernández.
La variación entre los valores máximo y mínimo del ICG durante los primeros nueve meses de la administración Milei es de 0,7 puntos. Este rango es superior al de la gestión de Macri, que fue de 0,62 puntos, y más bajo que el de Fernández, que fue de 1,07 puntos. Esto sugiere que la confianza pública en el gobierno de Milei está mostrando fluctuaciones más marcadas que en los primeros meses de los gobiernos anteriores.
La disminución del ICG en septiembre se refleja en sus cinco componentes, todos con caídas significativas respecto al mes de agosto. El descenso más agudo se produjo en la eficiencia en la administración del gasto público, que cayó un 18%, situándose en 2,03 puntos, lo que parece indicar que las personas ya no aprueban el ajuste del que se jacta Milei en voz alta.
La evaluación general del Gobierno bajó un 16,7% (1,83 puntos), mientras que la percepción sobre la honestidad de los funcionarios retrocedió un 15,7%, con 2,40 puntos. También se redujo la confianza en la capacidad del gobierno para resolver los problemas del país, que cayó un 9,5%, con 2,74 puntos. Finalmente, la preocupación por el interés general disminuyó un 15,7%, con 1,81 puntos.
Diferencias por género, edad y región
El ICG de septiembre fue mayor entre los hombres (2,54 puntos, con una variación negativa de 5%) que entre las mujeres (1,81 puntos, con una caída significativa de 25%). En cuanto a los grupos etarios, el índice fue más elevado entre los jóvenes de 18 a 29 años (2,84 puntos, con una caída del 1%), seguido por los mayores de 50 años (2,09 puntos, con una disminución del 20%) y, finalmente, por el grupo de 30 a 49 años (2,07 puntos, con un decrecimiento del 7%).
Geográficamente, el ICG fue mayor en las zonas del interior del país (2,22 puntos, con una variación negativa del 18%), seguido por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), que registró 2,14 puntos con una caída del 16%. El Gran Buenos Aires (GBA) mostró el índice más bajo con 2,04 puntos, aunque su variación negativa fue más moderada (-7%).
El índice de confianza también varió según el nivel de instrucción de los encuestados. Quienes alcanzaron hasta nivel terciario o universitario obtuvieron el ICG más alto, con 2,35 puntos, aunque presentaron una caída del 14% en septiembre. Les siguen quienes alcanzaron hasta nivel secundario (2,00 puntos, con un descenso del 15%) y quienes tienen hasta educación primaria, con 1,73 puntos y una disminución del 14%.
El ICG fue mayor entre quienes no han sido víctimas de delitos en los últimos 12 meses (2,29 puntos, con una variación negativa del 13%) que entre quienes sí lo han sido (1,79 puntos, con una caída del 22%). En cuanto a las perspectivas económicas, el índice fue notablemente más alto entre quienes creen que la situación económica mejorará en el próximo año (3,87 puntos, con un decrecimiento del 8%) en comparación con quienes consideran que se mantendrá igual (2,26 puntos, con una caída del 5%) o empeorará (0,51 puntos, con una disminución del 4%).
Este informe del ICG refleja una tendencia creciente de desconfianza en el gobierno de Milei, especialmente en áreas clave como la administración del gasto público y la capacidad para resolver problemas, en medio de una situación económica que sigue siendo motivo de preocupación para una gran parte de la población.
JJD