Si el retorno de Lula da Silva al poder en Brasil reanimó a Alberto Fernández a no descartar su sueño de ir por un segundo mandato –más allá de compartir la idea de la “integración latinoamericana”–, el intento de golpe de Estado de este domingo marca muy fuerte la agenda internacional próxima del Gobierno. Es que en Buenos Aires ya se está preparando la primera bilateral entre ambos presidentes en Buenos Aires, además de la cumbre de la Celac, que tendrá al mandatario brasileño como uno de sus invitados principales, además de estar abierta la posibilidad de que también asista el venezolano Nicolás Maduro, junto a los demás mandatarios de la región.
Brasil volvió al foro regional –que lidera Argentina de manera pro tempore– apenas 72 horas antes del ataque a todas las instituciones democráticas del vecino país por parte del bolsonarismo. El jueves había oficializado su incorporación al bloque donde están todos los países desde el río Bravo al sur: solo están excluidos Estados Unidos y Canadá. Por diferencias “ideológicas”, Jair Bolsonaro había decidido alejarse.
Fernández recibirá a Lula el 23 de enero, en el primer viaje al exterior del brasileño como mandatario de su país por tercera vez. La reunión de la Celac será el 24 de enero, con una agenda marcada por los recientes sucesos. La Cancillería ya está trabajando en que la orden del día de la discusión entre los presidentes contemple una fuerte declaración contra la intentona golpista.
“Ahora con estos acontecimientos será mucho más cargada la agenda y efectivamente el desafío de la integración no es en términos financieros, económicos o comerciales solamente, sino robustecer las instituciones democráticas y de las libertades individuales en cada uno de los países, y poder avanzar en mecanismos de integración regional que fortalezcan la instituciones”, adelantó ayer el canciller Santiago Cafiero.
En una intervención radial, el ministro de Relaciones Exteriores aprovechó para “nacionalizar” el episodio en Brasilia y disparar contra Juntos por el Cambio: “Había en la oposición una colonización de tendencias antidemocráticas que se veían en otras partes de la región. Lo que representa Trump en Estados Unidos como Bolsonaro en Brasil, en Argentina lo hace Macri”, enfatizó en El Destape.
Según supo elDiarioAR, Cafiero habló el domingo varias veces con su par en Itamaraty, Mauro Vieira. Fue uno de los canales que mantuvo conectado a Fernández con Lula; otro fue el embajador Daniel Scioli.
Justamente el ex motonauta y candidato presidencial es de los principales dirigentes que está detrás del proyecto de que se lance una “moneda común” entre ambos socios para buscar reemplazar al dólar en el intercambio comercial. Sería una jugada que le permitiría a la Argentina disminuir su dependencia de la divisa estadounidense para costear sus importaciones, y a Brasil recuperar terreno como líder continental. A octubre del 2022, el comercio bilateral rondó los U$S 2500 millones mensuales, con un déficit para Buenos Aires de U$S 115 millones.
En la bilateral Fernández-Lula podría haber un lanzamiento al respecto, según admitió públicamente Scioli, pero sería más declarativo que otra cosa. “Lo de la moneda común es un objetivo que hay que trabajar. Es algo muy complejo”, consideraron en la Cancillería. En sus conversaciones telefónicas de anteayer, Cafiero y Vieira quedaron en “seguir trabajando” la agenda bilateral de la reunión del 23 y la regional de la Celac, del 24.
Viene Lula, ¿viene Maduro?
No solo lo que pasó en Brasil marcará la agenda de la cumbre continental. En el temario que ya se está preparando en el Palacio San Martín habrá espacio también para una reflexión sobre la situación latinoamericana más urgente, incluyendo Perú –con Pedro Castillo encarcelado desde que intentó cerrar el Congreso– y Bolivia –el encarcelamiento del opositor Luis Fernando Camacho–.
“Siempre hay un capítulo dedicado a la mejora de la calidad democrática y la defensa de las instituciones, teniendo en cuenta que los Estados definen sus sistemas políticos y electorales”, aclaró ayer Cafiero. Es que en la reunión están invitados todos los 33 jefes de Estado y de Gobierno, incluyendo casos que son un parteaguas en la política regional: Nicolás Maduro de Venezuela; Daniel Ortega, Nicaragua, y Miguel Díaz-Canel, Cuba. Los tres mandatarios de esos países están invitados a Buenos Aires, aunque por ahora en el Gobierno aseguran que desde sus cuerpos diplomáticos aún no confirman su asistencia. La avanzada de la semana pasada de una comitiva venezolana despertó las especulaciones sobre el líder bolivariano. “Está confirmado pero te puede cancelar a último momento”, apuntó una fuente al tanto de los detalles de la Celac.
Tampoco hubo novedades sobre las sorpresivas invitaciones que envío Fernández: al norteamericano Joe Biden y al chino Xi Jinping. Sí estará en el país otro líder de peso geopolítico: el canciller alemán Olaf Scholz, pero el 30 y 31 de enero, como parte de una gira por la región.
La reunión de presidentes de la Celac tendría la formalidad de completar el mandato temporario de la Argentina. Hacia el futuro un posibilidad es que Brasil, ahora con Lula, asuma el liderazgo pro tempore, aunque eso estará abierto al debate: la única regla vigente en la Celac es que todas las decisiones se tomen por consenso, por lo que una mínima diferencia que destaque un país miembro pone en riesgo cualquier decisión, desde las más operativas hasta las más políticas.
Por eso el objetivo del Gobierno es que la cumbre Celac sirva para dar un paso más en su “institucionalización”, dotándola de ciertos mecanismos internos para “agilizar” la toma de decisiones. En la carpeta de opciones están desde la posibilidad que ciertas decisiones puedan tomarse por mayoría, como la oficialización de una sede central y hasta la manera en que tiene que abordarse la alternancia de la presidencia.
De antemano, la agenda “es abierta a cualquier tema”, adelantó uno de los funcionarios consultados. Cada presidente tendrá no más de diez minutos para hablar, por lo que los tópicos los marcarán ellos en su discursos. Fernández intentará llevar las riendas, pero Lula podría hacerle sombra, y Maduro, en caso de asistir, daría la nota aparte, como en la cumbre de México 2021, cuando tuvo cruces con el uruguayo Luis Lacalle Pou y el paraguayo Mario Abdo.
MC