El mensaje llegó el sábado a la mañana, apenas unas horas después de que se derrumbara la criptomoneda que Javier Milei había promocionado a través de un tuit. “Esto va a hacer reflexionar a algunos, se les va llenar el *** de preguntas”, pronosticó, comedida, una dirigenta del PRO. Y acertó. Por unos días, la semilla de la duda echó raíces entre aquellos referentes que tenían un pie afuera del partido y presionaban a Mauricio Macri para cerrar un acuerdo con Karina Milei.
Macri, magnánimo, aprovechó para repartir consejos y lamentarse, desde Santa Fe, lo “mal rodeado” que estaba el Presidente. Un latiguillo que repite para quejarse de sus dos rivales en el mundo Milei —Karina y Santiago Caputo— y que le vino como anillo al dedo para regodearse de su caída en desgracia, luego de la entrevista interrumpida con Jonatan Viale y de que el portal CoinDesk publicara supuestos mensajes de Hayden Davis confesando que le pagaba a la hermana presidencial. Frente al escándalo, Macri decidió aprovechar el momento de debilidad presidencial.
Primero fue el comunicado PRO. “Lo que pasó es grave”, rezaba el texto redactado por Fernando de Andreis, mano derecha de Macri, yendo a contramano de las defensas sobreactuadas que muchos dirigentes amarillos —como Diego Santilli o el bullrichista Damián Arabia— le dedicaban al Presidente. El comunicado, incluso, le valió una revuelta interna a Cristian Ritondo el martes a la tarde, cuando se reunió el bloque en Diputados. Los bullrichstas —que si todavía continúan en el PRO es solo por pedido del propio Gobierno— despedazaron el comunicado y reclamaron salir en defensa del Presidente.
Hubo gritos y cuestionamientos. “Están en negación, están convencidos de que es una operación del kirchnerismo”, se queja una espada macrista, que considera que sería mejor si abandonaran el espacio. La confianza está rota y, sin embargo, sí se logró llegar a un mínimo acuerdo: ni juicio político ni comisión investigadora, el PRO se comprometía a no acompañar ninguna iniciativa opositora que buscara investigar la responsabilidad de Milei en el escándalo cripto.
Luego, el jueves, Macri encabezó una cumbre con jóvenes sub 40 del PRO en la quinta de Jorge Triaca, exministro de Trabajo de la gestión Cambiemos. El evento, que convocó a casi 100 dirigentes, fue organizado por Martín Yeza y el santiagueño Facundo Pérez Carletti, dos fieles macristas a quienes Macri les encomendó la tarea de buscar caras nuevas para relanzar el PRO. El expresidente de la Nación ve cada vez más difícil la posibilidad de un acuerdo con LLA —en su entorno le echan la culpa al Gobierno— y se prepara para tener candidatos propios listos en todas las provincias del país.
Si bien la cumbre se había comenzado a organizar hacía varias semanas, mucho antes del escándalo $LIBRA, a nadie se le escapó la presencia de Santiago Siri, un especialista tech del mundo cripto y creador del Partido de la Red que supo anticipar, como ninguno, sobre los peligros del acercamiento de Hayden Davis a Milei. Siri levantó el perfil en los últimos días, explicando los pormenores detrás del derrumbe de $LIBRA, y su participación en la cumbre no pasó desapercibida en el mundo libertario. La cuenta que se le atribuye a Santiago Caputo, por ejemplo, no tardó en cruzarlo en Twitter.
La duda bonaerense
El escándalo tuvo los efectos que Macri y su entorno esperaban: contener la hemorragia de dirigentes PRO. Al menos por un rato. El desafío no es retenerlos a todos —los bullrichistas, por ejemplo, ya no son considerados como del PRO—, sino a aquellos que presionan puertas adentro para cerrar una alianza electoral con LLA porque temen la desaparición política. Es decir, el grupo de los bonaerenses, como Santilli, Ritondo, Guillermo Montenegro o Alejandro Finocchiaro. Dirigentes que salieron en defensa de Milei apenas explotó el escándalo pero que, tras la escalada del caso y la salpicadura sobre Karina, ahora se mantienen cautos.
“Nosotros salimos a defenderlos como leones, más que sus ministros. ¿Pero qué más hay? Hay que ser prudentes. Yo te banco una equivocación, pero si hubo sobornos…”, grafica, con honestidad, un dirigente.
La prudencia, sin embargo, durará poco. Porque la realidad, para ellos, continúa siendo la misma: si el PRO juega por afuera de LLA en Provincia de Buenos Aires no saca más de ocho puntos. Así lo blanqueó Santilli el lunes, durante una cumbre con intendentes y dirigentes bonaerenses en la sede partidaria de San Telmo: “El peor acuerdo es mejor que ningún acuerdo”, afirmó, ante la treintena de referentes de PBA.
El encuentro sirvió para sincerar las dos posturas que pugnan en el PRO. La de los macristas, por un lado, que reniegan de la “sumisión” a LLA y exigen mejores condiciones en la negociación de un acuerdo electoral. Son el grupo minoritario, y está integrado por figuras como Soledad Martínez, Silvia Lospennato o Yeza. Después está el resto, con Santilli a la cabeza, que presionan para cerrar un acuerdo electoral. Cualquier acuerdo electoral.
“Hay que ser realistas. ¿Cuál es nuestra fortaleza? Que el Colo mide bien y es conocido, que tenemos tropa en 90 distritos con capacidad para fiscalizar. Y que los nuestros son útiles. Ahora ellos tienen al presidente y un sello como LLA que mide un montón”, reflexiona un referente bonaerense que abreva a la hipótesis Santilli de que es mejor un mal acuerdo que ningún acuerdo.
El cálculo matemático que realizan es sencillo. El objetivo es renovar los siete diputados nacionales del PRO de la Provincia de Buenos Aires que vencen mandato este año. O la mayor cantidad posible, de modo de que el PRO, aunque se sume a las Fuerzas del Cielo, continúe sosteniendo su mismo poder de fuego en el recinto. Este es el caso de, por ejemplo, Santilli, Finocchiaro y Hernán Lombardi.
“Con que pongan cinco de los nuestros entre los primeros 15 nombres de la lista estamos. En cambio, si vamos solos, aunque tengamos una elección épica con suerte metemos dos diputados”, explica un armador bonaerense que acusa a Macri de estar tan concentrado en la elección porteña que no percibe que replicar la estrategia de Jorge Macri en PBA significará una derrota para el PRO.
En el fondo, es una pelea entre porteños y bonaerenses. Aunque con una diferencia de criterio: mientras que Macri considera que, desdoblando, podrá proteger a la Ciudad de la oleada violeta, sus detractores internos profetizan que el primo Jorge sufrirá una grave derrota. “Más adelanta la elección Jorge y peor estamos. Ellos joden con armarle una lista a [Ramiro] Marra, ¿pero qué pasa con los 10 puntos que nos puede sacar Larreta?”, masculla un dirigente, mientras muestra encuestas en las que el PRO, en CABA, mide tercero.
La incógnita Horacio Rodríguez Larreta, que amenaza con jugar para la Legislatura porteña pero no abandona, aún, la posibilidad de candidatearse a senador nacional, es una realidad muy presente entre los Macri. Hubo, incluso, un intento de coqueteo para ver si existiría la posibilidad de cerrar un acuerdo, pero en el entorno del ex jefe de Gobierno porteño no quieren saber nada. “Nosotros ya perdimos, no tenemos nada que perder. ¿Y si sacamos 7 puntos qué? Al menos son nuestros, no como Jorge. ¿De qué nos sirve acordar con ellos?”, masculla, irritada, una dirigenta larretista que repite, sin quererlo, la misma pregunta que se hace Karina y le quita el sueño al expresidente: ¿De qué sirve acordar con Macri cuando se puede acordar con sus dirigentes?
MC/JJD