Gabriel Katopodis desplegó la plataforma para que Eduardo “Wado” De Pedro tenga su primera foto con gobernadores del PJ desde que entró, sin matices, en modo candidato presidencial. Una mega cumbre de infraestructura, el área que conduce el exintendente de San Martín, ministro de Alberto Fernández que para el kichernismo es uno de los “funcionarios que funciona”, funcionará como marco para una postal de peso político en la previa de la reunión de mandatarios que se realizará el miércoles al mediodía en el Consejo Federal de Inversiones (CFI).
De Pedro, tras el acto de Cristina Kirchner en plaza de Mayo el 25-M, aceleró su plan de instalación: con Máximo Kirchner como lazarilo se reunió con intendentes del conurbano y luego hizo un circuito largo y diverso con el mundo sindical: de gastronómico Luis Barrionuevo al estatal Hugo Yasky. Todo, salvo un acto con Jorge Capitanich en Chaco, fue en el AMBA: de ahí que algunos sospechan, todavía, que la campaña del ministro no excluye un hipotético enroque con Axel Kicillof entre la boleta presidencial y la de gobernador.
Este martes, en la previa del panel con los siete gobernadores, en distintos puntos del conurbano aparecieron afiches que tiene como objetivo eliminar esa teoría: “Wado Presidente” dicen las pegativas que tiene, como epicentro, Lomas de Zamora y otros municipios del conurbano sur. Entre ese impulso y el aporte de Katopodis para que tenga su foto de familia con gobernadores, De Pedro puede anotarse al menos el respaldo del peronismo territorial del Gran Buenos Aires en su aventura presidencial.
El fuego sobre Scioli logra, de mínima, que el embajador en Brasil tenga que salir día por medio a decir que no se baja, que su candidatura está firme y que no hay forma de que lo saquen, "con reglas limpias", de la cancha.
La táctica de sumar otros apoyos, en particular de jefes provinciales del interior, tendrá este martes una escala: De Pedro compartirá un panel con Kicillof, el pampeano Sergio Ziliotto, la santacruceña Alicia Kirchner, el riojano Ricardo Quintela, Raúl Jalil de Catamarca y Gerardo Zamora de Santiago del Estero. Esa postal expresa a más del 50% de los mandatarios del FDT. Las ausencias más obvias: ni Omar Perotti, encerrado en Santa Fe, ni Gustavo Bordet -solo preocupado por Entre Ríos- ni otros que están en la previa electoral como Osvaldo Jaldo, en Tucumán o Gildo Insfrán en Formosa. Tampoco estará Jorge Capitanich.
Varios, sin embargo, participarán de la cumbre del miércoles en el CFI, encuentro que hizo circular Cristina Kirchner pero que originalmente estaba previsto para el 12 de junio y la semana pasada de adelantó para este miércoles. Se atribuye a un pedido de Insfrán que, dicen, sugirió hacer el encuentro antes de que voten Tucumán y San Luis -este domingo 11- quizá con la intención de evitar que Juan Manzur, que no pudo ser candidato pero sigue siendo gobernador, no llegue fortalecido luego de un triunfo.
Otro CFI
El encuentro del CFI se armó para que los mandatarios discutan una táctica electoral para el PJ. La pretensión de De Pedro es que los gobernadores hablen de las conveniencias de una lista de unidad. En La Cámpora exponen, en paralelo, que llegado el caso impulsarán la tesis Máximo de listas exclusivas para cada eventual candidato a gobernador, por lo cual Daniel Scioli, si llega hasta el final, tendría que armar boletas de diputados y senadores en las provincias. El exgobernador se muestra seguro de que eso no será necesario. A su lado sostienen que las boletas provinciales las armará cada mandatario y la mayoría, salvo algún caso puntual, darán su lista a los dos o tres precandidatos del FDT. El fuego sobre Scioli logra, de mínima, que el embajador en Brasil tenga que salir día por medio a decir que no se baja, que su candidatura está firme y que no hay forma de que lo saquen, “con reglas limpias”, de la cancha.
De Pedro apuesta a un proceso de “decantación” que derive en un renunciamiento de Scioli para dejarlo como candidato único. Dice, sin embargo, que no le teme a una PASO y en el entorno de Máximo invocan números que muestran un repunte de su imagen y conocimiento, y una tendencia que refleja que en una primaria interperonista no tendría grandes riesgos para vencer a Scioli. En el sciolismo dicen que si es así, que le den PASO e igualdad de condiciones para competir, que permitan jugar a todos así se amplía el FDT y se suma competitividad.
Hay, claro, una pieza determinante: Cristina Kirchner. La vice ya jugó, con mensajes y sobreentendidos, cuando habló de que tomen la posta los “hijos de la generación diezmada”. Luego, en plaza de Mayo, alineó a sus lados a Kicillof, Kirchner, De Pedro y Sergio Massa en lo que se interpretó como una foto de familia política, con la novedad nada menor de que incorporó al ministro de Economía a esa estirpe. De Pedro, con todo armado y charlas previas con la vice, usó esa pantalla y salió horas después con un spot y afiches. Hasta acá, se movió con la inercia que le da la vicepresidenta y la interpretación obvia de que es el candidato de Cristina.
Lo que se instaló en el mundo K es que, hasta acá, la vice quiere que sean sus herederos los que ordenen el proceso sin tener que ella, otra vez, tener que intervenir. Sin embargo, se da por hecho, que si es necesario, la vice va a jugar y o hará en beneficio de De Pedro. Scioli, por lo pronto, no dirá una sola palabra contra Cristina como tampoco lo hará Victoria Tolosa Paz, que el jueves pasado desde Vicente López, estrenó carteles con la consigna “gobernadora”. Si bien saben que la vice no jugará a su favor, no la cuestionarán, aunque si le apuntarán a La Cámpora, a los que acusan de ser sectarios y temer una competencia interna en el FDT.
Este martes, Scioli y Tolosa Paz harán otro plenario regional para lanzar sus candidaturas: luego de la escala en Vicente López y en Mar del Plata, tendrán un encuentro con dirigentes de la Tercera en Lanús. En paralelo, Scioli ya estrenó su búnker en San Telmo, sobre la calle Balcarce al 100, desde donde opera para su campaña presidencial de cara a las PASO.
El movimiento clave para sostener la postulación de Wado es que Scioli quede aislado y no pueda sumar apoyos contundentes. Algo similar a lo que le ocurrió en 2015 a Florencio Randazzo que quiso ser candidato a presidente, pero Scioli negoció incorporar a Carlos Zannini como vice, y la postulación del entonces ministro de Interior, ahora aliado de Juan Schiaretti y promotor de un acuerdo con JxC, se quedó sin volumen y optó por no participar de una primaria.
Por eso, la cumbre del CFI puede ser determinante. Sin embargo, en la previa, no parece que haya clima para que se emita una posición unívoca sobre algún candidato. Frente a eso, que Kicillof, Ziliotto, Kichner, Quintela, Jalil y Zamora se muestren hoy, con Katopodis como lazarillo, junto a De Pedro puede servir como una previa o, de mínima, como un foto que sirva para compensar si no hay un mensaje explícito luego del encuentro en el CFI.
PI