La séptima edición de la “Marcha Federal por la Soberanía Nacional” en Lago Escondido concluyó tras varias jornadas de tensión en las que se registraron varios episodios de violencia entre manifestantes y puesteros rurales, en las inmediaciones de la propiedad del magnate británico Joe Lewis.
“Cumplidos los objetivos de haber puesto de manifiesto que el Lago Escondido es patrimonio de todos los argentinos, desde la conducción de la 7ma Marcha Federal por la Soberanía Nacional se ha decidido dar por concluida la misma”, informó la Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua (FIPCA), encargada de la convocatoria.
A través de sus redes sociales, la organización liderada por Julio Urien destacó que tras una serie de negociaciones con la Gobernación de Río Negro se acordó “el traslado de los integrantes de la columna de montaña, por tierra y en micros”, para luego ser recibidos “como verdaderos héroes”.
“Todos los participantes de la columna de montaña se encuentran en perfecto estado de salud. Los integrantes de la columna del camino público de Tacuifí que fueron arteramente atacados mientras transitaban el mismo se encuentran atendidos y fuera de peligro. La columna que se dirigió al aeropuerto privado de Joe Lewis en Sierra Grande, también cumplió su objetivo de visibilizar esta gran problemática”, subrayó FIPCA.
Un grupo de manifestantes, que formaron parte de la columna “Juana Azurduy”, logró llegar al Lago Escondido, frente a la mansión del magnate británico.
La Fundación afirmó que la marcha a Lago Escondido es “una causa de soberanía nacional” y agradeció a las organizaciones que participaron y a quienes apoyaron por “recuperar el sentimiento patriótico”.
Tal como sucedió en anteriores ocasiones, se registraron incidentes durante la caravana hacia el espejo de agua entre militantes y puesteros rurales, los cuales dejaron un saldo de varios heridos.
CRM con información de la agencia NA