Lomas era una fiesta, postal del conurbano peronista al que ni el “yategate” pudo arruinar

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En la estación Lomas de Zamora, debajo de un pasacalles de Massa Presidente con la firma de la Unión Ferroviaria, Enrique, ingeniero de mantenimiento, dice que lo que está en discusión en estas elecciones es el método. Habla pausado y bajito, sostiene que la única forma de entendernos es a través del consenso “y en un volumen de voz en el que nos podamos escuchar”. 

El candidato a intendente de Unión por la Patria en Lomas de Zamora, Federico Otermín, obtuvo un 49,78% de los votos en las elecciones del 22 de octubre, pese al escándalo protagonizado un mes antes por el exjefe de Gabinete de la Provincia de Buenos Aires e intendente del partido en uso de licencia, Martín Insaurralde, cuando se difundieron imágenes de su viaje en un yate por Marbella con la modelo Sofía Clerici. Insaurralde fue denunciado por lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y evasión. Enrique cree que hay una utilización política del caso. “Hay que ir a fondo, sin duda, pero eso lo tiene que hacer la justicia. El aparato mediático maneja los mensajes a la sociedad, pero Kicillof no se quedó callado. Eso es hacer política. Milei no tiene experiencia, el único libro que abre es el de él, cree que somos todos ignorantes, pero no, este es un pueblo que tiene algunos aspectos de sufrido, pero que se merece respeto”, concluye mientras se apura a subir al tren para llegar a su trabajo. 

El resultado electoral lo comprueba: el peronismo no se quedo callado ni quieto: En la provincia de Buenos Aires, Massa tuvo en estas elecciones, en números absolutos, 4,2 millones de votos, 1,4 millones de votos más que en lo que había conseguido Unión por la Patria (Massa y Juan Grabois juntos) en agosto. El gobernador, además, consiguió su reelección con más del 45% de los votos.

Vanina es ama de casa, está con su hija de seis meses esperando el colectivo que llega con un plotteado en la ventana trasera con las caras de Massa, Kicillof y Otermín. En los barrios céntricos, y en los periféricos, es la única publicidad política a la vista. No hay fotocopias de Milei pegadas en postes, ni gráficas de Bullrich en las paradas. No hay pintadas del FIT. Solo unas hojas A4 que llaman a no votar, una es del PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores), la otra no tiene identificación partidaria. En las PASO Vanina votó a Milei pero cambió su voto en las generales porque empezó a escuchar muchas declaraciones en televisión sobre las armas que la asustaron. La votó a Patricia Bullrich. 

Camila tiene 19 años, un piercing en la nariz y los ojos delineados. Dice que ella no tiene demasiada idea de política, que se guía por la opinión de la gente, por eso votó a Milei. No conoce ninguna propuesta “salvo la de los vouchers, la de las armas, y la de los órganos”. “Lo de los órganos” le parece “medio raro”. Lo votó por los videos que le sugiere Instagram. La gente son los reels que aparecen en sus redes, en su casa no se habla de política. En la de Ramiro sí, sus padres le hablaron de la dictadura, lo votaron a Massa. Él, con 16 años, también.

Alberto es jubilado. Espera en una esquina de la plaza “Libertad y democracia. Dr Raúl R. Alfonsín” a que lo pase a buscar su nieto con el auto porque está mal de la rodilla, tiene 80 años. Cree que Argentina “viene involucionando”, le preocupa la seguridad. Dice que no le convence ningún candidato pero fue a votar en las PASO y también a las generales, aunque no tenía obligación por su edad. No quiere decir por quién se inclinó. El problema, para él, es que “hace cuarenta años son más los que no trabajan que los que trabajan. Hay más vagancia, hay más delincuentes. Yo entiendo que tenemos que vivir en democracia, pero no sabemos. Necesitamos algo nuevo, distinto de los últimos 40 años”. 

Ana es estudiante de derecho de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, la primera universidad del conurbano. La UNLZ tiene cinco facultades, 45 mil alumnos, 50 mil graduados y un campus de 45 hectáreas con aulas, laboratorios y espacios verdes. Una cancha de fútbol mide 0.7 hectáreas. Mientras de fondo se oyen los pájaros, Ana dice que le asusta muchísimo Milei con la motosierra, teme por la educación pública y por la democracia. 

Verónica es docente de la Facultad de Ciencias Agrarias. Toma mate con sus alumnos en la puerta de la sede, hablan de la sequía y del alza en el precio del alimento forrajero. Se ríen del dibujo del león y el pato que subió Milei a las redes. Verónica no fue a votar en las PASO porque no está de acuerdo “con que el pueblo argentino, en la situación económica en la que se encuentra, tenga que pagar una encuesta a nivel nacional”. Dice que el panorama electoral es “patético” e “inmoral”, votó en las generales pero no piensa ir al balotaje. Cree que Insaurralde debería estar preso, aunque le haya puesto “arbolitos y plantitas a las plazas”. Verónica cursó todos sus estudios en la educación pública. Dice: “que intente nomás poner un voucher Milei, ahí van a ver realmente lo qué es el sistema universitario público, vamos a salir todos a la calle. Es cierto también que hoy la universidad no tiene los recursos que necesita para estar a la altura de la excelencia de los docentes, los no docentes y los estudiantes, que la sostenemos con mucho esfuerzo” continúa. Cree que en las condiciones actuales “ya tendríamos que estar defendiendo la universidad pública, porque el porcentaje del PBI para las universidades nacionales es bajísimo, y lo que llega no se maneja bien”.    

Oscar Bogarín es el presidente del centro de estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales. Fue fiscal en las elecciones generales. Cuenta que cuando empezaron a contar los votos se llevaron una sorpresa. “Con el diario del lunes empezamos a pensar el porqué de ese resultado”. Cree que tiene que ver con el acercamiento de Massa a Kicillof y a distintos intendentes del conurbano “que sacaron más del 40, del 45%, lo que posibilitó que el candidato a presidente pueda arrastrar esos votos, a contramano de lo que pasó históricamente”. Sostiene que el movimiento fue desde las bases, y que “está bueno volver a entender a la política como una cuestión piramidal, pero de abajo hacia arriba. Cree que esta elección ”no la dieron vuelta los funcionarios, ni los dirigentes políticos nacionales, la dió vuelta el trabajo de base del conurbano, la militancia, el boca en boca, el vecino“. 

Con respecto a Insaurralde, dice que es “una falta de respeto para los que militamos a pulmón todos los días, pero no tuvo impacto en el electorado porque nosotros votamos a los que transforman nuestra comunidad, más allá de que pensemos que esas acciones noventosas tienen que ser desterradas de la política. En Lomas, por ejemplo, inauguraron un nuevo hospital, asfaltaron, nosotros votamos gestión, la mejora de nuestras condiciones de vida” sostiene. A Oscar le faltan cinco materias para recibirse de periodista, cree que es una carrera muy denostada apropósito, “el objetivo es que no se reciban periodistas del conurbano con otra cosmovisión, cuanto más periodistas porteño centristas haya más se va reforzar un monopolio de la información que no refleja lo que realmente pasa en nuestro territorio”. Se escucha mucho “yo a estos negros de mierda no los voy a votar. Ante eso voy a citar a una pensadora nacional contemporánea, Lali Espósito, que dijo Yo puse amo a Argentina en mi twitter y me salieron a bardear, entonces el problema no es que yo haya votado a un candidato u otro, el problema es que puse amo a Argentina y estas personas la odian

Raúl Cepeda tiene 60 años y milita hace 40 en el PJ de Lomas de Zamora. Sonríe y dice “Fue rotundo el resultado, Fede (Otermín) es un chico excelente, candidato de Martín Insaurralde”. No cambia de parecer por las denuncias “La militancia se levantó después de las PASO, eso no se paga con nada, no se vende”. De su puesto callejero cuelga una remera blanca de “Axel gobernador”, y otra con los colores de la camiseta de la selección argentina que reza “Axel 2023 por la alegría”. Raúl deja en claro que sus remeras no están en venta.

MR/MG