El impacto electoral del caso

El crimen de Morena golpea las aspiraciones del oficialismo y genera ruido en Juntos por el Cambio

El crimen de Morena Domínguez, de 11 años, provocó un cimbronazo en la campaña electoral, a solo cuatro días de la votación. Tuvo repercusión política inmediata en el propio Lanús, y después se extendió al ámbito nacional por un asunto de especial sensibilidad: la inseguridad. El intendente de ese municipio bonaerense, Néstor Grindetti, suspendió una gira que pensaba hacer por todo el conurbano como precandidato a gobernador de Buenos Aires en la lista de Patricia Bullrich. Hizo lo mismo su secretario de Seguridad, Diego Kravetz, que busca sucederlo en el cargo. Fue el inicio de una catarata de suspensiones que aún está abierta. 

Al gesto se plegó Axel Kicillof, que hoy tenía un acto en Merlo como broche en su carrera para la reelección. Y también se puso en pausa la competencia local de Unión por la Patria, que tiene un abanico de precandidatos: el camporista Julián Álvarez, Agustín Balladares, referente del Movimiento Evita, el massista Nicolás Russo, expresidente del club local, y el dirigente sindical Víctor de Gennaro. Sergio Massa también canceló su acto de mañana en el Teatro Argentino de La Plata.

¿Gestos políticos o auténtica sensibilidad? El impacto electoral más simbólico fue el de la propia Bullrich, que tenía pensado cerrar su campaña proselitista justamente en el microestadio del club Lanús, este jueves por la tarde. Iba a ser un acto en espejo al cierre de Horacio Rodríguez Larreta, en La Plata, que también se suspendió. Hoy la presidenciable de Juntos por el Cambio, sin embargo, tendrá su cierre en Córdoba, y Larreta estará de recorridas en Rosario y Entre Ríos.

Es indudable cómo interpela el caso de Morena en tiempos electorales. El caso afecta principalmente al oficialismo, por la responsabilidad que tiene el gobierno provincial con la seguridad. Kicillof por ahora eligió el silencio. “La seguridad no es un tema de marketing, sino de compromiso”, había dicho el gobernador recientemente en el acto de egreso de 1.500 cadetes de la Policía bonaerense que se realizó en la localidad de San Fernando. Fue de la mano de Sergio Berni, el ministro de Seguridad al que un grupo de colectivos trompearon en abril pasado. 

Todo un símbolo de lo golpeada que está terminando la gestión del oficialismo. Y lo que explica la conmoción y el enojo de los vecinos de Villa Diamante. Habrá qué ver qué impacto tiene en las urnas el crimen de Morena, a partir de la bronca generalizada que puede palparse hacia la política y que se reflejó en las últimas elecciones provinciales con la alta abstención o el voto en blanco. Según un sondeo de la consultora Proyección, la inseguridad/la delincuencia es la segunda preocupación social en esta campaña, con 48 puntos. Es la segunda detrás de la inflación, que encabeza con 69,7.

La oposición ya buscó sacarle provecho propio. La dupla Bullrich-Grindetti sostuvo toda su campaña con la idea-fuerza de “mano dura” a nivel seguridad, un zoom a su latiguillo del “todo o nada”. ¿Que haya sucedido justo en Lanús es una demostración de que su postura es la correcta o muestra sus propios límites en materia de seguridad? 

La cuestión de la seguridad fue uno de los caballitos de batalla de Bullrich, apalancada por su paso en el ministerio de Seguridad en el mandato de Mauricio Macri. La precandidata está convencida de que el episodio refuerza su perfil. “La seguridad es de la Provincia y de la Nación. A nosotros no nos impacta”, afirmó a elDiarioAR un estrecho colaborador de la exfuncionaria. Ella usó Twitter para referirse al episodio: “Otra vez el dolor. Ahora con el asesinato de Morena, de 11 años. Todo mi acompañamiento y apoyo a la familia y amigos. No podemos seguir viviendo con tanta angustia y miedo. Esto no da para más. Transformaron a la Argentina en un país invivible”, tuiteó como trampolín electoral.

Lanús, clave electoral y distrito caliente

Bullrich eligió a Grindetti por tener un perfil similar al suyo, pero sobre todo por gobernar un distrito importante del conurbano, territorio clave que puede definir las elecciones del domingo, por contener casi 11 millones de personas –el 25% de la población del país–. En Lanús viven 462.051 personas, de las cuales poco más de 400 mil son electores.

Es un distrito caliente a nivel de seguridad. Según un mapa confeccionado por la Procuración General de la provincia de Buenos Aires, difundido este año, el Departamento Judicial que abarca los partidos vecinos de Lanús-Avellaneda es el segundo con mayor cantidad de delitos cometidos cada cien mil habitantes: tiene un índice de 5,92, a partir de 49.336 delitos registrados.

Grindetti gobierna el partido desde 2015 y, además de la bonaerense, en el distrito cuenta con su propia policía. En mayo pasado, al filo del cierre de listas cuando se definió que el intendente sería el precandidato de Bullrich, tuvo repercusión mediática que la fuerza municipal usó un arma no letal de aire comprimido -las Taser dan un choque eléctrico- para detener a un hombre que portaba un cuchillo en plena vía pública. 

Kravetz, de hecho, contó que a una cuadra y media de la escuela donde los motochorros mataron a Morena hace un mes él mismo detuvo a un motochorro. “Tenemos que entender que la lucha contra la delincuencia tiene que ser una política de estado sin ideologismos ni especulaciones”, escribió el precandidato provincial en su mensaje por Twitter sobre lo que consideró un “lamentable hecho de inseguridad”. 

Otro punto que cruza la trama política con la inseguridad es el debate por la edad de imputabilidad. Según los primeros trascendidos desde la propia municipalidad de Lanús, uno de los supuestos atacantes de Morena tenía 14 años, justo la edad a la que JxC quiere bajar la imputabilidad en caso de llegar al poder. Más allá de la disputa hacia las PASO, hay un consenso en la oposición en ese sentido. Incluso el massismo tiene proyectos presentados al respecto, aunque el ministro-candidato evitó en esta campaña hacer mención al respecto. Berni indicó luego que los detenidos no eran adolescentes, sino mayores de edad.

La política nacional tiene la piel curtida en tragedias vinculadas a menores. En 2011 generó gran impacto el secuestro y asesinato de Candela Sol Rodríguez. Como Morena, tenía 11 años. Fue secuestrada el 22 de agosto, apenas doce días después de las primarias, en las que Cristina Fernández de Kirchner a nivel nacional, y Daniel Scioli en la provincia, ganaron con más de 50 puntos.

MC/JJD