Unidad, vacunación, reactivación. Sobre esa tríada, el Gobierno empezó a construir su relato de campaña. Es un abracadabra para tratar de atravesar el pantano de la elección en contexto de Covid-19, que dejó una estela de oficialismos derrotados en el mundo entero. Alberto Fernández asume que la legislativa será una escala determinante para su gestión pero, además, para la continuidad de ese experimento llamado Frente de Todos (FdT).
“Futuro, la palabra es futuro”, dicen a elDiarioAR en la cima del Gobierno sobre el eje de la campaña que se viene, que tendrá un formato nacional y, hacia abajo, 23 campañas distintas: una para el AMBA y otras, puntuales, para cada provincia y el interior bonaerense. La hoja de ruta del oficialismo va de la unidad como herramienta política a la vacunación como escudo contra la pandemia, pero tiene un motor común: la idea de la reactivación económica para proyectar el día después.
Para la coalición opositora también será una prueba de fuego clave. En su primera elección con Mauricio Macri fuera de La Rosada, el PRO empieza a sentir el rigor del despoder. De la mano de su esperanza blanca, el neurocientista Facundo Manes, la UCR quiere rediscutir el reparto de acciones dentro de la sociedad opositora. El choque bonaerense entre Manes y Diego Santilli será una prueba de ácido para las ambiciones presidenciales de Horacio Rodríguez Larreta.
Sin una conducción centralizada, esta vez no habrá una sola campaña cambiemita. Con el omnipresente Marcos Peña semiretirado de la política y dedicado a la consultoría privada, cada provincia tendrá su estrategia. Sobre 24 provincias, en 18 habrá PASO en la oposición. El foco mediático y político, sin embargo, estará puesto en el AMBA. Ahí, el núcleo larretista se enfrenta a un dilema hamletiano: cuestionar o no cuestionar al Gobierno por la crisis económica, tras la decepcionante experiencia de Macri en el poder. Al momento, el plan de Larreta y Santilli es no eludir ese punto. El razonamiento para hacerlo es simple: “Aunque no hablemos de la economía, el kirchnerismo nos va a tirar a Macri y al FMI todo el tiempo por la cabeza”, explica uno de los candidatos bonaerenses de Juntos.
Santilli buscará sostener su impronta moderada. María Eugenia Vidal apuntará a un mensaje generalista. Y si bien existe una bajada de línea de trazo grueso para todo el AMBA, el resto de los aspirantes realizará su propio juego. Los radicales, con Facundo Manes al frente, se despegarán de la herencia macrista. Martín Lousteau también promueve ese operativo antiamarillo, incitando a su tropa a meter la cabeza en la boca del león económico. Su apadrinado Martín Tetaz es vanguardia en animarse a dar ese debate de forma desprejuiciada.
El tono en la Capital y en la Provincia será distinto para los aspirantes cambiemitas. La campaña porteña será menos audaz que la bonaerense, donde el frente opositor está más obligado a buscar el triunfo. En la Ciudad, la victoria es un dato conocido de antemano.
Futuro, palabra-fetiche de los campañistas, tiene un doble peso en el mensaje del FdT: supone dejar atrás el horror de la pandemia, y a la vez intenta anclar a Juntos por el Cambio con en el pasado, haciendo hincapié en la gestión de Mauricio Macri. La figura del expresidente será invocada una y otra vez. La presidencia de Macri será apuntada por el oficialismo como la otra pandemia.
Ante esa maniobra de manual, Rodríguez Larreta logró consensuar un antídoto junto a Macri: que el expresidente se mantenga en un segundo o tercer plano. En su primera legislativa fuera del poder, el ingeniero de la UCA optó por ubicarse a un océano de distancia del cierre de las candidaturas. Sigue varado en Suiza, sin fecha de regreso.
La estrategia, según afirman en el PRO, está pactada con Rodríguez Larreta. La relación entre ambos es un zigzag emocional, táctico e ideológico. El alcalde no apuró el “parricidio” que algunos le reclamaban para mostrar autoridad y ambición presidencial rumbo al 2023. Lo corrió sin violencia. Y Macri se dejó correr. El egresado del Cardenal Newman apenas influyó en el cierre de listas. Se mostró especialmente interesado por el caótico desenlace cordobés, la provincia más mauricista de todas.
En el oficialismo, sin embargo, tratarán de arrastrarlo hacia el centro del ring. “Ayudado por buena parte de los medios, ellos quieren tirar un baldazo de amnesia y que nos olvidemos de lo que hicieron cuando fueron gobierno”, apunta uno de los integrantes de la mesa grande de campaña, donde se sientan emisarios de Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, y donde se cruzan consultores con “campañólogos”, operativos y encargados de los spot y los mensajes.
Hay un núcleo que, comandado por Fernández, coordina Santiago Cafiero y que tiene como expresiones territoriales a Eduardo “Wado” De Pedro y Gabriel Katopodis. En la mesa de campaña se sientan, con roles y tareas específicas, referentes de los distintos espacios. Se reúne los lunes en el CCK con el secretario de Medios Francisco Meritello como anfitrión. Incluye al secretario de Comunicación Juan Pablo Biondi, su segundo Marcelo Martín, el vocero de Cafiero, Javier Porta, y Victoria Banegas, la coordinadora de las campañas institucionales.
Por el kirchnerismo participan Santiago “Patucho” Alvarez, Hernán Reibel y Santiago Carreras. Los embajadores del massismo son Claudio Ambrosini y Santiago García Vázquez. La ronda se completa con Jesica Rey, ministra de Comunicación bonaerense, como delegada del sector de Axel Kicillof. El encuentro de esas tribus se mudó recientemente al Complejo C, en Villa Crespo, búnker del FdT en las elecciones del 2019.
Pero ahí habita más de un deja vu. El frentetodismo se zambulle a la pileta de la campaña con una intención específica extra. Su objetivo no sólo será mostrar el vínculo entre JxC y el macrismo -habrá que acostumbrarse a la mención permanente al expresidente-, sino también tratar de reconstruir la novedad y la expectativa que el FdT despertó hace dos años. Una expectativa que, por el motivo que sea, el Gobierno no logró satisfacer.
Segmento y zonas
El FdT se prepara para hacer veinticuatro campañas: una del AMBA, unificada a pesar de candidatos y territorios diferentes. Más una por cada provincia, incluida la del interior bonaerense. La distinción refiere a los temas, los focos y hasta los protagonistas. La segmentación, según la hoja de ruta, será clara: así como Cristina de Kirchner tendrá su principal despliegue en el conurbano, y quizá algún viaje al interior, por caso a Mendoza para apoyar a Anabel Fernández Sagasti, Kicillof hará bajadas puntuales al interior. El Presidente será el que salga a las provincias, mientras por otro lado se moverán algunos ministros, especialmente Martín Guzmán. Como contó elDiarioAR, Guzmán se metió en la campaña y realizará giras con relato “anti-ajuste”.
El otro actor que tendrá su propio circuito, aunque luego confluya con los demás, será Sergio Massa. El tigrense aportó un detalle al cierre: la mayoría de las figuras que el Frente Renovador aportó a la lista del FdT son mujeres. Con un guiño permanente a los sectores medios, Massa tomará como bandera el “alivio fiscal” generado por la reforma de Ganancias y Monotributo. Ese será uno de los pilares de la campaña: el discurso y las acciones orientadas a recuperar la actividad a partir del consumo. Ese combo encaja con el speech de Guzmán sobre el gasto expansivo para ayudar a la reactivación.
“Se suele pensar la elección intermedia como plebiscitaria pero nosotros queremos transmitir que tiene que ver con lo legislativo y el Frente de Todos puede mostrar que hizo lo que prometió: la reforma de Ganancias, la despenalización del aborto, la tarifa especial para zonas frías, la ley a las Grandes Fortunas”, explica un operador oficial.
Santilli, con la seguridad como bandera
“Lo que está en juego en esta elección es qué Provincia queremos y hacia dónde vamos como sociedad”, afirmó Santilli el viernes pasado. Fue durante una recorrida por Morón, junto al exintendente Ramiro Tagliaferro. Y agregó algo parecido a una autocrítica: “El camino para sacar la Provincia adelante es estar cerca y al lado de la gente, aprender, mejorar y corregir los errores, pero también consolidar los valores que representa nuestro espacio”. Durante su tour conurbano, iniciado y sostenido desde el lunes pasado, mantuvo una charla junto a familiares de víctimas de hechos de violencia.
Además de vice de Rodríguez Larreta, Santilli era el ministro de Seguridad en la Capital. Y tratará de capitalizar su gestión y discurso en sus recorridas por el Gran Buenos Aires.
En los focus group encargados por el team Santilli, las tres inquietudes que pican en punta son: la situación de la economía, la seguridad y la salud. La crisis de la educación aparece un poco más lejos.
“Seguridad, educación, temas institucionales, pero también producción y trabajo serán nuestra propuesta”, revela un asesor de Santilli. La elección de las palabras no es casual: producción y trabajo son formas propositivas de referirse a la inflación y la pobreza, pasando por alto la mención a Macri.
PI y AF