EL GOBIERNO QUE VIENE

Francos y la construcción del mileismo: puente con el PJ y contrapeso de Macri

30 de noviembre de 2023 11:52 h

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Tenemos que evitar que nos cacen de a uno...

Es el mediodía del martes 28 y el dirigente está camino a la sede del BAPRO donde, citados a las 13, se reunirán los gobernadores, entrantes y salientes, del peronismo. No todos son sobrevivientes: varios de los invitados terminan su mandato el 10 de diciembre y, muy rápido, vieron escurrirse su poder. Retienen, como pueden, la jefatura de partido o alguna banca, pero son los restos de un naufragio que tuvo su último episodio el balotaje del 19 de noviembre con la derrota de Sergio Massa frente a Javier Milei.

La “cacería” que, con pánico, pronosticó el peronista tuvo, dos horas después, un plot twist cuando Guillermo Francos, futuro ministro del Interior mileista, se apareció en la cumbre de gobernadores para una primera charla formal, escuchar sus planteos y dejar, en el renglón más sensible de ese encuentro, una pista: la voluntad del gobierno naciente de negociar, a futuro, un formato para compensar la pérdida que, para las provincias, significó la eliminación de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias.

La aparición de Francos, que operó a través de Axel Kicillof, el anfitrión de la cumbre, tuvo efecto en otro encuentro que se desarrollaba en ese momento en otro lugar: el encuentro de gobernadores y legisladores de Juntos por el Cambio (JxC) que discutían sobre qué tipo de relación tendrían con el mileismo, entre la gobernabilidad y el co-gobierno. Al rato, dos mandatarios de JxC reflejaron su malestar: “Nosotros le cuidamos los votos y le pusimos fiscales a Milei, pero Francos en vez de venir a vernos a nosotros, se va a reunir con los peronistas”, dijo uno de ellos y lo consideró una “torpeza”. Otro lo consideró un error. “Están perdidos”, dijo a elDiarioAR.

La paradoja es que JxC analizaba, mientras Francos estaba con el PJ, si validaba o no el desembarco de Cristian Ritondo en la jefatura de la Cámara de Diputados, un sillón clave porque está en la línea de sucesión pero, además, porque es el ordenador del recinto más picante frente a las propuestas –todavía en veremos pero a priori profundas– de LLA para impulsar una reforma de Estado que requiere un paquete de leyes. Quien trabajaba en ese diseño es Federico Sturzenegger, mientas que Nicolás Posse, Guillermo Ferraro y Francos serían los ejecutores; alguno de gestión y otros del acuerdo político.

El sendero bifurcado de Francos, que lo llevó a sentarse con los peronistas en vez de habilitar una cumbre genérica con los gobernadores de JxC –que sería inminente, porque tiene conversación individual con varios–, ofrece varias pistas. Una, digamos, humana: Francos es un dirigente del ecosistema peronista y tiene, por eso, una mayor empatía y conocimiento de ese universo, por lo tanto prefiere la conversación y cohabitación con los dirigentes del PJ. Dos, táctica: el futuro ministro del Interior tiene como mandato la construcción del mileismo, un espacio con alguna solidez de dirigencia y territorial, más allá de la efervescente militancia tiktokera.

Francos debe/quiere/puede construir un esquema de poder para contrapesar la presencia de Mauricio Macri. Es una necesidad tan imperiosa como una movida peligrosa: para Milei, lo sabe él y lo sabe su ministro político, corre el tiempo de descuento para construirse como un presidente con poder o uno que tenga, detrás, al lado o arriba, la presencia omnisciente de Macri. “Tiene que alejar la idea de ser un Títere de Mauricio”, es la consigna repetida y para eso trabaja Francos.

El peligro radica en un hecho puntual, la historia política de Macri referida a cómo acciona contra aquellos dirigentes que considera enemigos o rivales. Francos, muy rápido, escaló en el radar del expresidente como un actor molesto. Fue, por caso, el que apuró la negociación con Patricia Bullrich para que se sume al gabinete mileista. Puenteó, de ese modo, la instancia de una negociación global entre Macri y Milei. Pero hay un dato más, hasta acá apenas invocado: Bullrich tiene una docena de diputados propios, purísimos, que migrarán velozmente a socios de LLA en el Congreso.

Eso se notó en la cumbre de JxC del martes cuando Silvana Giudice, del esquema Bullrich, saltó a plantear que la incorporación de la excandidata al gabinete de Milei y la de Cristian Ritondo a la presidencia de Diputados, debería ser un acuerdo estructural entre el PRO y LLA. “Sino en poco tiempo lo voltea el peronismo”, dijo Giudice pero quedó casi en soledad con un planteo que, en general, iba por otro lado: ser dadores de gobernabilidad pero con distancia y sin co-gobierno con Milei.

Los crujidos en el PRO son, a la distancia, un activo del que se quiere nutrir Francos para que la influencia de Macri no sea determinante. El expresidente regresó el lunes y, todo indica, se verá con Milei. Esa paritaria individual es la que puede sellar el destino de Bullrich pero, sobre todo, de Ritondo en Diputados. “La única persona que puede lograr que Ritondo vaya a la presidencia es Mauricio, si se lo pide a Milei”, explican en el entorno de LLA. El propio Milei, hasta acá, avisó que la definición de ese nombre depende de Francos. Se lo dijo a los diputados libertarios al regreso de su viaje a EE.UU. El encuentro Macri-Milei puede revertir esa determinación pero está atado a lo que Macri puede garantizar: a priori, no parece que pueda aportar el apoyo explícito de los gobernadores del PRO que tratar de sostener el bloque JxC para emerger como un nuevo esquema de poder, donde el peso sea de los jefes territoriales y no de los partidos.

La decisión, hasta acá autónoma y en veremos, de Bullrich de aceptar Seguridad con Milei dificulta la negociación de Ritondo porque Bullrich se llevaría a sus diputados mientras que los gobernadores, salvo que haya un cambio brusco, le plantearon que si acepta ir a presidir la Cámara, debe hacerlo a título personal sin que eso implique, en lo formal, meter en el paquete a los diputados que responden a los gobernadores. Esa cuenta hace Francos: ¿cuántos diputados aporta realmente Ritondo?

Dato anexo sobre Bullrich ¿Hubo un pedido explícito de Cristina Kirchner a Milei para que la exministra macrista no vaya a Seguridad? En UxP dicen que el trasmisor de ese mensaje fue Juan Manuel Olmos y que llegó, vía Karina Milei, al presidente electo.

El éxito inicial de Francos depende, casi exclusivamente, de si logra o no sostener hasta el final a Florencio Randazzo como jefe de la Cámara Baja. El excavallista apuesta, además, a que Randazzo le aporte nombres y alguna expertise en el manejo de Interior. Se trata de un acuerdo más grande que incluye, claro, a Juan Schiaretti, que no solo avanzó sobre Anses vía Osvaldo Giordano sino que quiere sumar espacios como parte de esa alianza. Lo que no está claro si Francos sabe –y si lo supiese, si lo acepta– es que el dueto Randazzo-Schiaretti quieren una sellar una sociedad con Milei pero con la forma de una SRL, de responsabilidad limitada, como parte de un plan de ambos para reconstruir el peronismo tras las derrotas de Cristina Kirchner y Sergio Massa.

Francos intenta, por ahora, tender un puente con el peronismo territorial y hace cuentas sobre cuántos diputados podría sumar si hiciese un ejercicio rápido de fractura del bloque que fue de UxP: lo primero que mira son los espacios provinciales, la paleta de colores que va de Gerardo Zamora de Santiago del Estero a Carlos Rovira en Misiones, más jugadores adicionales como Claudio Vidal, de Santa Cruz y Gustavo Saenz, de Salta. Pero son números en el aire: cada acuerdo sería individual y requerirá, sobre todo, que Milei pueda negociar lo que habitualmente se negocia: obras y programas. Que abra una billetera que dijo que no tiene plata.

PI/DTC