El ex presidente, alejado de las candidaturas

Varado en Suiza, Macri es el gran ausente del cierre opositor

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Eligió correrse en el momento justo. Cuando el Frente de Todos lo subía al ring, a caballo de la quiebra del Correo y del presunto envío de armas represivas para sacar a Evo Morales del gobierno boliviano, Mauricio Macri bajó su perfil por completo. El hecho de estar a más de 10 mil kilómetros de distancia de la rosca de las listas le facilitó la tarea. El expresidente sigue varado en Suiza. “Hay que ver cuándo se abre la posibilidad. Es un papelón lo del gobierno”, se quejan un asesor de Macri. 

Tras un mes de viaje por Europa, donde afianzó su alianza con la derecha del Partido Popular, el egresado del Cardenal Newman no tiene fecha de regreso definida. 

La estrategia, según afirman en el PRO, está pactada con Horacio Rodríguez Larreta. La relación entre ambos es un zigzag emocional, táctico e ideológico. El alcalde no apuró el “parricidio” que algunos le reclamaban para mostrar autoridad y ambición presidencial rumbo al 2023. Lo corrió sin violencia. Y Macri se dejó correr. El ingeniero de la UCA apenas influyó en el cierre de listas. Se mostró especialmente interesado por el caótico desenlace cordobés, la provincia más mauricista de todas. 

El sábado pasado, hubo un Zoom entre Macri y el radical Mario Negri. La segunda provincia con mayor cantidad de votantes, por encima de Santa Fe y la Capital, es su “lugar en el mundo”. Así lo definió él en varias oportunidades. En las presidenciales del 2019, Macri obtuvo el 61,3% de los votos; le sacó 32 puntos de ventaja a Alberto Fernández. Su apadrinado en el territorio gobernador por Juan Schiaretti es Gustavo Santos, el exministro de Turismo de su presidencia. Macri lo quiere como primer candidato a senador. Negri se resiste, y Córdoba marcha hacia PASO entre el PRO y la UCR. 

En la Capital, todavía no está confirmado que Darío Nieto, el secretario privado de Macri, entre como aspirante a legislador. Pero cerca de Macri lo dan por descontado. Hernán Lombardi era otro de los impulsados por el expresidente. Al ex titular de los Medios Públicos durante la gestión cambiemita se le dio lo que pretendían. Tanto él como Macri. Lombardi quedó séptimo en la boleta porteña de María Eugenia Vidal y accedería a una banca como diputado. El santafecino Federico Angelini, vice del PRO y mauricista puro, liderará una de las cuatro boletas de JxC en Santa como aspirante a senador. Patricia Bullrich, en cambio, fue la principal herida durante el pico de tensión entre Macri y Rodríguez Larreta. 

La presidenta del PRO bajó su propia candidatura, a cambio de lugares expectantes en las boletas de Capital y Provincia: para la politóloga Sabrina Ajmechet y para Gerardo Milman, ex funcionario del ministerio de Seguridad. Aunque en realidad lo hizo porque Rodríguez Larreta la presionó suavemente para que renunciara. En paralelo, Bullrich sintió que Macri no la apoyaba lo suficiente como para encarar un desafío electoral contra Vidal en la Capital.

En su primera legislativa fuera del poder, Macri optó por ubicarse a un océano de distancia de la rosca y las candidaturas. En ese punto no podría ser mayor el contraste con el derrotero de Cristina Kirchner. La actual vicepresidenta eligió competir en las elecciones de 2017. Encabezó la boleta para senadores en Provincia y perdió contra el macrismo. Macri decidió no exponerse. Al momento, su apoyo público fue tuitear Es Juntos, junto a la foto del pelo de Santilli en primer plano.

AF/WC