Nunca, desde que se instauraron en 2011, una PASO de verdad (por varias razones, la de Cambiemos en 2015 no cuenta) definió al candidato presidencial del espacio más competitivo. El pulseo entre Larreta-Bullrich, Bullrich-Larreta, frente a un escenario donde JxC se perfila como preferido para octubre, aporta una de las grandes incógnitas del próximo domingo, eso que los politólogos, forzando al extremo el criterio excepcional que le dio el ensayista libanés NassimTaleb, llaman “cisne negro”.
¿Cuál sería la sorpresa? ¿Que gane Horacio Rodríguez Larreta o que gane Patricia Bullrich? La incógnita es especialmente interesante no solo porque de esa primaria puede salir el futuro presidente o presidenta, sino porque además aportará la novedad de la migración de votos propios dentro de un ecosistema que, como nunca antes -otro nunca- tensó internamente sobre sus miradas del mundo. Matemáticamente, se puede afirmar que el nivel de respaldo conceptual a cada candidato, será el que obtenga el 13-A cuando la oferta es amplia y variada. El voto sólido de cualquier candidato, más aún para los más intensos como Bullrich o Javier Milei, será el que obtenga este domingo: lo que sume después, en octubre, y más aún en un eventual balotaje, será por segunda opción, táctico, útil, anti o por descarte.
Sobre la PASo de JxC, la encuesta “oficial” del larretismo, el casi mitológico sondeo de 3500 casos presenciales que coordina Federico Di Benedetto, le da una leve diferencia al jefe de Gobierno, todo dentro del margen del error. Otras encuestas -relativas sobre todo por la baja predisposición a responder-, como las de Managment & Fit, #OpinaArgentina y Nueva Comunicación, ubican a Larreta por encima de Bullrich pero son casi excepciones: el grueso de los sondeos, favorecen a la exministra. Lo registra el agregador de encuestas que armó Federico Tiberti acá.
Pero lo climático sugiere otra cosa. La aparición de Mauricio Macri, este lunes en TV, se decodificó como un indicio de que el expresidente ve reñida la PASO del PRO, en la que su preferida inocultable es Bullrich, aunque no lo explicite. En el comando bullrichista, suspiraron aliviados cuando, más allá de alguna preferencia conceptual de Macri, no hubo un respaldo explícito a su candidatura. Hay una razón táctica: el voto duro de Macri, está casi enteramente con Bullrich que, además, se nutre de votantes desencantados con el expresidente, por lo cual su apoyo puede ser más tóxico que beneficioso.
Larreta sigue con su método: confía, aunque por momentos parece que adelante lo acecha un precipicio, que su sistema, su campaña y la construcción territorial, le alcanzará para dar la sorpresa. Un encuestador, que registra una leve diferencia de Bullrich, abre el interrogante sobre los que “no responden”, entre los que especula hay un sesgo de preferencia por Larreta pero que, al mismo tiempo, son los que más probablemente podrían no ir a votar el próximo domingo.
Algo similar, según una consultora, ocurre con el votante de Milei, quizá el factor más determinante del 13-A. El número final del libertario, no solo definirá su sobrevida para la elección de octubre, sino que puede ser decidido para que la general se mantenga en un marco de competitividad. En especial, para el PJ. “Si Milei está en 15 puntos, es partido liquidado a favor de JxC, El peronismo necesita que esté lo más cerca posible de 20, mejor un poco arriba de 20”, advierte un encuestador. Lo saben en el peronismo. Un gobernador le contó a elDiarioAr que en su provincia Milei mide 20 puntos en las encuestas, que esa tendencia llegue a las urnas es un favor clave para que la diferencia entre UP y JxC sea “razonable” y que, por eso, será UP la que cuide que las boletas de Milei estén en el cuarto oscuro y que sus votos se cuenten.
Pero no hay parámetro para medir el voto libertario. Los resultados de LLA en las elecciones provinciales fueron muy flojos pero, explican en el mundo Milei, la pertenencia es personalísima con el candidato. Una encuesta que miran en el comando de Bullrich reflejó que en la última semana, Milei pasó de 18 a 22 puntos. Por el contrario, un estudio que llega a despachos nacionales y de CABA, muestra que el libertario que llegó a estar en 27 puntos, ahora está en 22. El número final es parecido: la saga es bien diferente. En una creció, en la otra bajó.
Milei, con hipotéticos 20 puntos propios, puede entrar en el podio de los más votados, con números parecidos +/- que el ganador de las PASO de JxC y que Sergio Massa. El cisne negro libertario se juega, entonces, la supervivencia propia en ese número. ¿Si saca más que Bullrich o Larreta, cualquiera sea quien gane la PASO de JxC, porqué habría corrimiento de votos si individualmente el economista resultó más competitivo? La fantasía húmeda de los libertarios es que gane Larreta y ellos puedan crecer del voto rabioso bullrichista. Es, se supone, lo que tratará de evitar Macri: si pierde su preferida, podría pretender ser el garante de que esos votos se mantengan dentro de JxC.
El tercer cisne negro, en una bandada donde no hay cisnes blancos, es Juan Grabois. El dirigente social seduce a votantes K, históricamente molestos con Massa, y entra en un segmento joven donde solo entra Milei: los Tik Toks de Larreta y los memes de Massa no funcionan para interpelar a ese nicho de electores. “Grabois es, un poco, el Milei de los K”, teoriza, provocador, un campañólogo de Bullrich, y cita sondeos del PRO donde el dirigente social ronda los 9 puntos: Massa, 21; Grabois 9.
Otros estudios lo ponen en 5 puntos: todos coinciden en que Grabois no engorda la primaria de UP, sino que divide lo que hay. La presencia de Cristina Kirchner en la campaña, importante al principio, menor hasta acá, pudo producir el corrimiento del voto estratégico propio con el objetivo de que Massa sea el candidato más votado, aquí y ahora, la expectativa más repetida en UP aunque cerca de la vice le suman otro condicionante: que la sumatoria Massa-Grabois, empate con JxC. Un Grabois muy alto puede, sin embargo, ser contraproducente a los fines de que Massa sea el candidato más votado.
PI/MG