Sin apoyo interno en el PRO

Los Macri se quedan cada vez más solos en su cruzada contra Milei

Mauricio Macri comienza a quedarse sin aliados internos en el PRO en su pulseada con Javier Milei. La decisión de impulsar un comunicado acusando al gobierno libertario de “reforzar una visión autoritaria” por no incluir el Presupuesto 2025 en el temario de sesiones extraordinarias causó una crisis en el partido amarillo.

Macri, se quejaban en la mesa chica de la fuerza, tomó la decisión casi en soledad. Sin consultar ni a los gobernadores ni al jefe del bloque en Diputados, Cristian Ritondo, ni a ninguna de las demás autoridades del partido. Y fue así que los chats explotaron, exponiendo una grieta entre acuerdistas y rupturistas que amenaza con dejar a Macri, y por extensión a su primo Jorge, cada vez más aislados.

“El PRO no para de cometer errores gravísimos. No entienden que este Gobierno, si lo apretas, va de frente”, masculló, irritado, un dirigente de peso del macrismo que amaga con abandonar el espacio. No es el único: el número de incondicionales al exmandatario se reduce día a día. Macristas de la primera hora se enojan cuando hablan de su obsesión con el negocio de la hidrovía o de la ponderación del manejo de la Ciudad de Buenos Aires por sobre todas las cosas. Están cansados del tironeo con LLA y exigen acordar.

 “El derrotero ya comenzó. Si esto sigue así, en algún momento vamos a poder decirles que se suiciden solos”, advierte otro dirigente que hace campaña con Macri hace casi 20 años.

La amenaza entre los acuerdistas del PRO está latente: ninguno quiere “traicionar” a Macri, pero ninguno tiene interés en quedarse sin nada políticamente. Y, hoy, la perspectiva de ir por separado del gobierno libertario en las elecciones de medio término es interpretado trágicamente como “suicidio político”. 

“Si no vamos juntos la elección va a ser contra ellos. Todo lo que ganemos va a ser en detrimento del Gobierno”, explica un armador bonaerense que admite que el partido podría salir tercero en la Capital Federal y no sacar más de entre seis y 11 puntos en la provincia de Buenos Aires pero que, incluso así, le sacaría una tajada al oficialismo. Una porción que, analiza, los haría desaparecer y, a su vez, debilitaría al Gobierno y empoderaría al peronismo. 

Pretender tener un Presupuesto a cualquier costo es o un acto de malicia o un acto de estupidez

Lo dijo Diego Santilli públicamente poco después del comunicado del PRO. Fue uno de los primeros en salir a desmarcarse: “El PRO y La Libertad Avanza tenemos que ir juntos para ganarle al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires. Tenemos la experiencia del 2023, que se perdieron 15 intendencias por ir divididos”, cuestionó, en diálogo con Infobae y luego con este medio. No fue el único.

Horas antes, toda la escudería bullrichista había salido a desmarcarse del comunicado. “Pretender tener un Presupuesto a cualquier costo es o un acto de malicia o un acto de estupidez”, afirmó Damian Arabia, diputado y mano derecha de Bullrich. También la diputada Silvana Giudici, que había cuestionado con dureza el comunicado en uno de los chats internos del PRO, salió a diferenciarse. “Tener presupuesto es importante, pero si por fuerza de una mayoría férrea que añora y puede imponer el regreso de la emisión y el gasto, nos alejamos de esa meta, no ayudaríamos a cambiar definitivamente el país como propusimos desde el PRO en la última campaña”, afirmó en sus redes.

El bullrichismo ya tiene un pie afuera del partido y solo aguarda una señal de la mnistra para sumarse a las Fuerzas del Cielo. Son menos de una decena de diputados que estarían listos para hacer el pase, convencidos de que el destino inevitable del PRO es la fusión con LLA. 

“Nos quieren comer y construir una nueva hegemonía de derecha. Marcos Peña decía que el PRO aspiraba a ser un partido de mayoría, pero en realidad aspiraba a conducir una mayoría. LLA y Karina, en cambio, sí pretenden convertirse en una mayoría que le dispute al kirchnerismo”, analiza un bullrichista, que insiste en que la “desaparición política” de Macri es solo cuestión de tiempo:  “Milei está haciendo todo bien para desgastarlo a Mauricio. Quiere un acuerdo con el PRO pero quiere sacarlo lo más barato posible. Copta sus dirigentes, su representación política. Y Mauricio va quedando solo”, explica.

El tema Jorge

En el macrismo acuerdista coinciden, aunque con otras palabras. La mayoría analiza que el liderazgo político de Macri está llegando a un fin y que su rol, a partir de ahora, tendría que ser de carácter “institucional”. “Que ocupe el lugar de expresidente, que es lo que le gusta porque la mayor parte del tiempo se la pasa afuera”, desliza, con malicia, uno de sus dirigentes. Este sector del macrismo, que cada vez es más importante al interior del PRO, sostiene que es posible confluir en LLA, aunque de manera más equilibrada, sin “matar” a Macri. Y que, una vez cerrado un acuerdo, se podrá competir bajo un nuevo sello, que los incluya a ambos, y comenzar 2026 compartiendo un mismo interbloque conducido por Cristian Ritondo. 

Para este sector, sin embargo,  el principal escollo a la hora de cerrar un acuerdo no es Mauricio Macri, sino Jorge Macri. “Jorge es el que empuja. Mauricio está convencido, pero después Jorge lo apreta porque no puede acomodar el tema con Karina y a Mauricio le agarra el ataque”, explica un dirigente macrista, buscando graficar así la danza de idas y vueltas de la última semana. Una novela que comenzó con un tuit de Macri aceptando la convocatoria de Milei a trabajar juntos para “arrasar” con el kirchnerismo en las elecciones y que continuó, a las pocas horas, con el alcande encabezando un acto de campaña con duras advertencias contra la hermana del Preisdente y  anunciando que su primo, Mauricio, podría ser candidato a senador.

Este sector del macrismo acuerdista, que denuncia que Macri está influenciado por el jefe de Gobierno porteño y su cruzada contra la ola libertaria en la Capital, es el que salió a cuestionar con dureza el comunicado del lunes puertas adentro. Hubo insultos y recriminaciones cruzadas en los chats. Los gobernadores Rogelio Frigerio e Ignacio Torres denunciaban que no los habían consultado. Lo mismo admitieron el resto de las autoridades del partido: ni el jefe de bloque de Diputados, Ritondo, ni el presidente de la Asamblea del partido, Martín Yeza, ni el secretario general del PRO, Facundo Pérez Carletti, habían sido notificados de la jugada. Macri se había mandado solo.

El ojo, inmediatamente, se posicionó sobre tres figuras: los dos Macri y la mano derecha de Mauricio, Fernando de Andreis. Los acusaron de tomar la decisión en soledad, aunque las culpas, a la hora de caer sobre el expresidente, se matizaban. Responsabilizaban a Jorge, primero, y a De Andreis después. Con el correr de las horas, incluso, el mismo círculo cercano de Macri deslizaba que había sido el entonces secretario general de la Presidencia entre 2015-1019, el encargado de la comunicación del partido, quien había redactado y publicado el comunicado, no Macri.

El expresidente, sin embargo, cada vez cuenta con menos dirigentes que le respondan directamente. De los representantes que había designado la semana pasada para negociar con LLA –lo llamó “mesa de trabajo”– solo Hernán Lacunza y Soledad Martínez están alineados. Silvia Lospennato, en menor medida. El legislador porteño Darío Nieto, su histórico secretario, también forma parte del armado. Pero cada vez son menos, como ironiza un dirigente del PRO: “Se quedó sin alfiles y caballos, solo tiene peones”.

MC/MC