En plena interna del peronismo el debate por la conducción, las identidades y la pertenencia se vuelve cada vez más convocante en el entorno digital. Esto incluye a las redes sociales, empezando por Twitter/X (la más política de todas) pero también a los canales de stream, que ocupan un lugar intermedio en el ecosistema mediático contemporáneo, como zonade transición entre las redes y los programas de televisión, similares en formato y estilo a estos pero mucho más en diálogo con aquellas.
El meme político de esta semana, sin lugar a dudas, fue el political compass peronista, un mapa para todas las tribus y subdivisiones en este tiempo de efervescencia internista, que apareció en Twitter/X el martes pasado (15 de abril). De procedencia anónima (como muchos memes), esta versión del gráfico de dos ejes (derecha e izquierda económicas, y autoritarismo/liberalismo) con sus cuatro cuadrantes, es un detalladísimo listado y mapeo de las distintas sensibilidades e idiosincrasias peronistas, con algunas nomenclaturas e inclusiones que no por cómicas dejan de ser verosímiles (quizás sea justamente que lo cómico refuerza su verosimilitud), como las de “Arrepentidos de no haber votado a Larreta”, “Peronistas que cruzan a Paraguay con la amante y $$$ sin declarar” (en referencia a Edgardo Kueider) y “Peronistas que leen los informes de PxQ” (la consultora del economista Emmanuel Álvarez Agis) en el cuadrante de la derecha liberal (inferior derecho).
En las fronteras aparecen algunas simetrías muy agudas: en la columna derecha, “massistas” y “ritondistas” (por Sergio Massa y Cristian Ritondo), como las contrapartes más autoritarias (celeste) de los más “liberales” (amarillo) “sciolistas” y “santillistas” (por Daniel Scioli y Diego Santilli). “Peronistas del 45” vs. “Peronistas del 73” en el cruce del izquierdismo al derechismo económicos, en la fila autoritaria; y “Cristinistas del 2011” y “del 2015” vs. “Cristinistas del 2025” y “del 2019” en la liberal, que registra una supuesta derechización reciente del cristinismo. Todos pertenecen, todos tienen su lugar. De hecho, buena parte de la replicación de este meme en Twitter/X e Instagram consistió en distintos usuarios marcando los subsectores del mapa en los que se veían representados, algunos influyentes, como Natalí “La Inca” Incaminato, que tuiteó, en respuesta a una de las primeras compartidas, del periodista Pablo ibáñez: “estoy en varios y sí, incluso en la zona celeste”. Las compartidas de la imagen fueron como un gran tutti frutti de las tribus peronistas, que dio pie a la identificación, al humor y a la discrepancia (gente que objetaba la conformación del mapa), tres elementos clave para cualquier viralización en redes sociales.
Como ocurre con muchos memes, este no es nuevo. Se pueden encontrar infinidad de versiones, incluso en la discusión política local, que generalmente funcionan como una parodia del discurso científico. En 2022, por ejemplo, cuando estaba en alza la figura de Sergio Massa, que había ascendido a “superministro de economía” e iba –supuestamente– a salvar el gobierno del Frente de Todos, una iteración del political compass lo mostraba en los cuatro cuadrantes del espectro, revalorizando con cierta ironía su clásica caracterización de “veleta”.
Una versión anterior de esta imagen se puede encontrar en el conocido subforo de 4chan, “/pol/ Political Incorrect” (“Políticamente Incorrecto”), del año 2020. En ella están mapeadas distintas ideologías políticas de alcance más bien “global” (o sea, relevantes en Estados Unidos y Europa). Las celdas del cuadro son idénticas a las del mapa peronista, lo que permite inferir que este se realizó tomando esta imagen (también de mucha circulación) como molde o template.
En busca del peronómetro perdido
En la versión viralizada esta semana, la imagen muestra al peronismo en su dispersión, pero también en su integridad compleja, a donde todos (si así lo quieren) pertenecen. No es casual que aparezca algunos días después de que circulara un clip Guillermo Moreno en el programa Escucho Ofertas, del canal de stream Blender, en el que defiende su disposición a integrar figuras como Victoria Villarruel, como parte de su proclamada misión de “peronizar hasta las piedras”. Esta posición no es nueva, e incluso se había llegado a vislumbrar en ella también al senador José Mayans (por decirle a la vicepresidenta, durante una sesión del Senado el año pasado, “tenemos que ser más amigos”), rumor que llevó a la propia Cristina Fernández de Kirchner a tuitear “Pericia psiquiátrica le vamos a pedir a los que dicen que Villarruel es peronista”, el 26 de agosto. Los “villarruelistas”, naturalmente, aparecen en el mapa, en el extremo superior del cuadrante autoritario de derecha, casi salidos, como uno de los tantos bandos plausibles de integrarse al peronismo eventualmente, en varios frentes del espectro político.
Animación circulada en Twitter/X de Guillermo Moreno sobre el juego clásico de Nintendo, Super Mario Bros, en el que Moreno/Mario enfrenta y derrota él solo los obstáculos de Axel Kicillof, Leandro Santoro, Alberto Fernández, Hernan Letcher, Roberto Navarro y Mauricio Macri (llamativa cadena equivalencial de enemigos) con la ayuda de Juan Domingo Perón y la doctrina peronista.
Algunos usuarios –posiblemente autopercibidos en la izquierda del diagrama– criticaron las declaraciones del ex secretario de comercio por ser muy amigables con quien perciben como una apologista de la última dictadura militar, al tiempo que su espacio Principios y Valores horada sistemáticamente a Leandro Santoro por su procedencia radical, línea que (como dijimos en este espacio) pareciera ser el principal argumento de campaña de Alejandro Kim para competir en una elección donde se intenta disputar también la conducción del peronismo porteño. El señalamiento común en las redes, por parte de usuarios que defienden a Santoro del ataque morenista consistió en señalar la contradicción o hasta hipocresía de creer que se puede “peronizar” a Villarruel pero que el otro es insalvable por “ser radical”.
Tweet en respuesta al clip de la entrevista de Moreno en Blender (9 de abril).
La streamosfera peronista ordenando el mapa
Sin embargo, muy posiblemente el compass peronista haya sido detonado por otro clip, también de un programa de stream (en este caso del canal Gelatina, que dirige Pedro Rosemblat), que circuló bastante en la semana y que responde a aquellas declaraciones de Moreno. Se trata del programa Triángulo de Hierro, conducido por Sugus Leunda, Iván Scarpati y Federico Mochi, donde se discute sobre el peronismo desde una mirada peronista. De hecho Mochi es actualmente tercero en la lista de candidatos a legisladores que encabeza Leandro Santoro en CABA y hace unas semanas fue objeto de una operación de difamación en su contra, proveniente de portales de noticias muy dudosos y que fue replicada tanto por Eduardo Feinmann como por usuarios anónimos que se identifican con el morenismo en las redes sociales. Tomás Rebord (también peronista) hizo un descargo contra esas acusaciones en uno de sus “edibordiales” del programa Hay Algo Ahí que conduce, en Blender.
Scarpati, en uno de los memes de “gordos se viene”, retuiteado por Bracesco ante una suba del dólar blue, en junio del año pasado.
En el clip del Triángulo de Hierro que circuló entre usuarios del peronismo, se discutía sobre las declaraciones de Moreno respecto a Villarruel. Iván Scarpati (conocido también por ser imagen visible del meme de los “gordos se viene”, es decir, los usuarios y usuarias que vaticinan un desenlace catastrófico inminente para el actual gobierno) argumentó: “mi opinión sobre Villarruel es… una mina que defiende a los que se afanaron bebés y justifica las cosas que justifica es indefendible. Ahora, es verdad que si mañana se despierta peronista y cambió, en eso soy cristiano. Bienvenido, qué se yo. Que vengan todos.” Acto seguido, comenta Sugus: “Es que no importa quién integra el mapa peronista, importa quién lo conduce. Esa es la discusión que hay que dar. Hace doce años estaba clarísimo quién conduce y hoy en día no, cuáles son las ideas que tiene el peronismo y por eso estamos todos culos para arriba. Esa es la gran discusión. Que entren todos los que quieran entrar, el tema es que no lo conduzcan”. Abajo, un usuario simpatizante de Moreno destaca estas intervenciones como parte de un “debate honesto”, que es el que estaría dando, para esta perspectiva, Moreno.
El “profeta” Moreno que aparece hasta en la comida, según los memes morenistas.
Justamente el intercambio entre Scarpati y Leunda se da durante la columna de Fede Mochi en la que este trazó en una pizarra un intento de “Gran Mapa Peronista”, también diferenciado en sectores de izquierda y derecha, con el Partido Justicialista en el centro. También participaron como invitados Ivana Szerman (que dirige el canal de streaming Mate) y el diputado por la Ciudad, de Unión por la Patria Eduardo Valdés (quien luego del intercambio clipeado tomó distancia de la posibilidad de integrar a Villarruel y apologistas de la dictadura). Esto fue el viernes 11. El clip circuló el lunes 14 y el martes apareció el meme. Si bien es difícil asegurar una causalidad directa en esta secuencia de eventos, son eslabones de una conversación que es sintomática del estado de acefalía actual del movimiento, donde el quid de la cuestión –como señaló Leunda– es quién conduce.
Más eslabones en la cadena
El mismo martes circuló un fragmento de la entrevista que dio la diputada Paula Penacca a Matías Colombatti en Gelatina, con un llamado a “blanquear” que la “interna” es por discutir la conducción de Cristina. Un usuario compartió con ironía “En eso consiste una interna”. Hay que aclarar que el clip de la diputada es mucho más elocuente y elaborado en su argumento, pero fue el encuadre elegido para el texto del tweet (la pretendida desmentida de la interna) lo que le valió la audaz réplica irónica que cosechó mucho más likes que el tweet original de Penacca. La conversación digital puede ser fragmentaria y cruel.
El día anterior había tenido lugar el tweet de la ex presidenta en el que llamaba a sus legisladores a retirar el proyecto de concurrencia electoral, en su puja contra Axel Kicillof, una derrota admitida a regañadientes por la presidenta del PJ.
Quizás lo que muestra el mapa peronista es uno de los tantos intentos de ordenar la interna, al menos de cara a militantes, partidarios y potenciales votantes, en uno de los entornos donde se construyen las adhesiones políticas: el digital, terreno que, como bien señaló Pedro Rosemblat en un descargo reciente, también muy viralizado, el peronismo aún no se muestra del todo hábil. De ahí que la participación de estas figuras y formatos, que adhieren al peronismo pero que son externos a su estructura de deliberación institucional y partidaria, se vuelva cada vez más importante. Influencers, streamers y generadores de memes son (o al menos intentan serlo) ordenadores del mapa, en medio de la discusión de qué lugar le toca a cada cual de cara a conformar un proyecto electoral que vuelva a ser competitivo.
NC/JJD