Horacio Rodríguez Larreta estaba en una reunión de gestión cuando se enteró de las agresiones a Sergio Berni en la colectora de la General Paz y el cruce con la Ruta 3, ayer al mediodía. La avenida que rodea la Capital Federal es jurisdicción porteña, por lo que el jefe de gobierno tuvo la información directamente de su flamante ministro de Seguridad, Eugenio Burzaco, quien recibía las modulaciones de la Policía allí apostada.
La decisión de “rescatar” a Berni se tomó cuando “la cosa se puso picante”, aseguró una fuente en Uspallata a elDiarioAR. Fue una cuestión de protocolo: el agredido era un funcionario público. No importaba que fuera de la provincia de Buenos Aires ni del partido adversario. De eso se encargó después la política, que le contó las costillas al ministro bonaerense y, por consiguiente, a todo el kirchnerismo.
“Lo que sucedió demuestra las señales que está dando la política a la sociedad”, repararon cerca de Larreta. Entienden que se beneficia el discurso de “mano dura”, narrativa más de Patricia Bullrich que del alcalde. “Menos mal que estaba allí nuestra policía”, ponderaron. Junto con Berni hubo ocho efectivos heridos, según detallaron en un comunicado oficial.
Pero menos propaganda tuvo el caso del policía de Infantería que le pegó a uno de los colectiveros que protestaban con su escudo directamente en la cara. Larreta no habló de él en su tuit que remarcó un “agradecimiento a la Policía de la Ciudad por su trabajo”. Burzaco ya tiene un desafío para su gestión en gateras.
Según informaron a este medio, el efectivo “fue identificado” –aunque no trascendió su nombre– y ya está a disposición de la Oficina de Transparencia y Control Externo de la Policía. Se le abrió un sumario que concluirá con su sanción, suspensión o desvinculación de la fuerza. El órgano está a cargo de Alfonso Antonio Palmou desde junio de 2016.
Lousteau y las PASO porteñas
Larreta siguió las derivaciones del caso hasta la tarde, cuando entonces se metió en el terreno de la política electoral. Pasadas las 18 se encontró con Martín Lousteau en Palermo. Estaban muy lejos del epicentro de la noticia del día, y donde aún continuaban las protestas y el paro de más de 120 líneas de colectivos.
También el senador había tuiteado sobre el caso Berni: “La sociedad está harta y necesita respuestas de un Estado que no funciona, pero la violencia no es el camino. Mi solidaridad con la familia y colegas de Daniel Barrientos, chofer asesinado en La Matanza. Repudio las agresiones al ministro Berni y a la Policía de la Ciudad”, escribió.
Más que sobre Berni, la foto del alcalde con el legislador radical donde se los ve muy interesados en una nutrida picada de fiambres y quesos en el Mercado Argentino de Productos y Productores Agroalimentarios (MAPPA) buscaba dar una señal política sobre su sucesión porteña.
Según supo elDiarioAR de dos altas fuentes de JxC porteño, Larreta ya tiene decidido que las elecciones en Capital Federal serán el mismo día que las nacionales. Es decir, las PASO el 13 de agosto; las generales el 22 de octubre. Pero el jefe de gobierno estirará su anuncio oficial hasta el 13 de abril próximo, cuando vence el plazo legal para formalizar el calendario electoral. La incógnita que queda develar es si los porteños votarán con el mismo método que para presidente –la boleta tradicional– o si lo harán de manera “concurrente” –con la boleta única y en otra urna.
Ahí entra a jugar Lousteau, pieza fundamental en el armado nacional de Larreta por su interés en aprovechar la extensión territorial de la UCR,. El economista –que gusta decir que su partido “cogobierna” la Ciudad– quiere que los comicios sean desdoblados, pero Bullrich, Mauricio Macri y María Eugenia Vidal rechazaron públicamente esa posibilidad durante el fin de semana.
La discusión llegó a plantearse en una conversación cara a cara que tuvo Lousteau con el ex presidente días atrás. “Le dijo que hay que bajar los niveles de tensión en JxC y la mejor forma de eso es cumplir con la ley: las elecciones de la Ciudad y de la Nación son separadas”, comentaron cerca del senador.
El PRO quiere que todos los candidatos en CABA vayan pegados a los presidenciables, lo que fortalecería su negociación interna en la coalición opositora para que sean sus candidatos los que dominen las primarias –hay que “depurar” los siete precandidatos cambiemitas. Ese mecanismo derivaría en que haya una repetición de boletas opositoras para cada opción. Suponiendo que finalmente Lousteau y Jorge Macri –primo de Mauricio– son los precandidatos porteños, y Larreta y Bullrich los presidenciables, habría cuatro boletas distintas en el cuarto oscuro.
“Horacio tiene el difícil equilibrio de que, por un lado, gane el PRO en la Ciudad, y por otro, no puede tirar por la banquina todo el acuerdo con el radicalismo”, admitieron en Uspallata. Los criterios que tendrá en cuenta Larreta –que aún debe terminar de ajustar con sus socios internos y externos– serán meramente políticos. “Lo que va a primar es que haya igualdad de condiciones y que no sea un quilombo para los porteños tener que ir a votar”, dijo el vocero consultado.
Mientras, la interna se recalentó por otro costado. La Coalición Cívica de Elisa Carrió le exigió a Macri primo que aclare si cumple los requisitos para ser candidato porteño. Elisa Carrió apoya la postulación de Fernán Quirós y es muy probable que el ministro de Salud, junto con su par de Educación, Soledad Acuña, depongan sus precandidaturas en los próximos días. La CC advierte que irá con un postulante propio.
“Le planteamos una duda porque no sabemos si efectivamente es así”, dijo un diputado de la Ciudad. Hace apenas meses, Macri era el intendente de Vicente López. Para intentar suceder a Larreta, por orden de su primo cruzó la General Paz. La misma avenida donde fue agredido ayer Berni. En la política siempre hay caminos que se conectan.
MC