El panorama cambiemita en Santa Fe confirma que la etapa del orden se acabó en la coalición opositora. La PASO de Juntos por el Cambio no presentará dos listas, como en Capital y Provincia. En el distrito gobernado por el peronismo de Omar Perotti, y tercero del país en cantidad de votantes, competirán cuatro espacios de JxC. Y lo harán con diversos apoyos nacionales, enfrentados indirectamente entre sí.
El senador Martín Lousteau impulsa a los radicales alejados del Frente Progresista local. Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich hicieron un alto en su interna amarilla para coincidir en el respaldo a los aspirantes del PRO puros: Federico Angelini, Luciano Laspina y Amalia Granata. Las otras dos boletas tienen preeminencia radical: una incluye a la periodista Carolina Losada, y la otra es un mix entre la UCR y la Coalición Cívica de Elisa Carrió.
Además de diputados, en Santa Fe se elegirán senadores, lo que le agrega fricción a la pulseada. La dispersión del frente opositor revela que ya no existe un liderazgo nacional que ordene las candidaturas: tanto Lousteau, como Carrió y sectores del radicalismo provincial se animan a desafiar a los elegidos por el PRO. Pero ese síntoma del despoder a su vez podría resultar beneficioso para JxC. ¿Motivos? La suma de los votos obtenidos en la PASO cambiemita amenaza con superar a la primaria del peronismo y del Frente Amplio Progresista, esa alianza provincial entre socialistas y radicales de centroizquierda.
En el Frente de Todos la premisa es la misma que en el resto del país: unidad en las PASO. O sea, no habrá pulseadas internas para zanjar las ambiciones en danza. En el Frente Progresista, en cambio, se medirán dos listas. El histórico dirigente Rubén Giustiniani irá por una banca en el Senado, sponsoreado por el intendente de Rosario, el radical no cambiemita Pablo Javkin. El socialismo respalda a la diputada provincial Clara García, quien además era la pareja del exgobernador Miguel Lifschitz, fallecido por Covid-19 en mayo pasado. Tras esa muerte inesperada (Lifschitz era el jefe del espacio), el FAP irá a las urnas a tientas y con incertidumbre respecto a su futuro.
Ante ese panorama, en Santa Fe reina la imprevisibilidad electoral. A priori, la fuerza apadrinada por Lousteau cuenta con un plus de despliegue territorial. El senador y economista estuvo el lunes pasado en Santa Fe, de recorrida junto a sus créditos locales. Los anotados para entrar al Senado son: el radical Maximiliano Pullaro, ex ministro de Seguridad durante la gestión de Lifschitz, más Carolina Piedrabuena, la secretaria de Hacienda del intendente de Santa Fe capital Emilio Jatón. Piedrabuena abandonó la gestión en la intendencia del Frente Amplio Progresista para irse a la escudería de Lousteau. Los dos cabezas de lista lideraron la diáspora del FAP hacia Juntos por el Cambio en Santa Fe, de la mano de Lousteau. El senador porteño les facilitó una puerta de ingreso ideológicamente amable hacia una alianza integrada por Macri y el PRO. Cuando Macri todavía era presidente, ese salto hubiera sido imposible para los radicales progresistas del FAP.
El precandidato a diputado es, sin embargo, un joven diputado rosarino del PRO: Gabriel Chumpitaz. “Tenemos el compromiso de reconstruir el Estado que alguna vez tuvo la Argentina”, aseguró ayer Lousteau. Lo hizo tras la caminata junto a Pullaro, Piedrabuena y Chumpitaz, en una declaración a la carta que buscaba reforzar el costado progresista de su lista.
La otra boleta con aval nacional y chances de imponerse en la primaria es la del PRO puro o casi puro. Esa tribu ofrecerá al diputado Federico Angelini, a su vez vicepresidente nacional del PRO y a la legisladora Amalia Granata, de Somos Vida. Ambos aspiran a entrar al Senado. Los macristas Luciano Laspina y Gisela Scaglia irán por la reelección en Diputados. El team amarillo cuenta con una particularidad: es respaldado tanto por Rodríguez Larreta como por Patricia Bullrich.
La otra alternativa color radical abarca a la periodista Carolina Losada y a Dionisio Scarpin como aspirantes a senadores. El expresidente de la UCR Mario Barletta (que además fue embajador en Uruguay durante la presidencia de Macri) y la macrista Germana Figueroa Casas van por una banca en Diputados.
La combinatoria más híbrida se encontrará en el menú del exintendente de Santa Fe, el radical José Corral, en sociedad con el rosarino Roy López Molina (del PRO) y con una diputada de la Coalición Cívica. Se trata de Lucila Lehmann, quien intentará renovar su mandato en la Cámara baja. Con esa concesión, Corral logró el aval de Carrió.
En la provincia vecina de Córdoba, en cambio, todavía hay chances (pocas) de que JxC presente una lista de unidad. En la provincia agropecuaria también se elegirán senadores. A cuatro días para el cierre de listas, lo más probable es que se midan dos fuerzas: una con hegemonía PRO y otra con mayor peso radical. En la de la UCR, el diputado Mario Negri está a un paso de ser candidato a senador. Si bien le quedan dos años más como diputado, cámara en la que preside el interbloque de JxC, Negri no le quiere entregar el armado al PRO. El dirigente radical está casi forzado a revalidar su condición de jefe del espacio en la provincia.
El sábado pasado, hubo un zoom entre Macri y Negri. Al expresidente, varado en Suiza, le interesa especialmente el desenlace electoral cordobés. La segunda provincia con mayor cantidad de votantes, por encima de Santa Fe y la Capital, es su “lugar en el mundo”. Así lo definió él en varias oportunidades. En las presidenciales del 2019, Macri obtuvo el 61,3% de los votos; le sacó 32 puntos de ventaja a Alberto Fernández.
La charla virtual entre Macri y Negri no llegó a un punto de acuerdo. Por el contrario, el diputado radical apagó la cámara de su computadora más convencido de ir a una PASO que al comienzo de la teleconferencia. Desde Suiza Macri mantiene su apoyo al dúo de Gustavo Santos, su exministro de Turismo, y el verborrágico Luis Juez.
Negri hace equilibrio entre varios dirigentes con ambiciones: el exintendente capitalino Ramón Mestre y el concejal Rodrigo de Loredo. Pero también pretende sumar al macrista inorgánico Héctor Baldassi, quien mide bien en las encuestas locales. “No queremos que la PASO sea radicales contra el resto del mundo”, resumen cerca del jefe del interbloque opositor.
Así, la suerte también parece estar echada en la provincia gobernada por el peronista Juan Schiaretti. La negociación marcha hacia otra primaria dentro de JxC. Si bien en el zoom de la conducción cambiemita se acordó que las PASO se realicen con buenos modales y sin golpes bajos, no se logró la competencia. En la sociedad entre macristas, larretistas, las diversas líneas radicales y los lilitos, ya nadie se considera menos que el otro.
AF