Béliz sale a escena con una remake de pacto social, ilusión esquiva de una agenda sin grietas ni urgencias

Un día, no hace mucho, Gustavo Beliz conoció a Juan Sebastián Gutiérrez. El dato, sin precisiones, puede perderse: se trata de “Juanse”, cantante y guitarrista de Los Ratones Paranoicos, figura emblemática del rock stone criollo, quien -en una mutación simultánea- dejó las drogas y encontró la religión. En un retiro católico se encontró con Béliz y, con el tiempo, se convirtió en uno de los mejores amigos.

Ese vínculo, cuenta a elDiarioAR un funcionario que frecuenta al secretario de Asuntos Estratégicos, habla más de la transformación de “Juanse” que de Beliz, un entornista metódico y silencioso, que ejerció esa tarea -siempre con finales abruptos- junto a Carlos Menem y Néstor Kirchner. Ahora, a más de un año de asumir su cargo, quedará al frente de una aventura política de Alberto Fernández: el Consejo Económico y Social.

Fue, allá por fines de 2019, una cancillería desde la que Roberto Lavagna ordenaría un puñado de debates de fondo pero el ex ministro se bajó

El presidente, Beliz y una nómina larga de gobernadores presentarán este viernes a las 11 de la mañana en el Centro Cultural Kirchner (CCK) una mesa de 25 butacas -número que todavía puede cambiar- que el Gobierno pretende convertir en una plataforma que soporte dos fiebres: la grieta política, más profunda en año de elecciones, y la falta de tiempo ante a una crisis que se agudiza en todos los frentes.

Tardó meses en germinar una idea que Fernández lanzó en la campaña como una remake de Pacto Social, que como muchas aventuras atropelló la pandemia, pero que, además, mutó a un largoplacismo que en Argentina parece tan invocado como inasible. Fue, allá por fines de 2019, tras la victoria de Fernández sobre Mauricio Macri, una cancillería desde la que Roberto Lavagna ordenaría un puñado de debates de fondo, pero el exministro se bajó, el formato cambió y al final, el Presidente delegó la tarea en Beliz.

En el camino, tras varias juntadas y fotos, lo que en un momento Fernández imaginó como un mix que combinara acuerdos de precios y salarios, con consenso político y sintonía público-privada, se reconfiguró: la urgencia inflacionaria estrenó, con pocos éxitos, mesas sectoriales, volvió a tensarse la relación con el campo y no parece haber chances de que un actor opositor -salvo algún gobernador o intendente, más por necesidad que por institucionalismo- acepte sumarse a una tratativa convocada por el gobierno.

Quiénes y sobre qué

EL G-25, según el número del último borrador del decreto de creación del Consejo Económico y Social, será encabezado por Beliz como representante del Ejecutivo y reunirá a los referentes de las organizaciones de primer orden del mundo empresario y sindical, que confluirán con referentes de entidades académicas, sociales y religiosas.

En persona, con una dosis de secretismo, Beliz visitó uno a uno a los dirigentes que estarán en la mesa redonda, un predicador sobre la necesidad de pensar el largo plazo

No hay, más allá de que el listado no sea oficial, demasiado misterio: desfilarán los titulares de entidades como UIA y la Cámara de la Construcción, junto a delegado de la CGT; la CTA y la CTEP, con rectores universitarios y la Conferencia Episcopal, entre otras entidades para abarcar el mapa de la producción, el trabajo y la sociedad civil.

La convocatoria define, a priori, cinco ejes: economía del cuidado y lucha contra la pobreza, el trabajo del futuro, democracia y participación, desarrollo con inclusión y, por último, economía verde y sustentabilidad. Son, en clave Beliz, cinco “misiones” que suponen salir de la urgencia.

PI