Mauricio Macri lo descubrió haciendo zapping. Prácticamente no lo conocía. Y fue amor ideológico a primera o segunda vista. “Los políticos mienten, encubren y roban”, aseguró en una de sus explosivas performances televisivas. El Dipy es David Adrián Martínez, un músico de cumbia villera y DJ. El año pasado, El Dipy encontró un hobbie part-time: se consolidó como un crítico muy provocador del gobierno, tanto desde sus redes como en las entrevistas que concede (y le piden) para que de su mirada sobre la realidad argentina. Si bien su discurso roza la anti-política, es especialmente anti-peronista. El 26 de diciembre pasado, Mauricio Macri coronó ese enfoque con un retuit.
“Están enojadísimos conmigo los que militan la pobreza, el hambre y defienden a sus líderes ricos, que viven en Puerto Madero y en los countrys, y ellos de pedo llegan a fin de mes. Ahora me agarro el vicio de hacerlos enojar más”, desafió El Dipy por Twitter.
El expresidente difundió aún más el mensaje. Desde ese momento se dispararon las hipótesis sobre su posible salto al PRO. Incluso se rumoreó sobre un encuentro entre Macri y el cumbiero, algo que cerca del expresidente niegan ante elDiarioAR.
“No quiero ser político. Solo quiero que mis hijos y los tuyos el día de mañana busquen sus sueños y que estudien una carrera y que tengan un trabajo digno”, aclaró El Dipy.
Otros artistas, en cambio, ya blanquearon su colaboración con Juntos por el Cambio. Y particularmente, con el PRO. El exbailarín Maximiliano Guerra preside el sello “PRO Social”, un proyecto de asistencia y trabajo territorial. Guerra ya recorre La Matanza, de Alejandro Finocchiaro, ministro de Educación entre 2017 y 2019.
El 19 de diciembre, Guerra y Finocchiaro visitaron dos iglesias ubicadas en Isidro Casanova, desde las que el macrismo despliega su política asistencial. Estuvieron en la capilla Nuestra Señora de Guadalupe, en la Villa del 21, donde realizaron un operativo oftalmológico. Después, en la Parroquia Nuestra Señora de la Salud, donde se dan talleres y reciben donaciones de medicamentos, ropa y comida.
“Hoy estoy en La Matanza, viendo el trabajo que se está haciendo con mucho esfuerzo y a pulmón. Me pone contento liderar esta área que se creó para acompañar y tender puentes. Tratamos de ayudar a la gente para que pueda estar mejor. Que sepan que se puede, que no crean que los gestores de la pobreza son los únicos que pueden hacer cosas. Aquí estamos nosotros con un gran equipo”, sacó chapa el exbailarín.
Finocchiaro también apuntala a otro artista que hizo pie en el partido opositor: el actor y comediante Juan Acosta. En noviembre pasado, ambos compartieron acto en Ciudad Evita. Fue una manifestación en contra de la toma de tierras, encabezada por Patricia Bullrich.
La ex ministra de Seguridad está dedicada a una suerte de scouting de dirigentes y figuras públicas. Su perfil y su discurso intransigente resultan un imán irresistible para algunos outsiders e influencers. Desde su departamento en Palermo, La Piba quema el teléfono y su computadora con zoom, mensajes whatsapp y charlas de conversión al macrismo .
“Hay un montón de gente que se suma desde distintos ámbitos. Estoy convencido de que eso está buenísimo. Hay muchas batallas en las que tuvimos que haber sido más vehementes. La cultural es una”, explica Finocchiaro.
“Hay artistas, escritores, músicos y actores que se sentían huérfanos para dar esa discusión. Levantaban la voz y aparecían 30 voces los mataban. Ahora estamos trabajando para que esa gente se pueda expresar libremente”, se envalentona. El macrismo pretende que florezcan los Dipy: uno, dos, cientos, en medios, redes y marchas opositoras.
Abogado de la UBA, Finocchiaro militó en los ochenta en la Unión para la Apertura Universitaria (UPAU), brazo político de la Ucedé en los centros estudiantiles de las facultades públicas. La UPAU logró ser competitiva en las elecciones de los centros de estudiantes de la UBA, incluso en facultades con tradiciones de izquierda como Filosofía y Letras. Finocchiaro pretende replicar esa experiencia desde el macrismo. Y para eso fundó recientemente el espacio Ante Todo Libres (ATL).
A Maximiliano Guerra lo terminó de convencer Patricia Bullrich. Participaron juntos de los banderazos opositores, y él le dio una mano a ella en la presentación del libro Guerra sin cuartel.
Maxi Guerra la ayudó con la puesta en escena en el teatro El Nacional. “Desde que Patricia está a cargo del PRO a nivel nacional, se han creado espacios que faltaban y son necesarios, como el PROsocial, para lograr un partido más amplio y poderoso”, admite él.
Durante la tertulia político-literaria de Bullrich, realizada el 16 de diciembre, a La Piba la acompañó una periodista de perfil altísimo: Viviana Canosa. Amiga de la exministra, devenida en una rabiosa activista antiaborto, la animadora descartó por aquellos días su posible desembarco en el PRO. Pero ahora analiza opciones laborales y hasta existenciales, sin autoimponerse límites. La reflexión amplia de Canosa incluye una hipotética orientación hacia la política.
Desde las gradas del teatro, a Bullrich la alentó otra tribu que empieza a tomarla como referente. Se trata de un grupo de influencers que mezcla rasgos libertarios, con actitudes iconoclastas, anárquicas y profundamente antiperonistas. Son Emmanuel Danann (@DanannOficial), Iñaki Gutierrez (@inakiigutierrez), Álvaro Zicarelli (@alzicarelli) y Macarena Alifranco (@maquialifranco), quienes acumulan miles de seguidores en sus redes.
Si bien Bullrich jura que su intención no es restarle la tropa al dúo de José Luis Espert y Javier Milei, la pulseada por ganarse el favor de los jóvenes es real. El tironeo entre la presidenta del PRO y los economistas libertarios existe, y se volverá más encarnizada al calor de la campaña para las próximas legislativas.
La otra estrella extrapartidaria que no descarta ser candidata es Sandra Pitta. Farmacéutica, biotecnóloga e investigadora del Conicet, Pitta coquetea con Juntos por el Cambio desde una agrupación llamada Banquemos. ¿A quién quiere bancar esa tribu? A la coalición entre PRO, UCR y Coalición Cívica.
La científica coordina los equipos técnicos de Banquemos, con el objetivo de sumar gente, generar propuestas y planes de gobierno. “Es temprano para pensar en candidaturas a cargos legislativos. Sería interesante, aunque yo soy más de la gestión. La verdad es que no me ofrecieron nada y no voy a pelear por un cargo. Pero puede ser interesante”, le dice Pitta a elDiarioAR.
En Banquemos también participa la abogada mediática Silvina Martínez y el periodista Ricardo Benedetti, coordinador del espacio. Al igual que Acosta, Guerra y el Dipy, los militantes de Banquemos dicen lo que a los dirigentes cambiemitas les cuesta (un poco) más afirmar en público. Por ejemplo, que la democracia está en peligro. Y a su vez empujan a la jefatura de JxC hacia ese tono más confrontativo. Aunque en las teleconferencias con Bullrich no queda claro quién arenga a quién. En los últimos meses, mantuvieron dos encuentros con la ex militante del peronismo revolucionario.
“Para 2023 me gusta mucho Macri. Es el tipo de persona que necesita la Argentina. No es un salvador de la patria, es un tipo común y corriente que se equivoca. Alfredo Cornejo también me parece interesante. Y Pato Bullrich podría llegar a ser, por qué no”, se entusiasma Pitta.
AF