Unas 35 millones de personas están habilitadas este domingo para votar en las PASO presidenciales, en medio de un clima de gran incertidumbre por cómo puede impactar en el electorado la prolongada crisis económica con alta inflación y su deriva en el humor social. Además, las recientes muertes de Morena Domínguez –de 11 años–, tras un asalto en Lanús, y del militante de izquierda Facundo Molares Schoenfeld, luego de que la Policía porteña reprimiera una protesta en el Obelisco, tiñeron el final de una campaña política de poco debate de propuestas de fondo y que se caracterizó por el fuego cruzado entre las ofertas de candidatos. El camino hacia las primarias terminó abruptamente y de la peor manera.
El aparente estado de apatía generalizado se contrapone con una fuerte expectativa hacia el interior de las coaliciones electorales, sobre todo en la oficialista Unión por la Patria (UP) y la opositora Juntos por el Cambio (JxC), favoritas para hacerse con el poder luego del 10 de diciembre. Tres grandes incógnitas develarán las urnas: cuál será el respaldo que coseche el ministro-candidato Sergio Massa, quién ganará la reñida disputa entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, y qué saldo recogerá finalmente la aventura del libertario Javier Milei.
Como signo de la vitalidad de la democracia, que este año cumple 40 años desde el fin de la última dictadura cívico-militar, también es una duda qué porcentaje habrá de votantes. En los ensayos provinciales que ya hubo este año hubo altas marcas de abstención, en algunos casos por encima del 30%. Los actos nacionales siempre estuvieron por encima del 70%, salvo las PASO del 2021, durante la pandemia, que fue del 68% del padrón, según datos oficiales.
En una jornada que se extenderá entre las 8 y las 18, se espera que los primeros cómputos se conozcan recién a partir de las 22.30. Una tendencia marcada seguramente habrá bien entrada la noche de este domingo –y más probablemente la madrugada del lunes–. El resultado determinará la línea de partida definitiva de las generales de octubre hacia la Casa Rosada.
La demora en el escrutinio se estima por la magnitud de la provincia de Buenos Aires y su amplia oferta electoral: en el territorio hay también comicios provinciales y municipales. La votación bonaerense tendrá impacto nacional, por la concentración que representa el Conurbano: diez millones de electores, casi un tercio del padrón nacional. En algunos de esos distritos habrá internas de fuerte fricción política, tanto para UP como para JxC, como es La Matanza, donde viven más de un millón de electores. Otra curiosidad será la inédita elección “concurrente” en la Capital Federal. Habrá dos sistemas de votación en simultáneo: la tradicional boleta de papel para las primarias nacionales y el voto electrónico para las de Jefe de Gobierno.
En estas elecciones nacionales también se depurarán las listas legislativas de los frentes electorales para renovar parcialmente el Congreso: se renueva la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. Además hay comicios provinciales en Entre Ríos, Catamarca y Santa Cruz.
El plebiscito del Gobierno
El Gobierno tendrá una suerte de plebiscito sobre su gestión con estas PASO. Autoexcluidos en la carrera por la reelección tanto el presidente Alberto Fernández como la vice Cristina Fernández de Kirchner –todo un signo de época–, el principal candidato del oficialismo es el mismísimo ministro de Economía.
En el año exacto que lleva como titular del Palacio de Hacienda, Massa no pudo contener la suba generalizada de precios: la inflación interanual alcanzó en junio el 115,6%, según datos oficiales. A eso se suma que en la última semana la cotización ilegal del dólar superó la barrera de los 600 pesos. Los mercados reaccionarán también mañana sobre la performance del oficialismo con respecto a la oposición.
La postulación de Massa cuenta con el aval de gran parte del arco peronista, desde el kirchnerismo al PJ tradicional, pasando por la CGT y un grueso de los movimientos sociales. Su compañero de fórmula es el actual jefe de Gabinete, Agustín Rossi.
El tigrense tiene un rival de peso relativo, Juan Grabois, dirigente social con llegada directa a Cristina Kirchner y al Papa Francisco. Buscó diferenciarse de Massa con un discurso más apegado a la narrativa ultrakirchnerista: criticó fuertemente su gestión y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Integra la fórmula con la socióloga Paula Abal Medina.
El liderazgo opositor y la incógnita Milei
En el bando opositor, la atención principal se la lleva la interna de JxC entre Larreta y Bullrich, que fue muy reñida por la alta posibilidad de alternancia en el poder que podría haber el 10 de diciembre. La interna entre el jefe de Gobierno y la exministra de Seguridad fue descarnada, sobre todo por la diferencia discursiva entre los postulantes. En la oposición hay cierto consenso por aplicar un fuerte ajuste económico si gana las elecciones, pero se disputan el cómo: el choque es entre una propuesta que busca lograr un acuerdo parlamentario amplio y otra que sostiene una línea de mano dura y “a todo o nada”.
De tan competitiva la pelea, no se vislumbra un claro favorito, por lo que hay interés sobre qué postal de unidad reconstruirán los dos precandidatos con los resultados puestos esta noche. La interna entre Larreta y Bullrich podría definir también el nuevo liderazgo del PRO, luego de que Mauricio Macri declinara también no subirse a la contienda –otro signo de época–. El expresidente buscó siempre mostrarse “neutral” durante la campaña, aunque apoyó subterráneamente a Bullrich con dirigentes y estructura. Además habrá una reconfiguración puertas adentro de la coalición cambiemita, ya que las dos fórmulas están compuestas por primera vez por dirigentes de extracción radical: el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, va como segundo de Larreta; y el exdiputado por Mendoza Luis Petri acompaña a Bullrich.
La otra gran incógnita política que develarán las urnas será la impregnacia nacional de la figura de Milei y su rabioso discurso “contra la casta”, que comenzó siendo una sorpresa mediática y se aplacó con el correr de la campaña electoral. En su primera aventura presidencial, el actual diputado libertario no tendrá en rigor interna porque es el único candidato de su espacio, La Libertad Avanza.
En el otro extremo político, la izquierda también presenta un amplio abanico electoral, con la atención centrada en la PASO del Frente de Izquierda-Unidad que protagonizan Gabriel Solano –del Partido Obrero– y Myriam Bregman –del PTS–. Otra figura que compite es el gobernador cordobés Juan Schiaretti, quien generó ruido nacional antes del cierre de listas por un posible acuerdo con Larreta. Finalmente se inscribió por su cuenta con el frente peronista Hacemos por Nuestro País y tiene como compañero de fórmula al exministro kirchnerista Florencio Randazzo.
En total, en los cuartos oscuros de todo el país habrá 22 fórmulas presidenciales. Para competir en las generales, los binomios deben superar el 1,5% de los votos válidos. Hoy las urnas darán el veredicto de quiénes estarán en octubre en la pelea por la Casa Rosada.
MC/JJD