“La casta tiene miedo”, “Qué boludos son los comunistas”, y “Milei o Ezeiza” dicen algunos de los pines que se venden a 100 pesos en Corrientes y Madero, a los pies del Luna Park, que este domingo le hace de base de operaciones a La Libertad Avanza y a su principal candidato a la Cámara de Diputados, Javier Milei. Otros pines tienen caras: la de Jair Bolsonaro y la de Donald Trump. Hacen juego con la gorra de uno de los seguidores que espera por entrar al estadio con una gorra roja de las que dicen “Make America Great Again”.
Hay, entre estas mujeres pero muy mayoritariamente varones, un mercado ávido de cualquier accesorio que pueda volverlos un poco más seguidores de Milei que tres cuadras antes de este acto. Pagan mil pesos -o regatean y consiguen que sean 800- por una bandera que muestra a Milei de frente a sus seguidores en el acto de cierre de campaña en Parque Lezama y de espaldas a quien mire la bandera, con la campera de cuero negro que lo uniforma. “¡Viva la libertad, carajo!”, dice, con letras amarillas y gordas, la bandera: es el latiguillo del candidato y hasta del presentador que sube al escenario cada tanto a avisar que ya falta poco.
El amarillo es el color de casi todas las banderas que hay dentro del estadio, que se consiguen por 700 pesos. En la Argentina el amarillo es emblema histórico del Pro, pero en Estados Unidos es el que identifica a los libertarios, y en este estadio hay remeras con el eslógan de campaña de Trump y banderas de los Estados Unidos Confederados. Las banderas amarillas, las más abundantes de la noche, dicen “Milei: La libertad avanza”, y tienen un león estampado: es el animal con el que al candidato le gusta identificarse y es el emoji que, a veces, usan los integrantes de su equipo para despedirse por chat.
Hay más mercancía para ser -como dice otro pin- un “Troll de Milei”. Los cuadernos con la serpiente que también identifica a los libertarios estadounidenses cuestan 500 pesos sobre una manta de la avenida Madero.
Mariano Farías tiene 26 años y calor. Pero no tiene planes de sacarse la campera de cuero negro con la que llegó al Luna Park y en la que ya invirtió 500 pesos: tiene pines de Trump, Bolsonaro, uno que dice “Los impuestos son un robo”, otro que dice “Vine a despertar leones” y el de “Milei o Ezeiza”.
“Tengo cada vez más amigos seguidores de Javier. Ya pensamos en ponernos a estampar remeras y tazas, y venderlas. Estamos seguros de que vamos a poder venderlas: la elección de hoy demuestra que hay cada vez más votantes, no menos”, dice Mariano, que vive en San Justo. Había estado en el búnker en las PASO, en el hotel Grand View de Once, y está este domingo en el Luna Park. “Ya sacó más del 17% de los votos. Hay un crecimiento político y puede haber también un negocio. Eso pensamos con mis amigos”.
A su alrededor, los militantes de Milei escuchan la música indefectiblemente en inglés que suena en los parlantes y mientras esperan que su candidato les hable. Y posan para las fotos con los accesorios que acaban de comprarse. “Este es del día que llegó al Congreso. Cuando llegue a Presidente me compro la campera de cuero. Milei es una inversión a futuro”, dice Juan Cruz. 22 años, estudiante de Abogacía, vecino de Lomas de Zamora. “Harto de la casta”, insiste, “poné que estoy harto de la casta”.
JR