Javier Milei bajaba del escenario por la izquierda, mientras Patricia Bullrich subía por la derecha. Lejos de los simbolismos ideológicos, por apenas segundos no se cruzaron ante el auditorio de la Sociedad Rural que los invitó a escuchar sus propuestas. Pero hubo una conexión política en sus discursos de campaña.
El guiño más fuerte lo hizo la precandidata del PRO, hablando directamente sobre las posibilidades del libertario en las próximas elecciones. Desnudó la debilidad que tiene por él Juntos por el Cambio. La ex ministra evitó la referencia directa que horas antes había hecho Mauricio Macri –que imagina una segunda vuelta entre la coalición y el economista–, pero le tendió una explícita mano hacia el futuro: imaginó que la banca de La Libertad Avanza va a crecer y le pidió que acompañe sus reformas.
“Espero que podamos contar con los legisladores de Milei, si tiene diez o doce diputados, cuando vayamos al Congreso con los proyectos de desregulación del Banco Central y la baja de impuestos. Prefiero negociar con los diputados de Milei que con aquellos que te vienen a pedir el canje, como los de Santiago del Estero, de Gerardo Zamora”, afirmó Bullrich en el final de su intervención y levantó otro de los tantos aplausos de la tarde a su favor. Hasta fue ovacionada.
La titular de PRO habló en uno de los salones más grandes de La Rural luego de Milei y antes de los otros precandidatos invitados, todos opositores: Miguel Ángel Pichetto, Gerardo Morales, Juan Schiaretti y, para el cierre, Horacio Rodríguez Larreta, cuyo discurso generaba expectativa en medio de la crisis que abrió en su partido luego de decidir que las elecciones porteñas sean concurrentes a las nacionales.
Bullrich les habló a los empresarios del campo durante 20 minutos y sintetizó su propuesta en un “cambio de régimen”. Dijo que buscará “un Banco Central independiente”, el fin del cepo cambiario “de inmediato” y la reducción de las retenciones de manera gradual. “Vamos a poder darle un hachazo real a las retenciones”, prometió con la condición primero de bajar el déficit, lo que generó el aplauso automático del auditorio.
También fue ovacionada cuando habló sin titubear de “mano dura” cuando ante una de las preguntas de los asistentes respondió sobre la toma de tierras. “Mano dura contra las usurpaciones, contra las tomas de tierra, contra aquellos que creen que la vida se hace sin esfuerzo”, aseguró la ex ministra de Seguridad macrista. “Tengo el coraje para que la Argentina salga de la decadencia”, cerró con vivas a su favor.
Milei, a los gritos por la “dolarización”
Milei abrió el evento pasadas las 15, cuando muchos de los empresarios agrarios se mudaron de un pabellón de La Rural a otro, luego de escuchar a Macri en un encuentro cerrado organizado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción. Allí el ex mandatario soltó uno de sus títulos de la jornada: “Pienso que vamos a ir a la segunda vuelta contra Javier Milei”.
Consciente de quienes eran sus oyentes, el libertario aprovechó para cuestionar al kirchnerismo mientras argumentaba su plan económico ultraliberal con la eliminación del Banco Central y la dolarización como baluartes de su plan antiinflacionario. “Este es un gobierno de delincuentes”, denunció. “A ustedes les robaron 500 mil millones de dólares en veinte años”, les dijo a los chacareros sobre las retenciones.
“Este gobierno de delincuentes nos robó 16 puntos del PBI –insistió–. La casta política nos roba por año entre 23 y 25 mil millones. Esto no es antipolítica, porque si hablamos de chorros y delincuentes, mentirosos, usureros, asesinos y tiranos, ¿de qué antipolítica me hablan? Antipolítica son esos delincuentes, no el que los denuncia”, exclamó.
Y entonces levantó la voz para interpelar al auditorio: “¿Cuánto más pasivos serán en dejarse atrapar por los políticos? Los enemigos son los políticos y aquellos que quieren quedarse con el Banco Central son sus enemigos”, gritó, en una de las pocas situaciones en las que recibió aplausos. “¡Vamos! Qué esperan para despertar. ¡Esto es una estafa! Y la viabilizan con la brecha y el control de cambios. Por lo tanto les pido que se pongan de pie. ¡Viva la libertad, carajo!”, los arengó en su cierre.
Cerca de cincuenta preguntas anónimas le enviaron los chacareros a Milei a través de un código QR que habilitó la SRA, pero por el escaso tiempo que le quedaba apenas respondió unas pocas, y puntualmente una levantó sus aplausos: ¿Cómo iba a gobernar en minoría parlamentaria? “Es democracia. Son las reglas de juego”, reconoció con los hombros levantados y los brazos abiertos.
Y avanzó con su desafiante propuesta: “Cuando yo mande la propuesta de dolarizar, si el Congreso me la rechaza, ¿Ustedes creen que me voy a poner a llorar? Voy a hacer una consulta popular. Lo someto a la población, porque si los liberales ganamos es obvio que hay un mandato para bajar la inflación. Y con eso vamos a volver al Congreso. Y si aun así los políticos siguen estafando, los expondré frente a la sociedad. Y si no puedo, le voy a pegar un hachazo al gasto público tan grande que el Estado se va a convertir en una máquina de absorber pesos. Yo voy a terminar con la inflación”.
MC