Apenas cantó el himno nacional y se fue del recinto. Cristina Kirchner tuvo un fugaz paso este jueves en la sesión del Senado, en la polémica sobre su situación judicial ganó los primeros momentos, con acusaciones cruzadas entre los bloques oficialistas y opositores.
Rápida de reflejos, la titular de la Cámara alta abrió la sesión, comandó el izamiento de la bandera nacional y, cuando comenzaba el momento de las cuestiones privilegios, se retiró para dejar su lugar al frente del estrado principal a la presidenta provincial del Senado, Claudia Ledesma de Abdala. Dejó abierta la sesión a las 14.28 y se retiró del recinto cinco minutos después. Tenía su propia agenda: de hecho, antes de bajar al hemiciclo había recibido en su despacho al premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel.
Entonces fue la senadora kirchnerista por Santiago del Estero quien le dio la palabra a Martín Lousteau (JxC - Ciudad de Buenos Aires), el primer legislador del arco opositor que salió a polemizar los dichos de Cristina sobre la autonomía de la Capital Federal. “Solamente quiere distraer la atención del pésimo desempeño de este gobierno, del que la presidenta de este cuerpo no es la vicepresidenta, sino que lo diseñó y se ocupó de vetar ministros hasta cambiarlos”, lanzó el senador, quien se pasó en los cinco minutos reglamentarios para las cuestiones de privilegio.
“Cristina Fernández fue convencional constituyente, incluso vocal de la redacción de la Constitución. Es difícil comprender que diga que la Ciudad no es autonómica”, se quejó Lousteau. Buscaba confrontar con los dichos de la vice de la noche del sábado, cuando la policía porteña instaló vallas para impedir una manifestación en su apoyo en Recoleta, pero principalmente del miércoles pasado. En el salón Azul, rodeada de legisladores oficialistas, la referente del Frente de Todos problematizó el estatus jurisdiccional de la Capital Federal. “Lo hace para distraer la atención sobre la inflación, las tasas de interés, la suba de tarifas, la falta de divisas, la brecha de 110%, la devaluación del tipo de cambio, el controles de importaciones y el ajuste”, se despachó el economista.
“Pasaron de ser una municipalidad a una república independentista”, se le burló a Lousteau el senador Martín Doñate (FdT - Río Negro), cuando le tocó su turno y usó más de diez minutos para hacer una defensa cerrada de la vicepresidenta. Acusó a los fiscales de la causa de Vialidad Diego Luciani y Sergio Mola de montar “un show mediático y patético” y los consideró parte de una operativa “golpista” contra el Gobierno.
“Pidieron un año de condena por cada año de gobierno kirchnerista. La derecha y el golpismo siempre buscan este tipo de símbolos. Arrasaron siempre atacando a los líderes populares porque son el símbolo de esas mayorías populares. Lo hicieron con Yrigoyen, con los Perón y ahora con los Kirchner. No quieren que nazcan más Cristinas”, completó el legislador.
Luego fue el turno de la santafecina Carolina Losada (Jx) de la criticar muy duro a la vicepresidenta. Lamentó la Cámara alta no debata otros temas como la cuestión de seguridad de su provincia y le apuntó directamente a Cristina por su situación judicial: “La vice tiene que rendir cuentas, les guste o no les guste”. “No merecemos dirigentes que se creen semidioses, sino que se sometan a la ley como todos los ciudadanos”, completó.
Después se despachó Julio Martínez (UCR - La Rioja) con un discurso cargado de ironía contra el oficialismo. “Ustedes no son Evita ni Cristina es Perón. Más que un 17 de octubre parece un cumpleaños, o un 28 de diciembre con unos pocos inocentes”, descargó en el recinto. “Están viendo una realidad que no ven: lamento decirles, en la calle hay más gente preocupadas por conseguir figuritas que por la impunidad de Cristina”, agregó. “Fueron a hacer una revolución a Recoleta, y flasheaban con que estaban en Sierra Maestra. Para la próxima revolución que haya, no lo lleven a Máximo que parece que le tiene miedo a la policía”, completó, apuntando contra el hijo de la vice que sufrió parte de la represión de los efectivos de las fuerza de seguridad porteña.
Luego de las cuestiones de privilegio, a mano alzada se aprobó discutir dos iniciativas de declaraciones contrapuestas: una del oficialismo, para repudiar el operativo policial en Juncal y Uruguay, y otra JxC, para repudiar las palabras de Alberto Fernández cuando relacionó en el canal TN lo que le pasó al fiscal Alberto Nisman con Luciani: “Se suicidó y no encuentro motivo para que eso pase con Luciani”.
La tensión que copó las primeras horas de debate en el Senado ya se presentía en la previa por el contexto político, pese a que fue una sesión con temas acordados entre el FdT y JxC. Por fuera de la polémica por CFK, luego de las numerosas cuestiones de privilegio pedidas, el debate debería transitar sobre carriles exentos de grandes discusiones.
En rigor, el temario incluía la sanción de un régimen de promoción para la industria automotriz y otro que modifica la ley de promoción de la biotecnología moderna y la nanotecnología, dos iniciativas que tienen media sanción de Diputados y que fue parte del paquete de leyes que pidió Sergio Massa al desembarcar en Economía.
La orden del día se completa con la designación, nuevamente, como embajador en Brasil a Daniel Scioli, así como un conjunto de pliegos judiciales. También hay proyectos de declaración de bienes inmuebles y monumentos, un proyecto de ley por el que se instituye el Día Nacional del Síndrome de Dravet y otro para instituir el Día y la Semana Nacional del Árbol.
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MC