Durante el año electoral

Lula vendrá a la Argentina antes de asumir y en el Gobierno se entusiasman con varias visitas en 2023

31 de octubre de 2022 15:27 h

0

La victoria de Lula da Silva en Brasil cambió el mapa político de su país, pero también empieza a modificar los ánimos de Alberto Fernández, en medio de los tironeos internos del Frente de Todos. Contagiado por el clima de renovación en el socio mayor del continente, en el Gobierno ya se ilusionan con que el líder del PT pise Buenos Aires varias veces durante el primer semestre de 2023, justo en los meses previos a las elecciones presidenciales.

El primer viaje del brasileño a nuestro país será en los próximos dos meses, antes de asumir en el Palacio Planalto, el 1 de enero. Así lo confirmó el propio mandatario argentino, que este lunes viajó a Sao Pablo para felicitarlo personalmente, luego de haberlo hecho telefónicamente anoche, vía el celular del embajador Daniel Scioli, que estuvo en el búnker ganador. “Argentina es su casa, allí todos lo queremos y respetamos mucho”, dijo el Presidente en el InterContinental de la ciudad paulista en contacto con la prensa, entre ellos elDiarioAR.

Lula también vendrá al país ya como mandatario, en lo que sería su primer viaje al exterior, una costumbre que él mismo instaló en sus primeros tiempos en el poder, tradición que respetó Dilma Rousseff. La fecha prevista es que sea el 1 de febrero. Pero en la Cancillería que conduce Santiago Cafiero –un incondicional del Presidente– están pensando en ampliar el calendario de visitas en el primer semestre del año, teniendo en cuenta que el país será sede de dos cumbres de alto nivel: la reunión de mandatarios de la Celac, el foro latinoamericano que conduce de manera pro témpore Fernández, y la del Mercosur, en junio, cuando la Argentina le pasará la presidencia justamente a Brasil. 

La Celac y el Mercosur son dos bloques ninguneados y cuestionados por Jair Bolsonaro, sobre todo el primero, donde su administración nunca participó. Un vocero al tanto de la agenda internacional de la Casa Rosada remarcó que este año “siempre se lo invitó a todas las actividades” al ahora mandatario saliente y su canciller, Ernesto Araújo.

“Compartimos con Lula una misma mirada sobre la necesidad de integración en América latina, que la democracia se consolide en todo el continente, que los procesos electorales sean debidamente respetados y de poder crecer como región en conjunto, trabajando mancomunadamente”, apuntó Fernández luego de su entrevista con Lula sobre los temas conversados.

La Celac, en enero

Confirmadas las visitas de Lula antes de asumir y en su primera bilateral 1 de febrero, otra invitación que tendrá será la de participar en la Celac, cuya cumbre está en agenda para el 24 de enero, apenas poco más de un año desde que la Argentina asumió la presidencia pro témpore. Fernández recibió el mandato el 7 de enero, luego del consenso logrado entre todos los miembros, incluidos Cuba, Venezuela y Nicaragua, países que por cuestiones políticas no están en la Organización de Estados Americanos (OEA), bloque donde tiene peso determinante Estados Unidos. 

De hecho, el cubano Miguel Díaz-Canel, el venezolano Nicolás Maduro y el nicaragüense Daniel Ortega serán invitados por el Gobierno a viajar a Buenos Aires, lo que generaría una mayor atención política al evento, además de la mera presencia de Lula. ¿Podría haber foto de familia? “Nosotros invitamos a todos, no excluimos a nadie. Ya que vengan o no depende de sus agendas”, apuntó otra voz consultada en Cancillería. De la cumbre también serían de la partida otros líderes de la izquierda o el progresismo regional, como el colombiano Gustavo Petro, el chileno Gabriel Boric y el boliviano Luis Arce. Más difícil sería la participación del mexicano Andrés Manuel López Obrador –uno de los mentores de la Celac– reacio a los viajes al exterior.

Además de Lula, el cubano Miguel Díaz-Canel, el venezolano Nicolás Maduro y el nicaragüense Daniel Ortega serán invitados por el Gobierno a viajar a Buenos Aires para la cumbre de la Celac

“La expectativa, no solo de la Argentina sino de la región, es que Brasil retome su protagonismo en la Celac. Nos gratificará tenerlo a Lula en la reunión de jefes de gobierno y primeros ministros a desarrollarse en Buenos Aires”, dijo a elDiarioAR el subsecretario para América latina y Caribe de la Cancillería, Gustavo Martínez Pandiani. El funcionario –de máxima confianza de Sergio Massa– resaltó que la presencia de Brasil “significará aumentar la potencia regional y el poder de negociación” del foro. 

La Celac está en plena discusión interna por su institucionalización y cuenta con una sola regla: que toda decisión sea por consenso de sus 32 miembros –33 si se cuenta al gigante sudamericano–. Esa situación de debate político permanente impactaría también en que la presidencia pro témpore desde 2023 esté a cargo de Brasil, aunque hasta ahora estaba en agenda que sea la isla caribeña de San Vicente la que suceda a la Argentina. 

“Si Lula quiere y acepta, por el peso relativo de Brasil en el continente, existe la posibilidad de que Alberto Fernández le pase el mando”, señaló un diplomático consultado. “Si Lula participa, más allá de su presencia, marcaría el regreso de Brasil al espacio más numeroso de América Latina y el Caribe, que con la presidencia de Alberto logró nueva vigorosidad”, destacó otra fuente.

El Mercosur, en junio

Lo que podría ser la tercera visita de Lula al país como presidente sería la cumbre de mandatarios del Mercosur, prevista para junio. Ahí ya está confirmado que Fernández –que recibirá la presidencia pro témpore en diciembre, en Uruguay– le pasará el mando a su par de Brasil.

Brasilia y Buenos Aires son los socios principales del bloque comercial, que también integran Paraguay y Uruguay, además de Venezuela, país actualmente suspendido. La voz del líder del PT sería clave para reorientar el espacio también afectado por el desinterés de Bolsonaro –avanzó en acuerdos unilaterales con Corea del Sur, Canadá e India– y del uruguayo Luis Lacalle Pou, que puso foco en China.

Otro punto en discusión es el trabado acuerdo de libre comercio Mercosur-Unión Europea, firmado en junio de 2019, pero que no fue aprobado aún por el parlamento europeo. Las necesidades que atraviesa el continente del norte por la crisis energética y alimentaria desatada con la guerra en Ucrania fue el contexto en el que la semana pasada Fernández recibió al Alto Representante para Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, en la Casa Rosada. Lula podría darle otro impulso al acuerdo, hoy frenado por un fuerte rechazo del francés Emmanuel Macron a la política ambiental en el Amazonía de Bolsonaro.

Hasta agosto, Argentina le vendió a Brasil U$S 8.147 millones –13,6% de las exportaciones– y le compró 10.971 millones de dólares –el 19,1% de las importaciones–.

Pero, principalmente para la Casa Rosada, está la dispar correlación de fuerzas entre ambos países, sobre todo con la Argentina en extrema crisis inflacionaria y necesitada de dólares. Según estadísticas que maneja la Cancillería, el comercio intra Mercosur en 2021 fue de U$S 41.000 millones, un aumento de 42% con relación al año 2020 y de 24% respecto a 2019. Aseguran que se trata del valor más alto desde 2014 y está explicado, fundamentalmente, por el intercambio de bienes de alto valor agregado. Para Buenos Aires todo lo que compre Brasilia es clave, porque es el primer destino de las exportaciones: en los primeros ocho meses de este año alcanzaron U$S 8.147 millones –13,6% de las ventas–. A su vez, las importaciones alcanzaron los 10.971 millones de dólares, lo que representa el 19,1%, el segundo destino detrás de China.

En ese marco, en el Gobierno son conscientes de que las visitas de Lula no podrán dejar de leerse en el contexto del año electoral. Si el brasileño comienza con el pie derecho, el Frente de Todos buscará sacarle provecho para las PASO –si hay, en agosto o septiembre–, y las generales de octubre. Como admitió un vocero: “Son visitas que tienen un fuerte impacto en nuestro ámbito político”.

MC/EG