Contra la Agenda 2030

Milei disertará ante la asamblea de la ONU en medio de sus crecientes desencuentros con Mondino

La sexta visita de Javier Milei a suelo estadounidense desde su asunción como presidente promete dejar una estela de polémica. Luego de tocar la campana en Wall Street y de su nuevo encuentro con Elon Musk, el mandatario se presentará este martes en la 79° Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) para pronunciar un discurso de alto contenido ideológico. Según detallaron desde su entorno a elDiarioAR, el economista libertario se posicionará en contra del “globalismo” y expondrá acerca del rol que, a su entender, deberían tener los organismos internacionales en su relación con los Estados nacionales, con una mención especial al supuesto “alineamiento” de la ONU con China.

Se trata de una declaración de principios que La Libertad Avanza ya comenzó a desplegar este domingo, cuando la canciller Diana Mondino informó que la Argentina no se sumará al Pacto del Futuro “Agenda 2045” que ya fue firmado por una abrumadora mayoría de los 193 países que integran el organismo. “Muchos de los puntos de este pacto son retardatarios de la nueva agenda de Argentina, queremos tener alas para nuestro crecimiento en libertad”, sostuvo la ministra de Relaciones Exteriores, quien enfatizó en que “la única batalla que vale la pena dar, es la cultural”.

El Pacto del Futuro es ni más ni menos que la actualización de la Agenda 2030, una carta de intención defenestrada por Milei, que cuenta con 57 acciones con objetivos que van desde el respeto por los derechos humanos y las minorías hasta la promoción del desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático. El rechazo de plano de todo ese programa, tildado de “socialista” por el mandatario, es una bandera que el Gobierno no está dispuesto a negociar, sin importar que se trate de puntos consensuados por la mayoría de los países de Occidente.

Las palabras que pronunciará Milei cuando se pare a las 16.30 (hora argentina) frente el atril del recinto principal de la ONU en Manhattan serán un capítulo más en la “nueva doctrina” en materia de política exterior que el Presidente declama llevar adelante, delineada en su trazo fino por el asesor estrella Santiago Caputo. Para el consultor, es clave que el mandatario argentino consolide su perfil de “profeta anarcocapitalista” ante el mundo. Una cruzada que no deja de generar rispideces en la relación del entorno presidencial con la canciller Mondino, a la que ven más preocupada en hacer equilibrio diplomático.

Internas en Cancillería

Hace meses que son constantes los rumores acerca de un inminente desplazamiento de la ministra. En el Gobierno se encargan de desmentirlo, pese a que no son pocas las señales que denotan un enfriamiento en la relación de Cancillería con la propia Casa Rosada. La última llamó la atención por lo insólito: Mondino debió viajar a Nueva York en un vuelo comercial distinto al que llevó al Presidente y el resto de la comitiva, integrada además por el ministro de Economía, Luis Caputo y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Un desplante parecido al que sufrió en ocasión del G7, en julio, cuando directamente no fue incluida.

Mondino es mirada con desconfianza por la mesa chica del oficialismo, que la nota poco interesada en enfatizar en la mentada “batalla cultural”. Por ese motivo, fue perdiendo cada vez más lugares puertas adentro de su propia área. Un ejemplo es el traslado de la Fundación Argentina para la Promoción de Inversiones y Comercio Internacional, un órgano clave del comercio internacional, de la órbita de Cancillería a la de la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de Karina Milei. También se incluye en esa lista el desplazamiento del secretario de Culto, Francisco Sánchez, que fue reemplazado en su cargo por Nahuel Sotelo, un ferviente católico que pertenece al círculo de confianza de Santiago Caputo.

Pero el gesto más fuerte en realidad fue otro: la creciente injerencia en Cancillería de la abogada de perfil conservador Úrsula Basset, una asesora que oficia de “guardiana” de la valores que buscan defender tanto Caputo como la hermana del Presidente. Sin cargo formal alguno, Basset tuvo su bautismo de fuego en junio, durante la Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuando en nombre del “triángulo de hierro” vigiló cada coma del documento presentado por la embajadora ante ese organismo, Sonia Cavallo, con la misión de evitar cualquier posible desviamiento diplomático hacia alguna postura vinculada a la Agenda 2030. En su informe, Cavallo objetó todos los proyectos de Resolución referidos a los derechos humanos, el fortalecimiento de la democracia y la promoción de la igualdad de género en la diplomacia global.

Así y todo, de vez en cuando y no sin dificultades, Mondino debe salir al auxilio y convertirse en la voz racional del gobierno de La Libertad Avanza. El ejemplo más evidente tuvo lugar durante la Cumbre de Presidentes del Mercosur que se realizó en Asunción en julio pasado. No solo porque, en simultáneo a la llegada de la canciller a Paraguay, Milei tomaba un avión rumbo a Brasil para visitar al exmandatario Jair Bolsonaro. También porque, durante esa reunión de pares regionales, no faltaron guiños de parte de la representante argentina al presidente brasileño Lula Da Silva, uno de los principales enemigos públicos del libertario. A veces la política exterior mileísta también expone sus contradicciones.

PL/JJD