En la semana previa a que Martín Guzmán se eyectara de Economía, Máximo Kirchner recibió en su despacho del tercer piso de Diputados a un dirigente con banca y territorio, representante de una de las tribus oficialistas con las que el cristinismo había abierto una feroz discusión que parecía no tener fin. La reunión sirvió para bajar el tono y pactar una tregua, y contó con un ingrediente inesperado para el interlocutor del líder de La Cámpora: la propia Cristina Kichner caminó desde el Senado hasta la oficina de su hijo para saludar.
El encuentro se volvió a repetir la semana pasada, ya sin la vice presente ni con Guzmán en el Palacio de Hacienda. Si la inesperada llegada de Silvina Batakis fue el cénit de la crisis interna frentedotista y obligó a generó tres diálogos entre Alberto y Cristina, por lo bajo en el loteado oficialismo también parece estarse viviendo un complejo proceso de costura invisible.
Los anuncios de este lunes de la flamante ministra –considerados internamente como un mensaje para los mercados, como contó este medio– coincidieron con el inicio de la última semana de actividad en el Congreso previo al receso de invierno. Distintas voces en el oficialismo recogidas por elDiarioAR tienen la expectativa de que el frío también baje de una vez por todas la temperatura de la interna. No solo hay preocupación a cómo se llegará al 2023, sino si se llegará al 2023.
“Están todos con un grado de exasperación tal, que la paciencia es muy forzada”, apuntó una fuente que camina habitualmente el Parlamento y el conurbano. “Los recesos sirven para meter paños fríos, pero más allá de que se retomó el diálogo, la relación interna es muy tirante”, completó otro operador legislativo.
Como una caja de resonancia de la situación general del FdT, la bancada oficialista en Diputados vivió momentos de gran incertidumbre durante el fin de semana en que renunció Guzmán y el titular de la Cámara, Sergio Massa, apostaba todo por entrar al gabinete como un súperministro. Hay quienes dicen que en esos momentos sonaba el economista Carlos Heller como su reemplazante, otros que escucharon el nombre del sanjuanino José Luis Gioja –de mucho recorrido en el PJ y quien ya había ocupado ese cargo–, y otros que decidieron apagar el teléfono hasta el lunes.
Finalmente Massa se quedó, y en el marco de la última sesión que hubo el martes pasado disfrazó su enojo con risas y chistes entre sus pares oficialistas. Hace tiempo que el bloque no tiene una reunión conjunta, aseguró un diputado. Este fin de semana que pasó, para intentar darle volumen político a la nueva etapa interna, el jefe de la bancada, Germán Martínez, viajó a Tucumán con una comitiva de legisladores el viernes, como grupo de vanguardia a la llegada del Presidente, un día después. No invitó a todos, y hubo algunos que encontraron en actos propios la excusa perfecta para no aceptar el convite.
“Vamos encontrando puntos de síntesis en el Frente de Todos”, le dijo el santafecino a una radio local el sábado de la conmemoración de la Independencia. “Faltan cosas, pero estamos en el camino correcto”, completó ayer en diálogo con Télam desde Rosario, de donde volvió a Buenos Aires en su propio auto, luego de estar en el acto que encabezó el expresidente de Bolivia Evo Morales junto a Agustín Rossi, titular de la AFI y jefe político de Martínez.
Con receso, pero sin agenda
Aunque el receso parlamentario comienza la próxima semana, en estos días la única actividad que habrá será puertas afuera del Congreso: el jueves se espera una importante movilización de la UTEP en sus inmediaciones. Está anunciada “una gran feria con productos y experiencias de las diferentes ramas de la economía popular”, con acto de cierre a las 15.
Será una protesta oficialista, contra el oficialismo: se pide una Ley General de Tierra, Techo y Trabajo. Pero en tiempos de tregua, un dirigente atento a los detalles remarcó que la convocatoria la hace la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, y no el Movimiento Evita de Emilio Pérsico, Somos-Barrios de Pie de Daniel Menéndez o el MTD de Juan Grabois, que son los sectores que integran la UTEP y que fueron apuntados por Cristina Kirchner hace un mes.
Pero si en algo coinciden las agrupaciones sociales con el kirchnerismo es en exigir un salario básico universal, que ya lo rechazaba Guzmán y que tampoco avala Batakis, en línea con el Presidente. En el paquete conocido ayer, la medida brilló por su ausencia. “Los anuncios de ayer fueron demasiado ajuste. Yo creo que no ven la magnitud del conflicto social”, cuestionó una de las fuentes consultadas por este medio. “Yo aposté a que no pasa la primavera”, agregó.
A viva voz, no hubo casi quienes se animaron a cruzar ayer a la flamante ministra. Aunque sí hubo algunas críticas en ON. “La ministra Batakis dejó de lado señales que nuestro pueblo está aguardando, y que quienes formamos parte del Frente de Todos y representamos los intereses de los trabajadores y jubilados vamos a reclamar de distintas maneras”, cuestionó el diputado Hugo Yasky, anfitrión de la vicepresidenta en aquel acto en Avellaneda en que cargó contra el Movimiento Evita.
La CTA tiene previsto una serie de movilizaciones en todo el país para exigir el salario básico universal, el impuesto a la renta extraordinaria y la creación del fondo para pagarle al fondo. Toda una agenda de leyes que el kirchnerismo más duro quiere impusar pero no puede, imposibilitado por la falta de número –el FdT tiene 118 bancas, muy lejos del ansiado 129 que abre el quórum–. Aunque tampoco está en la “agenda legislativa” que Massa conversó con Batakis cuando la recibió en su despacho la semana pasada, donde se lo vio a él dominando la situación, apuntando a la ministra con el recurso preferido de CFK: una lapicera. “Fue una foto política, no había más nada”, comentó un vocero parlamentario.
El diputado Daniel Arroyo también pidió ayer por el salario universal, con una postura intermedia. “Aún no están dadas las condiciones fiscales necesarias”, reconoció en El Destape sobre la reticencia por el costo fiscal de casi 2 puntos del PBI, aunque propuso un recorrido de gestión: primero “hay que reordenar el plan Potenciar Trabajo y la Tarjeta Alimentar para que formen parte del paquete general del Ingreso Universal Ciudadano” y luego, desarrollarlo por etapas: “Yo empezaría por las provincias del Norte del país”, completó.
En el Senado, donde está más cerca de ganar las votaciones gracias a aliados provinciales, también la última iniciativa cristinista chocó con el frente interno: la ampliación de la Corte a 25 miembros por ahora naufragó por el rechazo del puntano Adolfo Rodríguez Saá, enfrentado con su hermano Alberto, uno de los gobernadores peronistas que la defendió en comisión.
Tras su primer anuncio de medidas, el FdT recibió a Batakis con la agenda parlamentaria bloqueada, pero con una interna más deliberativa que belicosa. “Ahora habrá que esperar cómo se acomodan los melones”, graficó un vocero. “Estamos esperando que haya alguna instancia de diálogo”, expresó un diputado cercano a la mirada cristinista, y mirando su agenda próxima, casi con frustración le puso fecha hasta cuándo no espera novedades, al menos en el Congreso: “Acá hasta agosto no va a pasar nada”.
MC/MG