CAMINO AL 22-O

“Menos aplausos y más votos”: la gira de Massa y el rebrote de la micro interna K

Pasadas las 23, Sergio Massa entró al salón donde lo esperaban dos centenares de dirigentes del PJ riojano, entre ellos el gobernador Ricardo Quintela. Entre aplausos, se entregó a ese oficio de candidato que, más allá de detalles, se mantiene como siempre: saludo mano a mano, foto o selfie, comentario en voz baja, el pedido. “¿Me vas a ayudar, no?”.

En La Rioja, Massa hizo la primera escala de la ronda que planificó por las provincias y que en unos días lo llevará a Misiones y a Santiago del Estero, y que tiene escalas por todo el país: el 27 de septiembre, por caso, apenas inicie el periodo de campaña clásica sin anuncios oficiales, tendrá un acto en Neuquén donde los operadores massista planean reunir al sector del gobernador electo Rolando “Rolo” Figueroa, al MPN y al PJ.

El caso riojano replica un fenómeno que se dio en muchas provincias norteñas: la victoria, inesperada, de Javier Milei. “Pensábamos que la oposición más fuerte era Juntos y que la teníamos controlada, pero apareció este”, dijo Quintela en su discurso que tuvo, como punto de inicio, una especie de reto público: “Menos aplausos y más votos”, le reprochó el gobernador a los dirigentes que los intendentes, legisladores y funcionaros que lo escuchaban.

Una cadena alimenticia de responsabilidades políticas: del mismo modo que Quintela se sintió interpelado por Massa a raíz del mal resultado del 13-A -“me costaba mirarlo a la cara a Sergio y a Rossi”, dijo-, el gobernador le bajó el cuestionamiento a los referentes territoriales. Así y todo, en privado, el riojano le trasmitió al ministro-candidato que el 22 de octubre, UP ganará la elección presidencial. “Son 4 mil votos de diferencia, lo damos vuelta”, proyectan en el PJ local.

Con esa tarea hecha por Quintela, Massa pudo moverse con más libertad: agradecer el esfuerzo y que, a pesar del resultado de la primaria, entendía que algunos hayan pensado que “en la primaria no se jugaba nada” y que la elección les podía haber parecido “lejana” a los dirigentes territoriales, “sobre todo en provincias que vienen de elecciones locales”, especificó.

Planteó, entonces, que la disputa de octubre tiene otra entidad. “No es una campaña del miedo, es un tema de valores”, afirmó y repitió el que será, cada vez que hable, la autocrítica sobre la gestión del Frente de Todos. “Esta sensación de promesa incumplida, nos faltó fuerza, y ser más osados. Tenemos que ofrecer en mirada un proyecto de país”, completó.

Internismos

Massa regresó a las giras de campaña bajo un triple fuego: el dato de inflación que anunció el INDEC, que informó 12,4% de agosto, que buscó disputar en la agenda con el anuncio para la devolución del IVA en las compras con tarjeta, cruzado por la reaparición, en público, de la interna peronista que disparó la declaración de Máximo Kirchner en referencia a Axel Kicillof.

El ministro-candidato se muestra equidistante entre Máximo y Kicillof, que son los protagonistas desde hace dos semanas de una pulseada interna.

“Lo siguió por los zócalos”, contó un colaborador porque la rueda de prensa, inédita, del diputado Kirchner se produjo mientras Massa grababa los anuncios del IVA. El ministro-candidato se muestra equidistante entre Máximo y Kicillof, que son los protagonistas desde hace dos semanas de una pulseada interna. Los dichos del gobernador sobre escribir “nuevas canciones” y construir una nueva épica para el peronismo, fueron tomados críticamente por el diputado y su espacio, que le reprochó haberse cortado sólo.

Sin tanta dureza, Máximo cuestionó los dichos de Axel con una ironía: “”No me dedico a la música. soy militante y dirigente“, dijo el diputado cuando lo consultaron sobre las definiciones de Kicillof sobre componer nuevas canciones. La novedad no es la diferencia entre el gobernador y el diputado, que parece unidireccional -de Kirchner hacia Kicillof- sino que, en medio de una campaña difícil, con un panorama electoral complejo, el peronismo se zambulla otra vez en una interna a cielo abierto.

Massa, cuentan en su entorno, evita tomar posición y trasmite su molestia de que vuelvan a aparecer disputas políticas que embarran la campaña. La pelea en carne viva, que tuvo como epicentro a los Fernández, Alberto y Cristina, marcó negativamente el pulso del gobierno. La reaparición de Máximo, que por otro lado aseguró que se ganaría en la provincia de Buenos Aires y que UP tiene un lugar asegurado en el balotaje, se produjo la semana pasada con el acto en Tucumán, pero se había gestado en un encuentro con Massa y Malena Galmarini.

“Es mentira que Máximo no estaba haciendo nada: estaba a cargo de suturar las heridas de las internas en un territorio muy difícil como es la provincia de Buenos Aires”, dicen cerca de Massa.

PI