Por separado, pero el mismo día, Patricia Bullrich, Javier Milei y Sergio Massa, los tres principales candidatos presidenciales, se presentaron ante una platea poderosa, llena de empresarios y directivos de compañías de Estados Unidos y de otros orígenes continentales, que después de haberlos escuchado se debaten entre el entusiasmo y el miedo por sus planes de gobierno. Los desvela saber quién de ellos se pondrá, el 10 de diciembre, al frente del timón de la economía argentina, que presenta un potencial permanente de crecimiento pero, a la vez, con el paso de los años se hunde en una crisis sin fondo ni solución.
El desfile de postulantes fue ayer en el Alvear Palace Hotel, ante el Consejo de las Américas, el evento que todos los años —sean electorales o no— congrega a los líderes políticos del país y a importantes hombres de negocios. La presencia de los tres candidatos generó una expectativa altísima porque el resultado del 22 de octubre está abierto, a juzgar por el escenario de tercios que surge de las PASO realizadas hace dos domingos.
Bullrich dijo que su coalición representa “el cambio de verdad” y criticó las ideas de Milei sin mencionarlo
La primera en presentarse fue la candidata de Juntos por el Cambio que, fue la ganadora del aplausómetro de la jornada. Arrancó criticando el sorpresivo anuncio de que los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) habían aceptado el pedido del gobierno de Alberto Fernández de sumarse al grupo.
La ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri también apuntó contra varias de las propuestas de Javier Milei aunque sin nombrarlo: criticó su idea de romper el Mercosur y la de reconvertir el esquema de indemnizaciones por despido por un seguro de desempleo como el que rige por el convenio de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA).
“Hemos expuesto nuestra oposición al ingreso a los BRICS, mientras se desarrolla la invasión a Ucrania y al mismo tiempo tambin ingresa Irán”, recordó los atentados antisemitas de 1992 y 1994. “Argentina bajo nuestro gobierno no va a estar en los BRICS”, sentenció Bullrich.
Subrayó que la coalición entre el PRO, la UCR y la CC-ARI, entre otros partidos, representa “el cambio de verdad”, porque dispone de “estructura territorial, de gobernadores y legisladores, la mas grande desde hace 40 años”. “Esto nos permite alinear el objetivo de gobernabilidad”, dijo, al diferenciarse de Milei, cuya falta de equipos preocupa a los empresarios.
La candidata prometió ajuste: “El gasto publico es del 40% del PBI, se aumentó el doble en 20 años, con impuestos altísimos, impagables, que ha llevado a que casi la mitad de la economia sea informal. La sociedad gasta la plata mejor que el Estado. La salud, la educación, las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad, ahí estarán las prioridades del gasto”.
“Ellos plantean peronismo o disolución nacional. No nos vamos a comer ese apriete. Estamos al borde de la disolución por este kirchnerismo que está en el gobierno”, dijo y arrancó aplausos. “Sabemos que las tarifas están desalineadas, vamos a tener tarifas reales y congelar impuestos para que el peso de los impuesto sobre tarifas se reduzca a la mitad”, anunció.
También prometió “eliminar retenciones el primer día”, dijo que “Brasil es un aliado estratégico” y que no se puede cerrar el comercio con este país, en otro tiro por elevación a Milei. “No vamos a cerrar Mercosur sino apurar tratados de libre comercio con la mayor cantidad de países”, dijo y fue aplaudida al rechazar la idea del libertario de romper el bloque por sus imperfecciones y porque tacha al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, de “comunista”.
Milei buscó el aplauso de los empresarios llamándolos héroes, pero no lo logró
Luego fue el turno del líder de La Libertad Avanza, que era el candidato presidencial que todos en el Consejo de las Américas querían escuchar, porque fue el ganador de las primarias.
Antes de subirse al escenario, tuvo una charla privada con Eduardo Eurnekian, su antiguo empleador y dueño de Corporación América; con Alejandro Bulgheroni, propietario de Pan American Energy (PAE), y con el jefe de la Cámara Argentina de Comercio, Mario Grinman.
Apenas lo aplaudieron al llegar, no lo interrumpieron en ningún momento de su alocución. Pero hubo momentos en que buscó la ovación del auditorio, pero le respondieron con silencio.
“Aquellos que crean riqueza son héroes, algo que en ciertos lugares no se entiende. Como decía Milton Friedman —citó Milei al padre del neoliberalismo—, la responsabilidad social de los empresarios es ganar plata. Muchachos, son ustedes, ustedes son los que deben poner de pie a la Argentina”, soltó el diputado libertario, miró a los cientos de hombres de negocios que lo escuchaba y guardó silencio. No hubo aplauso.
Milei también buscó al aplauso cuando soltó otras frases seguidas de silencio: “Si es a todo o nada, se va por la derogación de la ley de alquileres, no por un poquito menos de control. Los derechos de propiedad se respetan en serio”, enfatizó, en alusión a Juntos por el Cambio. También les gritó: “¡Rompan los grilletes, sean libres, no se dejen estafar por los políticos, les propongo que nos pongamos de pie!”. Cri... cri... La ausencia de reacción sonora resultó ensordecedora.
Sucede que entre los empresarios prevalece el temor a Milei. Si bien propone ideas que les gustan a todos, como la baja de impuestos o la flexibilización laboral, las aguas están dividas sobre la dolarización, hay miedo por su falta de equipos de gobierno y apoyo parlamentario y por algunas de sus propuestas más radicales en cuanto a la liberalización de mercados.
“Este tipo promete el oro y el moro y después va a tener que cumplir y la gente se le va a venir encima”, observa uno de los dueños de las principales fortunas de la Argentina. “Da miedo, porque no tiene equipo y por lo que propone”, comenta otro empresario que prefiere a Bullrich. “Hay pavor a que dure poco en el gobierno por las locuras que quiere hacer”, agrega.
Milei habló del “modelo de la casta, que dice que donde hay una necesidad nace un derecho” y se financia con endeudamiento, emisión monetaria y 170 impuestos, según su cálculo. “Este modelo sólo sirve para la casta, no sólo a los político ladrones sino también a los empresarios prebendados, que les gusta tener vaca atada”, soltó una frase que incomodó al auditorio. Quizá por eso tampoco lo aplaudieron tanto. Después prosiguió el candidato: “¿Por qué tanto miedo a las ideas de la libertad? Pueden quedarse con modelo de la casta, de buenos o malos modales. Ustedes van a terminar pobres, en la ruina”.
Pero también aparecen los empresarios que salen del clóset tras las primarias y ahora reconocen que apoyan a Milei y la dolarización. Están aquellos que votaron a Juntos por el Cambio en las primarias pero prevén apoyar a La Libertad Avanza en octubre. Incluso algunos que antes rechazaban la eliminación del peso ahora la respaldan.
Un grupo de cien empresarios vienen financiando el proyecto de dolarización del economista Emilio Ocampo, recientemente incorporado al equipo de Milei. Entre ellos están Alec Oxenford, Gonzalo Tanoira y Eduardo Bastitta. Pero además la mayoría en el resucitado chat de Whatsapp Nuestra Voz, que reunía a empresarios que apoyaban a Mauricio Macri en 2019, ahora apoyan el plan de adoptar la moneda norteamericana, entre ellos, Cristiano Rattazzi, José Born, Federico Zorraquín, Martín Costantini y Gonzalo Vila, según publicó Infobae. Otros ejecutivos dejan de temerle: “Primero dice una cosa y después aclara que lo hará más adelante. Por ejemplo, dice que la apertura industrial no va a ser un día para el otro”.
En el empresariado hay entonces votantes de Milei, pero también los que le temen y prefieren a Bullrich. Algunos pocos se inclinan por Sergio Massa. Pero más allá de las preferencias, el establishment se divide entre quienes ven que ya la victoria del libertario es inexorable y, por tanto, es hora de acercarse a él, quienes consideran que la aspirante de Juntos por el Cambio no está liquidada y es momento de respaldarla y, por último, quienes calculan que la única oposición posible a Milei es el ministro de Economía, por más que no los seduzca demasiado.
Una extensión horaria para recibir a Massa
El ministro de Economía y candidato del oficialismo tiene una excelente relación con la política y el empresariado de Estados Unidos con intereses en Latinoamérica. Por eso le había prometido a la presidenta del Consejo de las Américas, la lobbysta Susan Segal, que estaría este jueves en la edición 2023 de su encuentro porteño anual. No podía fallarle a ella, ni a los mandamases del Council of the Americas que fundó David Rockefeller ni a las empresas auspiciantes del evento, entre las que figuraban las de Eurnekian, las de su amigo José Luis Manzano o las norteamericanas AES, Chevron o Pfizer.
Pero Massa no llegaba a tiempo a la cita programada para la mañana del jueves en el Alvear Palace Hotel porque venía de Washington de la votación del Fondo Monetario Internacional (FMI) del giro a la Argentina y tenía además una llamativa escala en Asunción para conocer al nuevo presidente paraguayo, Santiago Peña. Le ofrecieron intervenir por Zoom, pero no quiso. Pidió que se armara la alocución a la tarde. Pero el Consejo no disponía a esa hora del hotel, por lo que debió organizar especialmente un escenario en la Cámara Argentina de Comercio, que preside Mario Grinman.
Allí llegó entonces el incansable ministro de Economía y candidato presidencial para hablarle al establishment e incluso someterse a preguntas, algo fuera del protocolo habitual del Consejo. Aprovechó la oportunidad para amenazar a los empresarios con abrir las importaciones que caso de abusos en las remarcaciones de precios por la devaluación poselectoral. En su año de gestión ya había recurrido antes a esta advertencia, pero por ahora nunca lo concretó.
También les pidió que imaginaran un país que a partir del 10 de diciembre rompe el Mercosur y deja de exportar a sus dos principales socios comerciales, Brasil y China, o que instaure un Plan Bonex como en 1989, es decir, que le imponga un bono a los ahorristas por sus depósitos, dado que los bancos usan estos para tomar Letras de Liquidez (Leliq) del Banco Central, títulos que deberían reestructurarse como parte del supuesto plan de dolarización.
El autor del proyecto dolarizador, Emilio Ocampo, ha escrito en su blog que “la situación de las Leliq es inviable” y ha citado al ex ministro de Economía Domingo Cavallo, ídolo de Milei sobre lo que fue el Plan Bonex aplicado por el gobierno de Carlos Menem, otro ejemplo para el líder libertario: “Lejos de ser una confiscación de depósitos, como se dice, fue una forma de ir anticipando la dolarización de los depósitos, para protegerlos de la desvalorización inflacionaria. El único error fue no acompañar el Plan Bonex por el Plan de Convertibilidad”, el uno a uno entre peso y dólar que se aplicó en 1991.
El ministro candidato celebró recibir ahora US$7.500 millones del FMI para contar con dinero para importar y sostener la actividad económica, pero advirtió: “Donde veamos conductas monopólicas u oligopólicas, abrimos importaciones y apostamos a mercados más transpartentes con competencia”. “En lugares donde hay monopolios, aparecen muchas veces la avivada”, advirtió Massa. El abogado pidió “que el esfuerzo que representa acceder a la imposición del Fondo de devaluar lo hagamos entre todos”. Repitió que el FMI quería un salto del dólar del 100% y unificación cambiaria y terminaron pactando un aumento del 22%. Agradeció el congelamiento de precios con la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA).
En cambio, en los últimos días, tanto la Cámara de Comercio de Estados Unidos (Amcham) en la Argentina como la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal) han despotricado contra la renovación de Precios Justos que pretende el Gobierno por agosto, septiembre y octubre con un tope de aumento mensual del 5%, pese al salto del 22% en el dólar oficial.
Ninguna empresa quiere firmar el compromiso por escrito porque si llega a incumplir puede ser denunciada ante la justicia penal tributaria, dado que como compensación el Gobierno les ofrece rebajas del impuesto PAÍS para las importaciones. Sin embargo, la mayoría adhiere está dispuesta a aceptar verbalmente el máximo del 5%, tal como venía haciendo hasta ahora Molinos Río de la Plata. Entre las que adhieren al tope están Quilmes, Mastellone, Coca-Cola Femsa, la cervecera CCU, Reckitt, Danone, Unilever, Kimberly Clark, Clorox, Fargo, Nestlé, Cepas Argentinas, PepsiCo y Aceitera General Deheza, según fuentes supermercadistas. En cambio, Arcor, La Virginia y Ledesma se muestran reacias, de acuerdo con los mismos informantes. En tanto, se logró un pacto de 25% trimestral con las industrias electrónicas de Tierra del Fuego.
“En las últimas semana vimos que el FMI dejó de ser prestamista de última instancia para ser acreedor privilegiado y cobró por operaciones bilaterales que hicimos con China, Qatar y la Corporación Andina de Fomento (CAF)”, recordó Massa los pagos de deuda de junio y julio con préstamos de esos orígenes. De paso criticó al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por sus demoras en el otorgamiento de créditos, a diferencia de la CAF. En uno talla Estados Unidos y otras potencias. En la CAF, sólo España y las naciones latinoamericanas. También celebró el ingreso a los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), al señalar que la Argentina debe hacer lo que le convenga a sus intereses.
El ministro prometió “un 2024 muy distinto” del 2023 de sequía y escasez
Massa pronosticó que en noviembre la balanza comercial comenzaría a virar a positiva por la cosecha de trigo y el impacto del gasoducto Néstor Kirchner. “En noviembre empiezan a terminar restricciones. Esto nos permite avizorar un 2024 muy distinto: entre 20 y 30.000 millones de dólares de superávit comercial, por la minería, la energía, incuida la reversión del gasoducto Norte (el que trae gas de Bolivia y el año próximo exportará a Brasil), la recuperación agroindustrial porque dejamos atrás la sequía y si se vota ley agroindustrial”, se esperanzó Massa, mientras iba interrumpiendo su discurso para saludar a dos empresarios. “Saludos, Eduardo (por Eurnekian). Saludos, Alejandro (por Bulgheroni)”.
Pero el ministro candidato advirtió que 2024 será bien distinto según quién gane las elecciones. “No es sólo una elección de personas sino de mirada de país en vías de desarrollo versus la lógica de la selva. No somos un país desarrollado que puede aceptar que compitamos libremente con el mundo. Por ejemplo, ¿qué pasa con la industria farmacéutica si aceptamos competencia india? Si sólo vamos a exportar materias primas y servicios de economía del conocimiento, seríamos un país concentrado, no federal. La elección de fondo es si la Argentina vende materia prima y servicios o es un país con proyecto de desarrollo industrial, no alrededor de todas las actividades industriales pero de alguna sí. Por ejemplo, el agroindustrial, el farmacéutico, el oil (petróleo) and (y) gas. Algunos piden ir derecho al acuerdo Mercosur-Unión Europea pero eso es resignar 140 años de reservas de gas. Otro ejemplo es mineria con valor agregado, no sólo litio, también cobre. Eso no se logra solamente por la magia del mercado. Por ejemplo, el gasoducto se hizo con inversión publica. El desarrollo de infraestructura en la Argentina y el mundo mundo se da con inversión pública. El desarrollo de la ciencia, también”, aprovechó para criticar a Milei, que comparó la cantidad de empleados del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) con los de Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio (NASA) de Estados Unidos. Recordó que el presupuesto del Conicet estadounidense representa siete veces más en relación al PBI norteamericano que el argentino en comparación con el tamaño de nuestra economía.
“A lo mejor no digo cosas lindas para TikTok, pero cuando me siento gestiono para todos los argentinos”, concluyó su discurso y abrió el juego a las preguntas. Fue entonces cuando consiguió que por única vez lo interrumpieras con aplausos. Fue cuando pidió “señalar a los vivos porque son los que perjudican al resto de la sociedad”, en referencia a las empresas que habían montado operaciones fraudulentas para acceder al mercado oficial de cambio.
AR/JJD